Seirei Gensouki Volumen 15 - Chapter 4 Parte 4 (Fin del Chapter 4)

 

En un área deshabitada del Reino Paladia, justo después de que Rio dejara las afueras de la aldea en donde mató a Lucius e invitara a Christina y Flora a su casa de piedra...

Había alguien observando desde arriba. Reiss. Había seguido a Rio mientras llevaba a Christina y Flora lejos de la aldea en donde había tenido su duelo a muerte contra Lucius.

Si ha sacado su casa, entonces no seguirá viajando hoy. La Princesa Flora parecía bastante exhausta, por lo que debe estar priorizando su recuperación, Reiss dedujo mientras vigilaba la casa.

¿Dejando eso a un lado, como debería actuar ahora? Habiendo perdido la opción de coordinar con Lucius, no tengo más elección que rendirme en lidiar con Haruto. El riesgo de hacer un movimiento es más grande que el riesgo de dejarlo en paz, pero dejarlo regresar sin algún tipo de resistencia...

Era humillante. El desastre que Lucius causo dejó a Reiss en una problemática situación.

Que pasaría si permitiera que Rio y las princesas regresaran así? ¿Qué tipo de información llegaría al Restoration y Galarc, y cómo reaccionarían? Reiss considero todas las posibilidades.

No hay manera de ocultar el hecho de que fue Lucius quien secuestro a las princesas reales de Beltrum. También es de conocimiento general que Lucius tiene conexiones con el embajador de Proxia--conmigo. Considerando el hecho de que fui descubierto en Rodania justo antes de que las princesas desaparecieran, entonces...

Lo más seguro es que el secuestro de Christina y Flora sea visto como el trabajo del Imperio Proxia. Si tenía la suficiente mala suerte, sus conexiones con la facción del Duque Arbor podrían ser descubiertas también.

Mientras que no se puede hacer nada acerca de Galarc y del Restoration incrementando su cuidado contra Proxia, el riesgo y la ganancia estarían muy desequilibrados si las cosas siguen así. Lo único que se ganó en todo esto fue mi falsa muerte, y ni siquiera sé si pude engañar a ese espíritu...

Durante la batalla a las afueras de Rodania, Reiss hizo ver como si Aishia lo hubiese arrinconado y derrotado. Sin embargo, solo había invocado a un monstruo para que sea asesinado en su lugar, ayudando en su exitoso escape.

No puedo aparecer ante Haruto en estos momentos. Si falsificar mi muerte salió como lo planee, entonces dirigirá su atención lejos de mí. Sería un desperdicio descartar esa ventaja aquí. Lo que significa que debo enviar a los miembros del escuadrón a limpiar los fracasos de su comandante. Pueden pensar en eso como una manera de vengarlo.

Solo había dos problemas con eso--el primero sería que clase de situación quería crear con ellos.

Sin embargo, la Princesa Sylvie debería aceptar su situación pronto, y también he obtenido un nuevo peón para reemplazar al viejo, por lo que quizás debería usarlo como conejillo de indias.

Reiss inmediatamente ideo un buen plan y sonrió sombríamente.

El problema restante sería buscar un lugar en donde hacer que se enfrenten, pero deberían estar dirigiéndose hacia Rodania o Galarc. A cualquiera que vayan, deben de pasar por el Reino Rubia. La ventana de oportunidad será extremadamente limitada si vuela con ambas princesas, pero tratare de arreglar algo.

Dado a que era una regla de hierro el viajar solo durante el día, pasará esas horas siguiendo a Rio. De necesitar dar órdenes y mover personal, lo hará luego de que Rio se detenga a descansar.

Supongo que iré a donde Arein y los demás luego de marcar esta ubicación.

Con eso decidido, Reiss descendió al suelo



Luego de unos 10 minutos, Reiss usó un cristal de transportación de un solo uso para reubicarse inmediatamente. Reapareció en el Reino Paladia, pero a kilómetros de donde Rio ubico su casa de piedra, en una aldea abandonada.

"Ahora..." Sin duda en sus pasos, Reiss marcho hacia adelante. Se detuvo frente a una vieja casa, la cual parece haberle pertenecido al antiguo jefe de la aldea, y toco la puerta con cierto ritmo. Luego de hacerlo, la puerta de la casa se abrió fuertemente. Parecía que el ocupante estaba ansioso.

"Vaya, Señor Reiss..."

Claramente, quien abrió la puerta fue Arein, el subordinado de Lucius. Lucci y Ven se posicionaron detrás de él inmediatamente.

"Los tres se ven bien," Reis dijo con una indescifrable sonrisa.

"Umm...El capitán no está contigo?" Arein pregunto, examinando la expresión de Reiss antes de ver si alguien lo estaba acompañando. Como implico su pregunta, se preguntaba acerca del paradero de Lucius.

Esta aldea desierta era originalmente el punto de encuentro después de que el plan se completara, pero Reiss ya la había visitado dos días antes, luego de haber escapado de Aishia. Le había pedido información a Arein y los demás. Sin embargo, no estaba al tanto de que Christina y Flora habían sido secuestradas en ese momento--solo se enteró cuando arribo al campo de batalla--y no tuvo más opción que priorizar su encuentro con Duran.

Consecuentemente, el grupo de Arein se escondió en la aldea por dos días, creyendo que Lucius regresaría victorioso.

"Fue asesinado," Reiss dijo francamente.

"..."

Los rostros de los tres hombres se congelaron--sus expresiones eran de incredulidad, claramente negando la verdad. Reiss se repitió nuevamente.

"Dije, Lucius está muerto. Peleo contra su enemigo destinado y, lamentablemente, perdió," dijo con un fuerte suspiro.

