El Mago que se Alzó del Fracaso - Chapter 2 Parte 5 (Final)
Estando bastante alejada del centro de la ciudad, esta plaza en particular no tenía mucho trágico y generalmente se la encontraba desolada. Hoy, las nubes se encontraban tapando el sol lo suficiente como para que los vampiros de las historias del mundo del hombre pudieran dar un paseo en el día.
Un olor desconocido le llego de repente a Arcus mientras se acercaba. Era una combinación entre moho y alcantarillado; de cualquier modo, no era nada agradable. Esta sin ninguna duda era una de las razones por la que la gente evadía este lugar.
Aun así, Arcus se mantuvo de pie en el limpio traje que Noah le dio. Con sus colores siendo mayormente azul y blanco, llevaba puesto una camisa y una chaqueta. Con su lindo y redondo rostro, si tan solo llevara una falda y un lazo, podría incluso confundirlo con su hermana.
Llevaba una espada corta apropiada para un niño en su cintura. En una mano llevaba una bolsa negra llena de la evidencia falsa que preparo. Aparte de eso dos ítems, no cargaba nada más.
Arcus esperó. Después de un tiempo, escucho algo moverse.
"Parece que si vino..."
Alguien lo notó. Los pequeños sonidos que escucho era el leve movimiento de ropas y pasos en el camino de piedra. Luego, hombres se acercaron de cada rincón de los callejones que llevaban a la plaza. Tampoco eran solo uno o dos; eran un total de seis. Antes de que Arcus lo supiera, ya lo habían rodeado. Un hombre particularmente alto, quien Arcus asumió era el líder, se le acerco.
"Tú eres Arcus Raytheft?" le pregunto.
"Si, lo soy," Arcus le contesto. Aunque odiaba tener que mostrar incluso el más mínimo respeto por estos sujetos--de seguro los mismos que secuestraron a Lecia--sabía que tenía que actuar su parte por el momento.
Debía pretender que era el educado e indefenso hijo noble que no era. Eso era los más importante en estos momentos.
Estudio cuidadosamente al grupo de hombres. Ninguno se veía como un buen samaritano. El líder no se veía tan mal, pero su cabello era un desastre, y 'decente' no era una palabra que vendría a la mente. Sus ropas estaban sucias; todo lo que vestían que se supone era blanco, se veía más bien amarillento.
Debido a las armas que cargaban, Arcus estaba convencido de que no eran los típicos asaltantes de los callejones. Esos malhechores usualmente se armaban con palos de madera. Los mejorcitos de ellos quizá portarían una daga o un cuchillo.
Los hombres frente a Arcus, sin embargo, vestían con hombreras de cuero, pecheras, espadas y mazos de metal. Vestían como renegados que encontrarías en una taberna a las afueras de la ciudad. Aunque cada hombre estaba vestido diferente, se movían como uno.
¿Serán acaso mercenarios? Arcus se preguntó.
Era común ver gente prestando sus servicios en la capital. Estos tipos obviamente no eran soldados ordinarios, pero al mismo tiempo, parecían conocer bien esta área. Viendo como parecían a gusto trabajando en grupo, Arcus tenía confianza en su deducción.
Es posible que fueran un grupo leal al marqués, quien, por otro lado, no dudaría en abandonarlos en cualquier momento.
Justo entonces, el líder se giró, como indicando que cambiarían de lugar.
"Síguenos."
"E-Espera!"
"Huh?"
El hombre se giró. Mientras tanto, Arcus había desenvainado su espada y la estaba apuntando hacia él.
"Donde está mi hermana! ¡Regrésala!" Demandó.
El hombre enseguida se echó a reir.
"¿Te crees un espadachín, pequeño? Aun así, tiene agallas, ¡pero tu postura es terrible!"
Tenía razón: Arcus estaba fingiendo. Con sus buenas ropas y mala postura, se debió ver como un niño mimado no acostumbrado a pelear. Y eso era exactamente lo que quería.
