Seirei Gensouki Volumen 15 - Chapter 5 Parte 3
Marco salió de la sala, dejando atrás a Rio y a las chicas. Tan pronto como lo hizo, se le acerco la figura esperando en el corredor.
"Mucho tiempo sin vernos, Lord Tonteri."
"Vaya, pero si es Sir Jean Bernard. Ha pasado un tiempo," Marco dijo.
Era Reiss, aunque estaba usando el alias de un noble de Rubia llamado Jean Bernard.
"Mis disculpas por llamarlo en medio de una reunión," Reiss se disculpó educadamente.
"No hay problema. ¿Qué asuntos tendría aquí un noble de la corte de la Princesa Sylvie?"
"Tengo algo que discutir con usted acerca de los invitados con los que estaba lidiando."
"Es así?" Marco observo la puerta de la sala y ladeo su cabeza.
"Son un joven chico y dos jóvenes chicas. ¿El chico es el caballero honorario del Reino Galarc llamado Haruto Amakawa--estoy en lo correcto?"
"S-Si...Como lo supo?"
"Cuál es su propósito aquí? ¿Escuchó algo acerca de sus planes?" Reiss pregunto con una astuta sonrisa.
"Desean enviar un mensaje al Reino Galarc a través de nuestro artefacto de transmisión. Haré los arreglos para que se hospeden en una posada mientras esperan por una respuesta, pero tal parece que planean dejar la ciudad mañana..." Marco sacó el papel con el mensaje de su bolsillo, mostrándolo.
"Ya veo. ¿Cuál es el mensaje?"
"Es un reporte para el Rey de Galarc. Dice que aseguro a dos figuras importantes y las llevara pronto al castillo. Pienso que se refiere a las dos chicas que lleva con él, pero...¿Hay algún problema con eso?" Marco preguntó, sospechando la implicación de la indagación de Reiss.
"Esto es altamente confidencial, pero..."
Marco hizo que los soldados cerca se retiraran. "Pueden retirarse."
Reiss se aseguró de que no hubiera nadie más en el pasillo. "Por el momento, no envíe ese mensaje a Galarc. Pero infórmeles que, si lo hizo," le ordeno.
Marco se sorprendió por un momento, pero entonces rio incómodamente. "Debe de estar bromeando. Si se enteran de que hice algo así, el Reino Galarc podría tomar represalias contra nosotros, ¿verdad?" el pregunto.
"No es una broma. Tampoco tengo tiempo para explicaciones," Reiss dijo en un tono completamente serio. Entonces agarro la cabeza de Marco con su mano derecha.
"Q-Que!? ¡Irrespetuoso...!" Marco forcejeo para que Reiss lo liberara, pero la mano derecha de Reiss era como un gancho alrededor de su cabeza. Un tenue resplandor de luz brillo en la palma de Reiss.
"Ugh..." El cuerpo de Marco se tensó, y entonces colapso en el suelo.
"Whoa, tranquilo...Veo que es igual de pesado de lo que parece." Reiss atrapo gentilmente el gran cuerpo de Marco, prestándole su hombro para que se apoye. Entonces tomó el papel de la mano de Marco y camino por el pasillo.
"Hay alguien aquí?" Reiss llamo. Giró la esquina y siguió por el corredor.
"Si...? Huh? ¿Gobernador?"
Un soldado que estaba patrullando los vio y corrió rápidamente hacia ellos. "Usted es...un invitado, ¿verdad?" El soldado le pregunto a Reiss sospechosamente.
"Si. Mi nombre es Jean Bernard, y soy un noble de la corte real. Estaba discutiendo asuntos importantes con Lord Tonteri cuando colapso de repente--parece que había estado privado de sueño. ¿En dónde se encuentra su habitación?" Reiss le explico la situación al soldado con un tono exasperado.
"Huh..." El soldado ladeo su cabeza, preguntándose si eso era posible.
"Zzz...Zzz..." Marco ronco mientras dormía.
"Haha...Ya veo. Que terribles ronquidos," El soldado bromeo inapropiadamente, antes de cubrir su boca rápidamente. "Oh, por favor pretenda no haber escuchado eso."
"Por supuesto. Justo estaba pensando lo mismo," Reiss concordó con una pequeña carcajada.
"Heh. Claro, pues la habitación del gobernador está por aquí. Déjeme ayudarle." El soldado casi vuelve a burlarse, pero rápidamente se movió a ayudar a Marco del otro lado de Reiss. Arribaron a la habitación de Marco en menos de un minuto y lo acostaron en la cama.
"Buen trabajo. Con Lord Tonteri así, debo ir con el Vicegobernador para explicarle la situación. Tu dirígete a la sala de espera e infórmales a los invitados de Lord Tonteri que surgió un asunto urgente, y luego guíalos a una posada. Oh, y diles que su mensaje fue enviado," Reiss dijo.
"Entendido, señor. Por favor sígame," el soldado dijo respetuosamente, y entonces empezó a guiar a Reiss.
