El Mago que se Alzó del Fracaso - Chapter 2 Parte 2
*
Arcus se mantuvo en silencio luego de que Lecia le contara los detalles de ese encuentro, pero la sorpresa se notaba claramente en su rostro. Ella le mostro el contenido de la bolsa dado que al principio él se había mostrado igual de escéptico que ella.
Arcus tomo algunos documentos para estudiarlos. Aunque la misma Lecia no los entendiera, quizás su hermano sí. Vio como su expresión se oscurecía. Lecia decidió que quizás él podría saber el significado del ítem que se encontraba al fondo de la bolsa, por lo que lo sacó.
"Esto también."
"Un libro mayor?" Arcus frunció el ceño aún más. "Es esto para manejar sus finanzas? ¿Espera, ha estado manipulando sus cuentas? Rayos..."
De repente, Arcus dejo salir una rara queja con sus ojos abiertos por el shock. "Por qué demonios alguien le daría esto a un niño?"
"Es realmente tan importante?" Lecia pregunto.
"Esto es evidencia seria," Arcus confirmo. "No puedo creer que le haya confiado esto a alguien tan joven."
"Parecía tener mucha prisa. Estoy segura de que estaba desesperado," Lecia dijo.
Arcus refunfuño mientras estudiaba el libro, eventualmente dejando salir un suspiro.
"Le dijiste a tu padre de esto?"
"Aun no. No estoy segura de hacerlo," Lecia admitió. "Esto podría ser algo falsificado después de todo."
"Verdad..."
Ella no quería hacer algo tan precipitado sin antes asegurarse primero.
"El hombre en la fiesta también me pidió que no le dijera a Padre."
"Que fue lo que dijo exactamente?" Arcus pregunto.
"Sus palabras exactas fueron: Pediría que no se le mencione esto a Lord Raytheft."
Arcus no respondió. Parecía estar pensando profundamente.
"¿Que sucede, Hermano?"
"No creo que puedas ignorar esto. Pero tampoco estoy seguro acerca de decírselo a tus padres..."
"Yo tampoco. Dado a que me dijo específicamente que no lo hiciera, no estoy segura de que sea sabio hacerlo."
Nuevamente, Arcus cayó en silencio. Esta vez, cerro sus ojos pensativamente. Lecia espero pacientemente. Le tomo un tiempo volver a abrirlos, pero una vez que lo hizo, esos ojos carmesíes la vieron con calma.
"¿Qué es lo que deseas hacer, Lecia?"
"Yo?"
"Si. Quisiera saberlo antes de decir algo más."
"Creo que debería tenerlo a mi cuidado."
"Como así? No tienes ninguna razón, ¿verdad?"
No estaba equivocado. Técnicamente, no tenía ninguna responsabilidad u obligación para con esos ítems. Sin embargo...
"Hermano. Me han enseñado que los nobles de alto rango no solo deben estar orgullosos de su estatus, sino que también deberían de actuar acorde a él. Tenemos el deber de proteger a los ciudadanos que se encuentran por debajo de nosotros y mantener las leyes de este reino como un ejemplo para ellos. Siempre y cuando lo que me enseñaron sea correcto, pienso que mantener esta evidencia conmigo seria lo correcto."
"Entonces esto es debido a tu sentido de justicia? Sabes que esto podría ser peligroso, ¿verdad?"
"Si. Como una noble, no podría simplemente ignorar esto."
Eso es lo que había aprendido de su padre: siempre recordar su orgullo como aristócrata y usarlo para guiarse por el camino correcto. Es por eso por lo que decidió cooperar con ese miembro del Ministerio Real de Justicia. Si había una mínima posibilidad de que esta evidencia fuera real, debía aferrarse a ella, o no podría seguir llamándose una noble.
Arcus suspiro. "¿Yo la guardare, okay?"
"Perdón?"
"Es más seguro de esa manera. Si la guardaras en tu habitación, alguien podría encontrarla."
"Oh..."
Tenía razón. Si un sirviente se topara con eso mientras limpiara la habitación, se lo reportaría a sus padres. Sin mencionar el riesgo de que sus propios padres lo descubran. Sin embargo, casi nadie ponía pie en la habitación de Arcus, por lo que el riesgo de lo descubran seria mucho menor aquí. Era el lugar más seguro.
"Si el sujeto viene a verlo, solo házmelo saber."
"Muy bien."
Con eso, Lecia partió de la habitación. Habiendo compartido la carga con alguien en quien confiaba, se sintió mucho más tranquila que antes.