No tenía pensado pelear con estos hombres aquí. Todo lo que deseaba era fingir oponer resistencia y dar la impresión de que no tenía oportunidad contra ellos en caso de que algo pase.
Arcus se acercó al hombre quien estaba tranquilo, apuntándolo con su espada. Tuvo cuidado de no usar ninguna de las posturas que aprendió en su entrenamiento de esgrima. Estando indefenso, rápidamente fue mandado a volar, y su espada sonó al golpear el suelo de piedra.
"Oof!"
"Lo ves? ¡Un mocoso como tú no puede hacer nada en contra de nosotros!"
"N-No!" Arcus se lamentó, mostrando frustración en su rostro. "S-Si tan solo pudiera usar magia!"
Al escuchar la palabra "magia," el líder recordó algo.
"Ah, sí. Escuche que el hijo de los Raythefts era un inútil."
Arcus se quejó. Aunque esta vez no tuvo que ver con su acto. ¿Qué tan lejos los rumores se habían expandido para que incluso estos marginados supieran de él? Aunque, sabiendo lo mucho que Joshua y Celine amaban hablar de ellos, es probable que no sea un rumor difícil de escuchar.
Arcus cambio sus quejas de frustración a una mirada de imploración antes de dirigir su mano hacia el hombre.
"F-Fuego! ¡U-Um...Ve! ¡Fuego!"
"Ooh, llamas a eso magia?" el líder se burló. "Crees que me puedas sacar un conejo de un sombrero después?"
Su risa hizo eco junto a la de los otros parados detrás suyo.
Luego de un momento, Arcus fue capturado. Se permitió un suspiro de alivio en secreto debido a que todo fue de acuerdo al plan.
Era fácil entender a los humanos si desglosabas. Tendían a creer lo que querían y aceptar fácilmente información que confirmara sus prejuicios. Arcus les mostró que era un niño pequeño y débil sin esperanza de poder usar magia, y ahora es posible que no cambien esa impresión que tienen de él.
"Es esto lo que pidió?"
Arcus escucho a los hombres susurras detrás de él.
"Se ven como documentos para mí. Si, creo que esto sería todo."
Vio sobre su hombro para ver a uno de los mercenarios abrir la bolsa roja y revisar el contenido. No parecía que pudiera leer. La bolsa estaba llena de páginas con puros garabatos. Arcus las hizo en un apuro, preocupado de demorarse mucho, pero afortunadamente le sirvieron.
Los mercenarios llevaron a Arcus hacia un carruaje en espera. Después de un corto viaje, se detuvieron en una extravagante propiedad, la cual le debe pertenecer al marqués. Todo el edificio estaba cubierto en oro, y el perfecto jardín estaba decorado con grandes arboles perfectamente ubicados. Fuentes de piedra y estatuas de oro se veían alrededor del perímetro de la casa.
La primera palabra que venía a la mente era "llamativo." Arcus hizo una mueca mientras revisaba los alrededores con el rabillo del ojo, y los hombres lo guiaron dentro de la propiedad hasta cierta habitación. Parecía un almacén--muy lejos de lo que sería una habitación para los invitados.
Lecia no estaba allí. Era un fastidio, por así decirlo, pero Arcus ya había planeado para esto.
"Lo capturaron?"
"¡Si, Mi Señor!" Gritó el líder.
El hombre que entró a la habitación estaba increíblemente bien vestido. De hecho, estaba demasiado bien vestido. Cargaba un aire imponente incluso al estar a un lado del mercenario musculoso; quien era tan alto como Craib.
Debe de ser Cau Gaston en persona. Era justo como Noah lo había descrito.
No se veía como el tipo de rata codiciosa o rufián de cuello blanco que esperarías. Su postura, la manera en la que caminaba, y su comportamiento tenían cierta dignidad; algo que no podía ser ignorado.