Luego de eso, Reiss fue a ver al Vicegobernador del fuerte y le explico los hechos necesarios. Luego de planear las cosas cuidadosamente para prevenir cualquier problema futuro, dejó el fuerte. Una vez que salió de la ciudad fortaleza, se reubico en un bosque cercano.
"Instant Motus." Sacando un cristal de transportación de su bolsillo, se desvaneció instantáneamente. Su destino aún era dentro del Reino Rubia--una habitación en la casa de Jean Bernard en la capital. Era esencialmente una casa vacía sin nadie que gestionara las instalaciones.
"Ahora, es tiempo de ganarme al héroe y a la Princesa Sylvie con la Princesa Estelle como recompensa. También tendré que traer a Arein y los demás. Hora de ponerme manos a la obra."
Reiss dejó la propiedad y se dirigió al castillo.
Así, Reiss visitó el Castillo Rubia. Su posición como Jean Bernard era fabricada, pero tenía su uso dentro del castillo. La mayoría de las personas no sabían acerca de sus circunstancias y lo respetaban como un noble.
"Su Alteza, Reiss arribo. Se encuentra en la sala de espera..."
Reiss había pasado por el pontón del castillo para reunirse con Sylvie. De parte de sus caballeros personales, Elena fue a la habitación en la que Sylvie se había encerrado para reportar la situación.
"Iré allí inmediatamente."
Sylvie había estado sentada en el sofá observando fuera de la ventana sombríamente, pero cuando escucho las palabras de Elena, se levantó y suspiro fuertemente. Le tomó varios minutos reubicarse.
"Disculpa la demora." Sylvie entro en la sala de espera y se dirigió a Reiss secamente.
"No hay problema. Gracias por venir tan pronto," Reiss dijo, levantándose de su silla y contestando con una amigable sonrisa.
"Estás aquí por Renji?" Sylvie fue directo al punto y le preguntó si estaba aquí por su subordinado. Se coloco frente a Reiss y se sentó. Viendo eso, Reiss también se sentó.
"En parte, pero también pensé que nuestra relación podría moverse a la siguiente fase," Reiss sonrió.
Sylvie inmediatamente frunció el ceño. "La siguiente fase de nuestra relación...?"
"El presente estado del Reino Rubia es extremadamente inestable, no lo cree?"
"De quien crees que es la culpa?" Sylvie dijo fríamente.
"Es porque el Reino Rubia es una nación pequeña, claro," Reiss dijo sin miedo.
"..." Sylvie miró mal a Reiss, hirviendo de ira. Generalmente podía aguantar las cosas solo frunciendo el ceño, pero hoy su aura era más hostil de usual.
"Con el rey estando con tan mala salud, usted es quien se está encargando de la mitad de los deberes del reino en estos momentos. Estoy seguro de que esta sobrecargada de trabajo," Reiss dijo frescamente, como si estuviera recitando sus palabras.
"Estoy de muy mal humor en estos momentos. No tengo intención de escuchar tus largos y desdeñosos discursos. Ve al punto."
"En ese caso, preguntare francamente: seguirá de lado del Reino Galarc, ¿u ofrecerá su lealtad al Imperio Proxia? Apreciaría una respuesta directa," Reiss dijo seriamente.
"Me temo que no puedo tomar esa decisión por mí misma," Sylvie respondió.
"Y lo que estoy diciendo es que ya es hora de parar con las excusas. Como ya lo dije, es tiempo de que nos movamos a la siguiente fase de nuestra relación." Reiss no dejaría que Sylvie haga a un lado su pregunta.
"En ese caso, deja a un lado ese acto. Como ya lo dije, ve al punto." Sylvie observo a Reiss directamente.
"No estaba actuando ni nada, pero...Ah, supongo que debe ser un mal hábito mío. Permítame entonces reformular mi pregunta. ¿Tiene el Reino Rubia intención alguna de cambiar de lado de Galarc a Proxia?"
"Depende de las condiciones."
"Bueno, es un buen cambio en comparación con su actitud al principio. No nos hemos conocido por mucho, pero supongo que todas nuestras interacciones algo han logrado." Reiss sonrió satisfecho.
En contraste, Sylvie se burló. "Ha"
"Supongo que su cambio de actitud se debe a la derrota del héroe del otro día."
"No he cambiado en absoluto. Sigo odiándote del mismo modo que siempre. Eso también va para los métodos del Imperio," Sylvie dijo, negando las observaciones de Reiss.
"Encuentro esa determinada disposición suya bastante favorable. La falta de un lado conspirativo hace que sea fácil lidiar con usted."
"Eso es porque odio a la gente como tú, quienes solo tienen lados conspirativos."
"Me lo dicen a menudo."
"Eso ahora ya no importa. Regresa al punto," Sylvie suspiro.
"Quiere algo directo, ¿no? Entonces, si me permite, ¿qué condiciones harían que cambien su bando de Galarc a Proxia?"
"Hay varias...Pero primero, no deseamos formar una alianza con una nacion que no podemos entender. ¿Qué méritos obtendrá el lado de Proxia al formar una alianza con una pequeña nación como la nuestra? ¿Por qué les interesa tanto nuestro reino?"
