El Mago que se Alzó del Fracaso - Chapter 3 Parte 3

  *

No hubo mucho significado en mi decisión de ayudar al niño noble que se cruzó en mi camino ese día.

Odiaba a la clase noble que había matado a mi familia. No me importaba lo que les sucediera a los hijos de esos monstruos, por lo que no dude cuando se me presento la oportunidad de cambiar sus vidas por monedas.

Odiaba todo acerca de la nobleza, incluso ahora. Por lo que debe haber algo que me impulsara a ayudar a este niño.

Deben ser esas palabras.

"Debo ir a rescatarla"

Pude escucharlo en su voz. El deseo de salvar a su familia. De salvar a su hermana. El deseo de hacer lo que yo nunca pude.

Fue entonces que la pequeña mecha de conciencia que aún se encontraba en mi corazón se encendió. Me dijo que lo ayudara. Que haga lo que pudiera por él.

Puse excusas para lo que quería hacer: solo porque simpaticé con él en ese momento no significaba que me encariñaría, y esto tampoco era yo tratando de compensar por lo que lo hice pasar. Ya cumplí mi sentencia. Ya pagué por mis acciones, y, de cualquier manera, ya no me interesaba el secuestro y rescate como carrera. No estaba seguro del por qué deseaba ayudarlo o del por qué me importaba mucho. Quizá era un lapso temporal en mi juicio.

Todo lo que sabía era lo que estaba frente a mí: este niño noble, Arcus Raytheft, estaba tratando de escapar.

Su esponjoso cabello plateado se agitaba frenéticamente, y sus ojos carmesíes parpadeaban incesantemente mientras avanzaba. La manera en cómo se movía y el color de esos ojos me recordaron a un bebe conejo.

Era extraño. Aunque vestía como cualquier otro niño noble, se comportaba más como un plebeyo. Al menos, definitivamente no hablaba como un aristócrata. Hablar con él era como hablar con cualquier niño de mi aldea, y la conversación fluía fácilmente.

"Espera," dije.

"Que sucede?"

"Es mejor que llevemos esto." Recogí una sábana de mi cama.

Arcus me frunció el ceño. "Para que necesitaremos eso?"

"Muchas cosas." Eso sería todo de momento. "Entonces, ¿qué sabes acerca de la construcción de este lugar?"

"Nada de nada." Arcus me dirigió una sonrisa.

Solo pude suspirar y preguntarme si había pensado mucho más que solo el siguiente paso. Aunque supongo que como recién llego aquí, no sabría nada acerca del lugar.

"Bueno, como pudiste ver mientras subías, hay habitaciones de guardias cada tres pisos, y siempre hay de cinco a siete guardias dentro. También tienen todas sus armas llenas de sellos, o son magos bastante fuertes. No podrías derrotarlos uno a uno, y mucho menos a cinco o siete de ellos."

"Hm..."

"También, si tratas de enfrentare a ellos de frente, habrá como cincuenta acercándose de todos lados en poco tiempo." Aunque solo fuera un estimado, probablemente era bastante correcto.

Arcus frunció el ceño. "Demonios. ¡No tengo el éter suficiente para lidiar con eso!"

"Cuantos hechizos puedes conjurar?"

"Alrededor de diez de medio rango...no quisiera conjurar más de eso, ya que necesito irrumpir en la mansión de ese noble."

"Tienes razón, eso no es nada. De hecho, es peor que nada. ¿No que eras de una familia militar o algo? ¿No se supone que deberías tener éter saliéndote del trasero?"

Arcus dudó. "No tengo mucho éter. Me rechazaron."

Vio hacia el piso. Aparentemente, era un tema sensible. Ahora estaba murmurando acerca ese "maldito viejo" y "aplastar a la casa Raytheft." Daba un poco de miedo.

"Supongo que esa es tu segunda debilidad, después de esa cara de niña."

"Perdón..."

"Nah. Tener debilidades te hace más agradable." Tome a Arcus por el cuello de su camisa para poder verlo a los ojos. Puso un rostro amenazador e inflo los cachetes como un gato travieso, con sus extremidades extendidas.

"No quiero ser asesinado por un secuestrador con una cara malvada como tú!"

"¿Es mejor que verme adorable, no crees?" Si iba a ser franco conmigo, entonces yo también lo seré con él. "Probablemente podamos derrotar a la mitad si combinamos nuestra magia, si tenemos suerte claro."

"Quizá debería crear un incendio y escapar entre el pánico?"

"Así que un incendio, ¿eh? Jamás habría esperado eso de un renacuajo de sangre azul."

Arcus sonrió incómodo.

No era una mala idea, si no fuera por nuestros alrededores.

"No es un mal truco, pero no funcionara. Mira las paredes."

"Son muy fuertes, ¿no?" Arcus golpeo una con su puño.

"Exacto. Todo este edificio, aparte de las partes modernas, fue construido en los días en el que la Lengua Antigua era el idioma principal. No se rompen, y diría que tampoco se queman." Vi el rostro de Arcus, esperando que diga algo inteligente. No me sorprendería si el pudiera prenderles fuego, pero agito su cabeza.