Si tenía una pinta de villano, pero Arcus estaría más inclinado a verlo como "una malvada mente maestra." En cualquier caso, estaba seguro de que este hombre sería problemático. El marqués se le acercó, y se dio cuenta de que casi retrocede para poder ajustarse a su gran presencia.
¿Era así como las personas en la cúspide eran? Tal parece que este tipo de personas (en este mundo al menos) tenían tanta dignidad y una altiva personalidad que parecían ser tangibles, y esto incrementaba mientras más alto sea tu rango.
"Eres Arcus Raytheft?" Gaston pregunto.
"Así es. Usted debe ser Lord Cau Gaston."
"En efecto, lo soy. Y no creo que haya ningún motivo por el cual ocultarlo."
"En ese caso, Su Señoría debe ser quien mando esa carta."
Gaston simplemente asintió, como diciendo que dar una explicación sería muy problemático.
"Está mi hermana a salvo? ¡Por favor, déjela ir!"
"Es ese el libro mayor?" Gaston tornó su mirada hacia la bolsa negra en manos del mercenario, quien se la pasó inmediatamente. Gaston examinó el contenido.
"Esto no es lo que pedí. Pienso haber pedido que trajeras la evidencia que te dio tu hermana."
Arcus no respondió.
"Dónde está? Respóndeme."
"El oficial ya la recogió."
Gaston ni se inmutó. En vez de eso, sus labios formaron una leve sonrisa.
"Un valiente esfuerzo, muchacho. Pero de ser verdad, no tendrías razón para estar aquí."
Estaba en lo cierto. Si el oficial tuviera la evidencia, no había necesidad de que Arcus se arriesgara solo para ser capturado.
"Dime en donde está. De otro modo, será tu culpa si algo le pasa a tu hermana."
Como Arcus esperaba, el marqués empezó a amenazar a Lecia. Una práctica estándar de quienes tenían rehenes. Arcus lo veía todo el tiempo en los doramas del mundo del hombre.
"Dejé la evidencia real en casa," Arcus dijo.
"Alguien más sabe que está allí?"
"No. La escondí detrás de mi closet," mintió.
"Oho."
Aparentemente cansado de la conversación en el momento en que obtuvo lo que quería, Gaston se giró. Empezó a murmurar para sí mismo, y sonaba a que trataba de idear un plan para recuperar la evidencia. Arcus decidió que este era el momento para echar lecha al fuego en su acto de indefenso niño noble.
"¡Por favor, deje ir a mi hermana! ¡Entonces le prometo darle la evidencia!"
"No. No te la puedo devolver sin saber que lo que tienes es real."
"P-Por favor..."
"Esto es tu culpa. Si hubieras traído la evidencia contigo, alegremente te habría regresado a la señorita Lecia. ¡Trataste de verme la cara una vez! ¡No dejaré que pase de nuevo!"
Gaston se mantuvo firme. Solo hablar no sería suficiente para que regrese a Lecia. Al culpar a Arcus por todo, estaba probablemente tratando de debilitar su determinación. Siguiendo el juego, Arcus bajó su cabeza.
"Mi Señor, que hacemos con el chico?" El mercenario preguntó.
"Llévatelo. Ya no me sirve."
"Debería llevarlo a donde están las chicas?"
Arcus sostuvo su respiración. Encontrarse con ellas era la mayor parte del plan A. Al menos, le permitiría verificar la seguridad de Lecia. Luego de eso, podría simplemente esperar una oportunidad para dejar de actuar y escapar.
Ya tenía algunos hechizos en mente. En su sueño, aprendió acerca de la refracción de la luz, lo que le dio el conocimiento necesario para crear un hechizo de invisibilidad. También tenía un hechizo que puede poner a dormir a su oponente. Aunque ninguno duraba mucho, no había duda de que serían útiles.