*
Los nobles de Lainur eran una clase de personas privilegiadas cuyas posiciones y territorios eran protegidos, y en algunos casos concedidos, por el rey. La sociedad era obligada a reconocer su linaje "superior", así como el de sus hijos, pero debido a la distancia entre ellos y la persona promedio, el prejuicio era tolerado.
Mientras que sus deberes exactos variaban de feudo en feudo, los nobles generalmente eran obligados a hacerse cargo de sus propias jurisdicciones mientras ayudaban con los asuntos oficiales, financieros, o militares del estado.
Se esperaba, por supuesto, que las familias marciales se hicieran cargo de los deberes militares importantes. Algunos se unían a la guardia del rey o a las fuerzas armadas de alto rango. Otros quienes manejaban tierras remotas bordeando a las naciones vecinas eran obligados a usar sus armadas privadas en caso de alguna emergencia nacional. Craib pertenecía al primer grupo de nobles. El Conde Cremelia pertenecía al segundo.
En lo que respecta a los Raythefts, a su familia se le había concedido su propio territorio cerca al del conde luego de haber apoyado a su familia por generaciones. Es por esta razón que a Joshua también se lo podía ubicar en el segundo grupo.
Aparte de la nobleza marcial, se encontraban los nobles que se encargaban de los asuntos oficiales dentro de la corte imperial u oficinas nacionales. Para hacerlo simple, vendrían a ser burócratas. Esto incluía a los nobles como Cau Gaston, quien era un burócrata de alto rango encargado de los asuntos financieros del reino. Estas posiciones no eran dadas a través de entrevistas y revisiones; en vez de eso, eran los oficiales de alto rango quienes elegían al personal. En otras palabras, recibir una posición dependía de tus contactos y no de tus conocimientos, lo que hacía estas posiciones perfectas para cultivar la corrupción.
"A que te refieres con que varios documentos han desaparecido!?" Cau Gaston gritó.
A pesar de su avanzada edad y redondez, daba la impresión de un hombre de mediana edad. Su cabello dorado era del mismo tono que los millones de monedas en su posesión, y la curva de su bigote no era nada más que perfecta. Sus ojos con forma aguda en las esquinas le daban un aire de poder y audacia.
Frente a él se encontraba uno de los sirvientes que manejaba su propiedad. El almuerzo había acabado, y se encontraba aquí para el reporte de la tarde.
"Como demonios dejaste que esto sucediera?" La voz de Gaston reverbero a través de la habitación mientras tiraba su pluma en el escritorio.
"¡Lo lamento, Mi Señor!"
"Pedir perdón no lo arreglara!"
El sirviente bajo la cabeza lo más que pudo para disculparse. Dejó que el Marqués le lanzara todas sus quejas por un tiempo, esperando a que estuviera satisfecho para poder seguir hablando.
"Si me permite, Mi Lord. Tengo razón para creer que aquí hay más de lo que se ve a simple vista."
"A que te refieres con eso?"
"El lugar en donde los documentos estaban guardados se encontraba hecho un desastre, sugiriendo que alguien los había estado buscando."
"Me estás diciendo que los documentos fueron sacados de la propiedad?"
"Así parece, Mi Lord."
"Específicamente, ¿qué documentos desaparecieron?"
"Mi Lord..."
Los documentos que el sirviente menciono incluían registros financieros y documentos que daban pista de corrupción. Luego de su explicación, Gaston boto la ceniza de su cigarro calmadamente en el cenicero de su escritorio.
"Si eso es todo, entonces no habrá problema."
A pesar de enterarse de sus documentos robados, Gaston no se puso nervioso. Era claro que pensaba que esos documentos no serían suficiente para probar nada. En otras palabras, mientras que eran validos como evidencia, tenía la confianza de tener el poder de aplastar cualquier cosa que el ladrón mencionara.
Había, sin embargo, algo que no podía ignorar.
"Un libro mayor también desapareció," el sirviente le informo.
"Hmph. Eso no es bueno."
La expresión de Gaston se oscureció. El libro mayor probaba el que su territorio no le daba al estado la cantidad correcta de impuestos.
Pero Gaston aun mantenía la calma. Incluso esa información no era suficiente para destruirlo. Pretendería que se trataba de algún error, haría algunos sobornos, y devolvería la cantidad correcta. Al mismo tiempo, sería mejor que el libro mayor no sea descubierto. Incluso aunque pudiera arreglar la situación, el estado comenzaría a vigilarlo más de cerca.
"Tienes alguna idea de cuando fue que esas cosas desaparecieron?"
"Probablemente durante la última fiesta."
"Hmmm..."