A pesar de los problemas frente a nosotros, la determinación de Arcus seguía igual de fuerte. "Sigamos lo más que podamos por el momento."

"Huh? ¿Y luego qué? ¡Si nos movemos sin pensar, solo tendremos problemas más adelante! ¡Nos mandaran a un lugar peor que este hueco!"

"Tengo una o dos ideas, pero necesito salir de aquí para poder ver cómo está construido este lugar."

"Supongo que eso tiene sentido."

Sus acciones eran temerarias, pero empecé a ver que había cierto semblante detrás de ellas. Tengo entendido que todo mago tiene uno o dos trucos bajo la manga, los cuales solo revelan a último minuto. Sabía que este niño no era la excepción, especialmente si tenía planeado asaltar la casa de un noble...

De repente, me vino a la mente una pregunta.

"¿Por cierto, estás de acuerdo en dejar a los guardias vivos...o no?"

"Bueno, este lugar está bien sellado. De ser necesario, podría conjurar algunos aerosoles tóxicos."

"Aero que cosa?"

"Es como veneno que se esparce en el aire, y si lo respiras, te desmayas. Has escuchado de personas desmayándose en volcanes o minas, ¿verdad? Es como eso."

"Es terrorífico que sepas hacer eso..."

"Aunque no lo haría. Sería muy salvaje, y no quiero causar ninguna masacre."

"Buen niño."

"Siempre y cuando haya otras opciones, claro," Arcus añadió.

Lo entendí. Estaba dispuesto a poner la vida de su hermana por sobre la vida de extraños. Supongo que ese es el tipo de persona que crían en esas familias con sed de guerra.

Los Vidrios de Sol iluminando el corredor como si fuera de tarde, hacían las paredes blancas brillar. Mientras bajamos las escaleras, los ocupantes de las otras celdas nos llamaban.

"También déjennos salir!"

"Llévennos con ustedes!"

"No saldrán de aquí!"

"¡Cuando los guardias se den cuenta, estarán fritos!"

Los ignoramos, pero después de un momento, se escucharon pasos acercándose. No eran los prisioneros, claro. Eran un guardia patrullando.

"Parece que tenemos a nuestro primer cliente!"

"El primero de muchos," Arcus dijo con un suspiro.

Nos escondimos rápidamente detrás de una esquina. Reteniendo mi respiración, espere a que el guardia estuviera a mi alance...

"Competente Manta de Algol. Envuelve a los conejos como están; abúltalos, átalos, y siléncialos enseguida."

Artglyphs rodearon la manta, la cual inmediatamente se envolvió fuertemente alrededor de la parte superior del guardia.

Esta era la Manta Sofocante de Algol.

La voz del guardia fue silenciada por el material, haciendo sus palabras casi inaudibles. No importa que tanto se moviera, la manta mágica se le pegó con fuerza hasta que después de un corto tiempo, perdió el conocimiento.

"Ese es...un hechizo interesante," Arcus comento.

"Lo dice el chico que pelea con basura. Aunque, después de ver ese hechizo tuyo, empecé a experimentar con el mismo tipo de cosas."

"Suena a que has estado memorizando La Era Espiritual. 'La semana de agricultura de Algol: Martes de Cosecha.'"

"El mismo."

Arcus desgloso mi hechizo en su capítulo y verso. La cantidad de conocimiento que contenía esa cabeza de bebe suya realmente era impresionante. Incluso un graduado del Instituto o un miembro del Gremio no podría desglosarlo tan fácilmente. El conocimiento de Arcus ya debe de estar a la par que el de un mago estatal--al menos de uno de recién esté empezando.

"¿Si puedes hacer hechizos como ese, por qué fue que decidiste hacerte un secuestrador?" Pregunto Arcus.

"Por varias cosas, ya sabes. Además, ese fue mi primer intento de secuestro."

"Oh, sí. Creo que lo mencionaste en ese momento."

"Lo hice?"

"Si."

"Bueno, supongo que tiene mejor memoria que yo, niño."

"Es verdad que tengo buena memoria. Si quieres, podría recitar exactamente lo que se dijo ese día."

"Huh. Tu vida debe de ser aburrida como para que recuerdes esas cosas." Parte de mi estaba harta de que Arcus fuera un genio, para ser honesto. Probablemente se notó en mi tono.

No era solo su gran conocimiento, si no el que tan rápido aprendía cosas. Era creativo y para colmo, tenía una gran memoria. Si tan solo tuviera tanto éter como el resto de su familia, probablemente sería visto como algún tipo de dios. Aun me pregunto por qué solo esa parte de él no era grandiosa.

"Quien está allí!?" Un segundo guardia grito desde lo profundo del corredor.

Mi mente empezó a funcionar rápidamente para planear como lidiar con él.

"Ayuda! ¡Uno de los guardias colapso!" Arcus grito de repente.