Si las cosas se ponían feas, siempre podría usar su Munición Negra para deshacerse de sus enemigos o usar magia de fuego para incendiar este lugar.
Tenía algunas herramientas para asistirlo en su escape. Desafortunadamente, no parece que las cosas irán a su favor.
"Si, llévalo...No, espera."
"¿Que sucede, Mi Señor?"
Gaston no respondió enseguida, en vez de eso, acaricio su barbilla y entrecerró sus ojos en pensamiento. Entonces se giró lentamente.
"Llévalo a la Torre Sagrada, solo por precaución. Arreglare el papeleo."
"Huh!?"
"Que!?" Arcus se sorprendió al mismo tiempo.
¿Por qué Gaston no lo mantendría en su propiedad? Afortunadamente para Arcus, el mercenario parecía igual de confundido.
"¿Pero por qué, Mi Señor? Entiendo que Su Señoría quiera mantenerlo apartado de las chicas, pero en ese caso, podría llevarlo a otra habitación en la propiedad. Pero llevarlo a la Torre..."
"Él es un Raytheft," Gaston dijo, "y ellos son una familia marcial. Nunca esta demás ser cuidadoso."
"Su Señoría está preocupado de que pueda escapar? ¡Lo he visto sostener una espada, y es un inútil! Tampoco puede usar magia. Pensé que era famoso en la alta sociedad debido a su falta de habilidad."
"En efecto. Sin embargo, no deseo descartar la posibilidad de que todo sea un acto."
La mirada de Gaston se apartó del confundido mercenario para mirar a Arcus.
Se inclino, observándolo cuidadosamente. Arcus le devolvió la mirada mientras más se acercaba. Había algo en esos ojos que le ponía la piel de gallina. Era como si el marqués pudiera leer todos sus pensamientos. La ansiedad se arrastró por todos sus miembros.
Era eso. La gran presencia peculiar de los nobles de alta clase. Gotas de sudor empezaron a formarse en el cuello de Arcus mientras Gaston le hizo darse cuenta de con quien estaba lidiando.
"Creo que Su Señoria está pensando mucho las cosas. Para mí no se ve como si estuviera escondiendo sus habilidades con la espada o magia. Aparte, es un niño. Podría amordazarlo y listo."
"Suficiente. Llévalo a la Torre. Es una orden."
"Muy bien, Mi Señor. Vamos." El mercenario comenzó a empujar a Arcus, quien se iba tropezando.
No podía creer que lo estaban enviando a la Torre Sagrada. Por lo que había escuchado, era una prisión para magos que habían cometido crímenes en la capital. Había medidas anti mágicas en el lugar, y se decía que escapar era imposible, gracias a la guardia impenetrable.
"¿Ahora que, Mi Señor? Si la evidencia está en el hogar de los Raythefts, será difícil recuperarla."
Gaston necesitaría una muy buena excusa para registrar la propiedad de otro noble. Tampoco sería fácil escabullirse. Su propiedad resguardaba todo tipo de documentos concernientes a los asuntos militares del reino, y por ende, la seguridad era bastante fuerte. Este mercenario podría haber peleado cien batallas, y aun así Arcus apostaría que no podría entrar.
"Si, es realmente un asunto problemático," Gaston dijo con un suspiro. "Supongo que me gustaría que vayas a revisar como están las cosas primero. Estoy seguro de que están perdiendo la cabaza con la desaparición de sus dos hijos. Entonces, asumiendo que no estén haciendo nada en mi contra..."
"Entonces que?"
"Los dejaremos tranquilos. Significaría que ninguno de ellos sospecha de mí, después de todo. Cuando las cosas se calmen, podemos enviar a algún espía."
"¿Y las niñas, Mi Señor?"
"Será mejor que nos deshagamos de ella, como se planeó."
"Hey!" Arcus no pudo dejar pasar eso.
Gaston lo miro sobre su hombro.
"Estas loco? ¡Se que los vizcondes no están tan arriba en la cadena social, pero ellas aún son hijas de nobles!"