No le permitiría mentir acerca de esto, y lo vio fijamente para enfatizar eso.
"Hmm...¿Entonces tengamos una charla sincera, le parece? Aunque la respuesta es extremadamente simple--la razón por la que Rubia me llamo la atención fue debido a que empezaron a formar una favorable amistad con el héroe. Con Renji." Reiss contesto francamente.
"Q-Que...?" La inesperada respuesta dejó a Sylvie sin palabras.
"El Imperio Proxia deseaba a un héroe, sabe, pero desafortunadamente no hubo ninguno que fuera invocado dentro de las fronteras de la nación. Es por eso por lo que mantuve un ojo en todos los héroes invocados en las naciones cercanas, y fue allí donde lo descubrí." Reiss continuo su explicación sin importarle el estado de shock de Sylvie.
"¿Creo que lo encontré un poco antes de conocerla, creo? Pero era evidente que Renji tenía una personalidad problemática. El hecho de que estaba trabajando como aventurero significaba que probablemente no tenía intención de aliarse con su reino, pero justo cuando pensaba en idear una solución, descubrí que la había conocido y había formado una amistad. Por lo que pensé que podría usar eso."
"Desagradable. Eres repugnante," Sylvie interrumpió.
"¿Oh, fui muy directo? Pensé que deseaba entender mis intenciones."
"Está bien...Pero aún no lo entiendo. ¿Qué es lo que pensaste que podías usar?"
"Rehenes, por supuesto."
"Te refieres a Estelle?"
"Ya también a usted. Las personas pueden funcionar como rehenes sin necesidad de ser secuestradas. Además de Estelle, usted también se ha vuelto una irremplazable existencia para el héroe Renji, ¿lo sabe? Lo suficiente como para que pelee por su bien," Reiss dijo con seguridad.
"Predijiste esta situación desde el momento en que secuestraste a Estelle...?" En otras palabras, hizo que Renji sea testigo de la situación de rehenes, ¿y entonces lo hizo perder contra Lucius en orden de ganar un subordinado?
"Si. Gracias a eso, siempre y cuando que el Reino Rubia se una con el Imperio Proxia, podremos suprimir el riesgo de que el héroe se revele. ¿No está de acuerdo?" Reiss dijo sin pausa, como si fuera obvio que ese fue el razonamiento detrás de las acciones del Imperio Proxia.
Sylvie escupió sus sentimientos amargamente. "Honestamente, eres repugnante..."
Aparentemente eso fue un cumplido para Reiss, quien le agradeció con una sonrisa. "Me honra el recibir tal cumplido."
"..." Sylvie frunció el ceño, incapaz de seguir hablando.
"Cumplí su condición de ser capaz de entender mis intenciones?" Reiss pregunto.
Sylvie asintió con el ceño fruncido. "Supongo que podemos decir eso..."
"En ese caso, permítame ofrecerle unos atractivos beneficios en anticipación de la cooperación del Reino Rubia," Reiss dijo, cambiando de tema.
"Primero, si el Reino Rubia se enfrenta en algún conflicto con un enemigo desde ahora, el Imperio Proxia enviara a sus Caballeros Alados para asistir en la supresión de las fuerzas enemigas. También enviaremos los suficientes semidragones para formar un escuadrón para su armada. Aparte de eso, les proveeremos una gran cantidad de fondos y recursos para asistir en el desarrollo tecnológico del reino," enumeró.
Sylvie trago sin darse cuenta. "Esa es una increíble oferta..."
Era prácticamente inaudito que una gran nación le ofrezca condiciones tan favorables a una nación pequeña. Ciertamente, el Reino Galarc no había hecho tanto por Rubia.
"También puedo ofrecer más beneficios que esos. Como regresarle a la persona que usted personalmente desea más que nada, por ejemplo," Reiss dijo sugestivamente.
Sylvie se sorprendió. "Nos devolverías a Estelle...?"
"En efecto. Si coopera en resolver un problema con el que estoy lidiando en este momento, podría regresársela tan pronto como mañana--incluso sin la respuesta oficial de su reino." Reiss sonrió macabramente.
"..." El rostro de Sylvie se tensó--se estaba conteniendo de aceptar reflexivamente las condiciones.
"Que le parece? El problema con el que estoy lidiando es bastante urgente, sabe. Aunque reciba la asistencia del héroe, aun necesito reubicarme a donde mis otros subordinados están esperando. Si no puedo recibir una respuesta de parte de usted esta noche, me temo que el regreso de la Princesa Estelle tendrá que retrasarse para otro día..." Reiss dijo, indirectamente presionando a Sylvie por una respuesta.
"No puedo tomar una decisión sin primero escuchar los detalles. Dime más," Sylvie dijo con una seria expresión.
Reiss rio, y entonces empezó a explicar las circunstancias. "Bueno, no es nada que no pueda resolverse siempre y cuando el Reino Rubia se alíe con Proxia. Verá, cierto caballero del Reino Galarc se está hospedando dentro del territorio Rubia en estos momentos..."
Agradecimientos a:
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