Debido a la naturaleza de los invitados a la fiesta, la seguridad había sido fuerte. Sin embargo, la gran cantidad de invitados (fue una fiesta particularmente grande incluso para los estándares de Gaston) significaba que había posibilidad de salir sin llamar la atención. Simplemente actuaron en el momento correcto.
"Piensas que pudo ser alguien de la Oficina de Vigilancia?"
"Es lo más probable, Mi Señor. Hemos tenido ciertos reportes acerca de un individuo sospechoso en la propiedad."
"Ah, entonces debe de tratarse de un espía. Que fastidio..."
La Oficina de Vigilancia estaba constituida por los sabuesos de la familia real. Su trabajo era el de observar a los varios nobles del reino y asegurarse de que estuvieran siguiendo las leyes del Rey. Ellos buscaban la corrupción, ya sea desde dentro o fuera.
Claro, Gaston los odiaba desde el fondo de su corazón. Aunque los estaba maldiciendo, su actitud permaneció calmada. Sus tratos habían sido sucios desde que tomó el poder, y esta no era la primera vez que estaría bajo sospecha.
"Sabes en donde se encuentra este cuestionable individuo en estos momentos?"
"Ya nos encargamos de apresarlo, Mi Señor."
"Apresarlo? Eso no tiene sentido." Gaston frunció el ceño.
¿Si detuvieron al perpetrador, entonces por qué esos documentos seguían desaparecidos? ¿Podrían aun recuperarlos en ese estado?
"Tal parece que ya no estaba en posesión de los documentos."
"Quiere decir eso que la Oficina de Vigilancia ya los tiene en sus manos?"
"No es lo que parece."
"Hmm...Estas seguro de que detuviste al individuo correcto?"
"Eso esperamos encontrar pronto, dado que lo tenemos bajo investigación."
Hubo una pausa mientras Gaston pensaba las cosas. "Si desaparecieron en la fiesta, entonces ya debería haber recibido una notificación para ir al castillo."
Un buen número de días ya habían pasado. Incluso si la oficina se demorara en acusarlo, ya debería haber escuchado algo si realmente tuvieran esos documentos. Por lo tanto, la posibilidad de que el ladrón los escondiera en algún lado no podía descartarse.
"Que tanto llevas haciéndolo?"
"Ya por un tiempo, pero tenemos problemas para hacerlo hablar."
"Si necesitas usar violencia, hazlo. Lo que sea para hacerlo hablar."
"Me disculpo de antemano, Mi Señor, pero escuche algo interesante concerniente a la ubicación de los documentos."
"Prosigue."
"Uno de los asistentes de servicio esa noche menciono ver a la hija de Lord Raytheft retirándose con una bolsa que no llevaba consigo cuando llego."
"La hija de los Raytheft? De seguro estaba llevando a casa alguno de los regalos que prepare para los invitados."
"Aparentemente se veía totalmente diferente, Mi Señor."
"Diferente cómo?"
"Una bolsa negra, Mi Lord, la cual no iba con el color de su vestido."
"Hmmm..."
Gaston no estaba del todo convencido. Conoció a la hija de los Raytheft por primera vez en la fiesta, y solo se veía de unos diez años. No podía imaginar que la Oficina de Vigilancia estuviera usando niños.
"Supongamos que esos documentos estuvieran dentro de esa bolsa. ¿Como llegaron allí?"
"Uno de los oficiales del estado pudo haberlos entregado aprovechándose de su inocencia, Mi Señor."
"Si...esa parece ser la única explicación razonable." Gaston dejo salir un suspiro de frustración.
"Mi Señor, si me permite, podría arreglar un contacto con los Raythefts para recuperar la bolsa. Sin que se enteren de la razón, claro."
"No, eso no funcionara. Estoy seguro de que eso hará que Joshua revise el contenido. No lo olvides, los Raythefts son una de las familias militares del este. Si se entera de lo que hay dentro, lo reportara enseguida."
Las casas militares del este estaban unidas bajo el Conde Cremelia. Y todas eran orgullosas y obstinadas en lo que respecta a denunciar injusticias.
Contactar a los Raytheft a este punto sería una de las cosas más peligrosas que Gaston podría hacer. Dejó salir un fuerte suspiro a propósito.
"Que hacer, que hacer...Realmente no quisiera que esto salga de las casas del este de poder evitarlo." Pauso para pensar. "Haz que la niña venga aquí--en secreto, claro. Trataremos de convencerla para que la devuelva."
"¿Convencerla, Mi Señor?"
"Si. Asegúrate de tratarla con gentileza por el momento."
Indicando que la conversación había terminado, Gaston regreso a su trabajo. Por eso, no notó la sonrisa que apareció en el rostro del sirviente.
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