"Exactamente. No es inusual que niños con ese estatus desaparezcan."
"Lo dices en serio?"
"Si," Gason respondió.
"Solo porque las hagas 'desaparecer' no significa que la gente no se dará cuenta de lo que has hecho! ¡Los Raythefts son una poderosa familia militar! ¡Cuando empiecen a investigar, se darán cuenta de lo que paso enseguida!"
"Los Raythefts no harán absolutamente nada. Todo irá de acuerdo con el plan."
"Por qué estas tan seguro?"
"Escúchame, jovencito. Este mundo funciona con el dinero. El dinero puede comprar lealtad y hacer desaparecer cualquier problema."
"Es así? ¿Crees que el dinero puede resolverlo todo?" Arcus continuo.
"No lo pienso. Lo sé. La sociedad funciona en base de quien tiene más y quien tiene menos. Y siempre y cuando tengas dinero, puedes comprar todo el afecto y seguidores que quieras."
Estaba loco, y es por eso por lo que Arcus tenía tanto miedo. Tenía que hacer algo. Lo que sea.
"Vamos, estate quieto." dijo el mercenario.
Lo siguiente que Arcus sintió, fue algo colisionando con su cabeza, y entonces todo se volvió negro.
*
Un tiempo paso después de que Arcus fuera noqueado, pero Lecia y Charlotte no sabían nada de lo sucedido. Ellas aún se encontraban en el sofá dentro de la habitación de huéspedes con sus manos atadas detrás de sus espaldas y sus armas retiradas por uno de los hombres de Gaston. Nadie estaba allí para vigilarlas, por lo que estaban solas.
Se descuido, pensó Charlotte, otras personas serian más cuidadosas, incluso con rehenes regulares.
Habiéndolas atado y también amordazado a Lecia, ellos probablemente pensaban que no sería problema dejarlas sin vigilancia. Aunque, sin sus armas, no había manera de que Charlotte pueda cortas sus cuerdas, menos aún ayudar a Lecia.
"Lecia, estas bien?"
Lecia solo pudo asentir en respuesta, aunque se podía ver un brillo de culpa en sus ojos. Considerando su seria personalidad, posiblemente se estaba culpando por todo esto.
"Esto no es tu culpa, Lecia," Charlotte le dijo gentilmente. "Es la culpa del marqués..."
¿Quién más entraría a la habitación sino él? Charlotte se puso rígida, preguntándose que tramaba ahora. Gaston sonrió levemente.
"Lamento la espera. Sin embargo, tal parece que todo acabará pronto."
Lo que significa que aún no ha podido resolverlo. Asumiendo que ya se había encontrado con Arcus, eso solo podía significar una cosa.
"Está Su Señoría diciendo que Arcus no trajo la evidencia?" Charlotte pregunto.
"Es bastante perspicaz, Milady. Justo como sospecha, el muchacho no me trajo lo que le pedí."
"¿En ese caso, en dónde está?"
"Empezó a comportarse mal, por lo que lo hice dormir. Después, será enviado a la Torre."
"L-La Torre?!"
¿Acaso se refiere a la Torre Sagrada? ¿Pero por qué enviar a alguien como Arcus a un lugar lleno de criminales? ¡Solo es un niño!
"Pero Su Señoría no puede simplemente mandar a un niño noble a un lugar como ese sin una buena razón! El vizconde de seguro..." Charlotte se desvió.
"Oh? ¿Qué es lo que hará el vizconde? Personalmente, no creo que mueva un dedo. Todos saben cómo rechazó a su propio hijo. De hecho, probablemente crea que le estoy haciendo un bien."
"El..." Charlotte empezó, pero no podía pensar en que más decir. Observo a Lecia, quien estaba mirando al suelo. Eso le dijo que su amiga concordaba con lo que Gaston estaba diciendo. Ella sabía que Joshua ya no tenía ningún afecto por su hijo.