"Que!?" Sus pasos hicieron eco mientras el guardia se acercaba.

Se acerco rápidamente a nosotros hasta que pudo ver al guardia caído y a Arcus arrodillado pretendiendo ayudarlo. El nuevo guardia dudo. Era obvio que tenía problemas en decidir ayudar a su colega o asegurar al prisionero. ¿Era ese niño un prisionero en primer lugar? Las preguntas en su cabeza se notaron fácilmente.

Viendo mi oportunidad, prepare otra Manta Sofocante de Algol. Este guardia sufrió el mismo destino que el primero y cayó encima de él.

"Hey! ¿¡Que creen que están haciendo!?" Otro guardia apareció, blandiendo su arma hacia nosotros.

Era rápido. Su armadura debe de estar grabada con sellos para aumentar sus habilidades físicas. Recogí mi manta de entre los cuerpos caídos lo más rápido que pude, pero no me daría el tiempo.

"Déjamelo a mí." Arcus se arrodillo y apunto su dedo al guardia antes de recitar un hechizo.

Con su concentración en mí, el guardia reaccionó lentamente, no dándose cuenta de que Arcus también era una amenaza.

"Bala Negra. Mantén al pálido caballo galopando a través de los cielos en la mira de los ojos de la Muerte."

Luego, un fuerte bang exploto en el aire. Antes de darme cuenta de lo que estaba pasando, el tercer guardia colapso. Rodó en el suelo y, mientras veía, empezó a retorcerse de agonía.

Un charco de sangre se extendió entre su cuerpo y el suelo blanco de la Torre. Se me puso la piel de gallina. ¿Como lo hizo? No lo sabía. Eso era lo que más me daba miedo.

El hechizo daño solo al guardia, lo cual significaba que era ofensivo por naturaleza. Al mismo tiempo, no vi nada. En un momento el guardia estaba de pie, y al siguiente estaba en el suelo.

"Lo lamento. Un hechizo de curación te dejara como nuevo," Arcus le dijo al adolorido guardia.

Uso un pañuelo para amordazar al guardia antes de amarrar sus manos detrás de su espalda. Luego se giró hacia mí. Cierto. No podía darme el lujo de estar aquí parado en shock.

Corrimos por el corredor, y mire sobre mi hombre. El guardia aún estaba retorciéndose de dolor. Había una pequeña y redonda herida en su pierna., pero eso no me ayudo a averiguar lo que Arcus hizo.

He visto toda clase de magia en mi vida. Ya sea de estudiantes o profesores en el Instituto o hechizos más grandes hechos por magos cuyos nombres son conocidos en todo el reino. Todo tipo, pero ninguno como ese.

Pensé y pensé, pero no pude pensar en una manera de recrearlo.

Lo que sea en lo que Arcus se haya basado, debe de ser de una nación totalmente diferente. También las frases que usó: "Ojos de la Muerte," "pálido caballo"...Jamás había escuchado esas.

"Que rayos fue ese hechizo?" Pregunte mientras corríamos hacia el siguiente punto.

"Yo lo hice. Aunque la frase podría mejorarse." Arcus suspiro.

"Y lo dices como si no fuera nada!"

Los magos no enseñaban sus hechizos originales si no era necesario. Usualmente eran guardados solo para situaciones difíciles, para prevenir que otros los copien. Si alguien tratara de copiar el hechizo que Arcus conjuró...De hecho, quizás no había de que preocuparse. El hechizo en si era invisible. Incluso imaginar lo que había pasado era una tarea imposible, haciéndolo imposible de imitar. Después de todo, imaginar el efecto de un hechizo era igual de importante que escoger las palabras correctas si querías que tu hechizo sea un éxito.

Lo que sea que Arcus haya conjurado, era increíble. Al igual que la niña que perseguí ese día, él era igual de impresionante. Mi cabeza no podía comprender el hecho de que existiera un humano vivo que pudiera conjurar algo así como si fuera nada.

Bajamos unos diez pisos más o menos, peleando contra algunos guardias en el camino. A ese punto, Arcus había gastado la mitad de su éter, por lo que paramos para tomar un descanso. No teníamos mucho tiempo como para quedarnos quietos, pero tampoco es como si pudiéramos continuar ejerciendo este nivel de esfuerzo todo el día.

Los prisioneros dentro de las celdas gritaban cuando nos veían. Había unos pidiendo ayuda y otros tratando de retenernos, pero en ambos casos, no pasaría mucho tiempo para que los guardias vinieran a ver que estaba pasando.

Nos encargabas de todo guardia que se cruzara en nuestro camino para evitar que pidieran refuerzos, pero no sabíamos cuando eso cambiaria.

Revisamos con cuidado para ver hacia donde nos dirigíamos.

De repente, escuchamos las voces de prisioneros. Que alguien tratara de escapar era raro, por lo que era normal que se alborotaran. Pero entonces, todas las voces se detuvieron.

"Que es lo que están haciendo?"

La voz de una mujer hablo a nuestras espaldas.

*

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