"Qu clase de broma es esa? ¿El capitán fue asesinado? No me hagas reír." Lucci rio secamente, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos.

"No es una broma," Reiss dijo firmemente.

"Eso es imposible!" Lucci gritó. Las paredes de la casa estaban hechas de madera húmeda, pero, aun así, su voz hizo eco fuertemente.

"No hay necesidad de gritar," Arein murmuro con una mirada de fastidio.

"Cállate! ¿¡Estamos hablando del capitán, okay!? ¿¡Y se supone que está muerto!? No, debe ser una broma. ¡El capitán no la fregaría tan fácilmente!" Lucci obstinadamente se rehusó a aceptar la verdad.

"..."

Arein y Ven cayeron en silencio, apretando los dientes.

"Es mentira. Tiene que serlo," Lucci murmuro. Su cuerpo temblando un poco.

"Como dije antes, hace dos días, Lucius de repente actuó por su cuenta. Dijeron que no sabían a donde fue, pero en realidad, lo supieron todo el tiempo, ¿verdad?" Reiss pregunto de repente, observando a los tres hombres.

"..."

Lucci aún estaba temblando, sus ojos en el suelo, pero Arein y Ven intercambiaron una secreta mirada entre los dos.

"No tiene sentido ocultarlo. Ya sé que la Princesa Christina y la Princesa Flora fueron secuestradas como rehenes para ser usadas contra en chico. Considerando la situación, ustedes tres son los únicos que podrían haber cooperado con él. No tengo intención de culparlos. Solo quiero confirmar la verdad," Reiss explico cansado, implicando que ya deberían confesar.

Arein y Ven lo hicieron con una mirada de culpa. "Bueno, sí. Priorizamos las órdenes del capitán."

"Los tres eran originalmente sus subordinados, después de todo. Tiene sentido. Sin embargo, las cosas podrían haber terminado diferente si hubiesen cooperado conmigo en vez de él--me gustaría que lo tengan en cuenta."

Reiss sugirió implícitamente que Lucius no hubiese muerto si hubieran obedecido sus órdenes.

"Guh..."

Arein y Ven apartaron sus ojos incómodamente. Creyeron en la clara victoria de Lucius. Habían seguido sus órdenes bajo esa creencia, pero la realidad esperándolos fue cruel.

"Había cierta belleza en la manera en que siempre resultaba victorioso. Podría haber usado métodos cobardes, pero era fuerte precisamente porque no dudaba en usar esos métodos. Pero los derrotados no tienen valor. Esa era su creencia, y la siguió hasta llegar a la cima de los mercenarios. Ahora que perdió, se ha convertido en nada más que un cobarde. No era fuerte porque era un cobarde, sino un cobarde porque era débil. Eso es todo, supongo," Reiss lamento en un tono dramático.

"Eso no es verdad!" Lucci grito de repente, sus ojos abriéndose por la rabia.

"Que cosa?"

"El capitán no era débil. No era un cobarde porque era débil..." La voz de Lucci tembló.

"Puedes probar eso?" Reiss pregunto.

No había manera de probarlo--era una instancia de la prueba del diablo. (TN: Devil´s Proof: Dilema lógico en donde la evidencia prueba la existencia de algo, pero la falta de esta falla en desaprobarla.)

"Ganaremos. Los Heavenly Lions del capitán jamás perderán. Aún no hemos perdido contra ese muchacho como un escuadrón--así que ganaremos. Podemos probar la fuerza del capitán de esa manera." Lucci respiro fuertemente. Entonces, un lento aplauso hizo eco a su alrededor--era el sonido de Reiss aplaudiendo.

"Maravilloso. ¿En ese caso, puedo hacerle una petición a los miembros de los Heavenly Lions ante mí? Mi petición no será que ganen contra el chico, pero incluirá combatir contra él. ¿Suena interesante para ustedes?"

"..."

Arein y Ven intercambiaron miradas. Rio fue quien mató a Lucius--también había cruzado espadas con el grupo de Arein anteriormente, por lo que eran conscientes de sus habilidades. No estaban intimidados, pero sabían que no podían aceptar la petición fácilmente.

"¿No tenemos permitido deshacernos de él, Señor Reiss?" Lucci pregunto con una mala mirada.

"Son libres de eliminarlo, claro. Mi petición estará completa en el momento en que combatan contra él, pero son libres de ir mas allá."

"Entonces aceptamos la petición."

"Hey, Lucci. Aun no has ni escuchado los términos..." Ven lo regaño con un suspiro.

"Que? Es una pelea para vengarnos de lo que le paso al capitán. ¿O tienes miedo?" Lucci dijo, no pudiendo esperar.

"Tonto. ¿Acaso ya olvidaste como lidio fácilmente con nosotros anteriormente? Ese bastardo mató al capitán. Simplemente no quiero subestimarlo," Ven se burló en disgusto.

"Hay algo que quiero confirmar primero," Arein le dijo a Reiss, revolviendo su cabello. "Suena a que estas pidiendo esto de manera separada a nuestros deberes con el Imperio Proxia. ¿Es correcto?"

Los hombres eran oficialmente mercenarios de los Heavenly Lions, pero durante tiempos de paz, se les pagaba para usar sus habilidades como agentes encubiertos para Reiss.

"Si. Es una pelea para vengar a Lucius, después de todo. Serán recompensados apropiadamente dependiendo de los resultados. Tampoco me importa darles la espada encantada que le había prestado. Es como un recuerdo para ustedes, ¿no?" Reiss vio a sus alrededores y sonrió.

"No podemos decir que no a eso," Lucci dijo con una agresiva sonrisa, observando a Arein y Ven.

"Escuchemos los detalles primero," Arein suspiro, y decidió seguir el juego.

*

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Juan
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