En ese momento, la puesta de la habitación se abrió. Allí estaba el líder de los mercenarios con su gran espada. Inmediatamente después de entrar, hizo una reverencia.
"Perdone la interrupción, Mi Señor."
"Que sucede?" Gaston pregunto.
"Termine los arreglos para enviar al niño a la Torre."
"Ah, bien."
El mercenario entonces se giró hacia las chicas y camino hasta estar frente a Lecia. Luego le mostro una desagradable sonrisa.
"Tu hermano sí que fue entretenido mientras lo capturaba. Trató de amenazarme con su espada, a pesar de que era claro que no sabía lo que hacía. ¡Debiste escucharlo mientras lloriqueaba!"
El mercenario siguió, provocando a Lecia mientras soltaba insultos acerca de su hermano. Acerca de cómo trató de pelear con una espada que no sabía usar.
Acerca de cómo se rindió cuando era claro que no podía ganar. Como era la primera vez que el mercenario veía a un niño tan patético.
Lecia lo miro mal, sus cachetes enrojeciéndose de la rabia mientras continuaba hablando mal del hermano que ella respetaba tanto. Tal parece que eso le agradó, ya que su sonrisa burlesca creció aún más.
Lecia había hablado anteriormente de que tan trabajador Arcus era y su impresionante comando sobre la magia, pero escuchando al hombre hablar, Charlotte se convenció de que era su prejuicio hablando. Mientras que fue valiente de él venir solo y ver al marqués con evidencia falsa en mano, fue capturado de igual manera al final, haciendo todo inútil.
"¡Y tampoco puede usar nada de magia, aunque es de una familia marcial! ¡Debiste haberlo escuchado!" El mercenario afino su voz. "Fuego! ¡Ve fuego!"
Su horrible risa resonó por la habitación. Según Lecia, Arcus si podía usar magia. De hecho, dijo que incluso era capaz de usar Flamlarune, un hechizo inspirado por aquellos que usualmente eran reservados para el campo de batalla.
Alguien en la ecuación estaba mintiendo, y para Charlotte era difícil de creer que fuera Lecia, quien siempre era una chica honesta. Así que, ¿qué estaba pasando? No pudo pensar mucho más en la situación ya que Gaston acerco su rostro al de Lecia.
"Señorita Lecia. ¿Es su hermano realmente la persona sin talento que dicen que es?" Pregunto seriamente.
Así que el también tenía sus sospechas. Con la mordaza en su boca, Lecia no podía responder. Simplemente le regreso la mirada.
"Su Señoría realmente está siendo cauteloso con él."
"Me preocupa más la actitud que mostró," Gaston dijo.
"Su actitud."
"Déjame preguntarte algo. Cuando capturaste al chico, era tan dócil e ingenuo como cualquier otro niño noble, ¿correcto?"
"En efecto, Mi Señor. Era como si nunca hubiera puesto un pie fuera de su casa."
"Sin embargo, cuando lo trajiste a mí, no tenía ni una pizca de miedo."
"Huh? ¿Por qué tendría miedo, Mi Señor?"
"En ese entonces, estaba haciendo lo posible para intimidarlo, y, aun así, fue capaz de seguir con la conversación sin pestañear."
Charlotte sabía que tan intimidante Cau Gaston podía ser. No era solo por su tamaño, sino por la dignidad que desarrollo como una de las figuras más poderosas del reino. Incluso un soldado bien armado tendría problemas en su presencia. Mientras que no sería problema para la cabeza de una familia marcial, un niño es algo muy diferente.
Gaston coloco su mano en su quijada mientras pensaba.
"Recuerda también que tan rápido su actitud cambio cuando sugerí enviarlo a otro lado."
"Oh...es cierto!"
"No se inmuto cuando le dije que no le regresaría a su hermana, pero todo cambio cuando dije que lo pondría en otro lugar. Es casi como si hubiera arruinado algún plan que tuviera."
"Es por eso por lo que Su Señoría dijo que lo mandáramos a la Torre?"
"Esa no es la única razón. Simplemente no quería que se encontrada con las chicas, de ser ese su plan."
"No lo sé. Mi Señor, parece muy paranoico para mí. Solo es un niño. Claro que puede ser impredecible. Probablemente no reacciono al principio ya que sabía que no podía hacer nada. Honestamente pienso que no estaba escondiendo nada."
"Eso mismo espero," dijo Gaston, viendo fuera de la ventana. Pero su mirada mostraba que no estaba de acuerdo con el mercenario. La ventana veía hacia el castillo real en el centro de la capital. ¿Qué pasaba por la cabeza del marqués mientras lo estudiaba? Afortunadamente, el mercenario estaba allí para hacer la pregunta.
"¿Sucede algo, Mi Señor?" preguntó, frunciendo el ceño en confusión.
"Una pregunta. ¿Alguna vez has conocido a un niño terrorífico?"
"A un niño terrorífico?"
"Yo sí. Al príncipe heredero," Gaston dijo.
"¡Oh, he escuchado de él! Dicen que es un genio."
"En efecto."
El Príncipe de Lainur. Aunque tenía una edad similar a la de Charlotte, decían que era el más grande genio que el reino haya visto.
Era común para la familia real hacer un espectáculo para elogiar al recién nacido heredero al trono. Decían que era un "genio," bendecido por espíritus divinos, y más poderoso que cualquier bestia mítica. Usualmente, un lenguaje así de exagerado era usado para enviar un mensaje acerca del poder de la familia real a aquellos dentro y fuera del reino, pero dado a que la realeza en si ya eran increíblemente fuertes, era seguro que no fuera una exageración.
El marqués se giró nuevamente.
"Lady Charlotte y la Señorita Lecia no actúan como niñas comunes debido a la crianza de nobles. Cualquier niño puede ser criado para comportarse de cierta manera si se lo educa desde una temprana edad. Pero el príncipe es diferente. Es un jovencito con determinación y de mente abierta, y no fueron cosas que le fueron forzadas a aprender. Tiene una dignidad que es mayor a la de sus años, aunque solo tenga diez años más o menos. Hablar con Su Alteza Real es como hablar con alguien de la misma edad."
"Sigue siendo un humano, ¿verdad?"
"Es fácil decir eso si no lo conoces. Es fácil decir que, sin importar que tan poderosa sea la familia real, ellos aún son de carne y hueso como todos los demás. No son humano. Son líderes--una raza completamente diferente." Una gota de sudor bajo por el cachete del marqués.
"¿Que me dice del Rey, Mi Señor?" el mercenario pregunto.
"Te aconsejo que no hable de Su Majestad o de su hijo de manera tan casual," Gaston contesto con una expresión de miedo en su rostro.
¿Qué tan poderoso era el príncipe como para hacer que el marqués temblara de esa manera?
"He pasado días pensando en lo que Su Alteza Real esconde bajo su exterior. Y, aun después de pensarlo tanto, no tengo respuesta más que oscuridad."
"Perdón, Mi Señor, ¿pero a que se refiere con todo esto?"
"Es debido a que sentí algo similar del joven Arcus Raytheft. No estoy diciendo que puede comparársele a Su Alteza Real, pero era similar. Cuando hablé con él, era como si no estuviese hablando con un niño."
Las palabras salieron de sus labios como un suspiro. Pero entonces el marqués se detuvo y observo a Charlotte. Su rostro ahora era completamente inexpresivo, lo cual la hizo sudar frio.
"Dado a que llegamos a esto, haré que ambas mueran por mí, y debería hacerlo pronto. Espero que entiendan."
Era la amenaza final que Charlotte estuvo esperando todo este tiempo.
Fin del chapter 2
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