El Mago que se Alzó del Fracaso - Chapter 3 Parte 9

 *

No tomo mucho después de que Arcus empezara su ataque para que Charlotte Cremelia notara el alboroto fuera de la ventana de la habitación de huéspedes.

"Que es lo que está sucediendo allí afuera?"

Han pasado unas horas desde que el Marqués prometió sus muertes. Ella y Lecia habían estado esperando nerviosas todo este tiempo, preguntándose cuando regresaría. Solo podía imaginar que la razón por la cual aún no las había asesinado era debido a que estaba manteniendo un ojo en la casa de los Raythefts y los Cremelia. Si ya sabían que el Marqués las tenía aquí y murieran, sería casi imposible escapar de las sospechas. Podría tener una alta posición en el gobierno y todo el dinero del mundo, pero si una casa militar se atreviera a mostrarle sus colmillos, estaría perdido.

Es probable que quisiera asegurarse de que no tenían idea del paradero de sus hijas antes de actuar. Por el momento, Charlotte y Lecia estaban a salvo. En el mejor de los casos, tendrían hasta la siguiente noche.

Fue entonces que hubo un repentino alboroto en la propiedad. Al principio, hubo gritos y fuertes pisadas en los corredores. Una vez que las cosas se callaran nuevamente por un rato, volvieron a escucharse sonidos afuera. Estos sonidos eran diferentes. Había gritos y el sonido de grandes objetos quebrándose. Finalmente, hubo un gran estruendo, lo suficientemente alto como para hacer trinar los oídos de Charlotte.

Charlotte no esperaba escuchar sonidos tan violentos aquí, dada la posición de la mansión en la capital. Los guardias patrullaban el área alrededor de las propiedades noble frecuentemente, y encima de eso, cada mansión tenía su grupo privado de guardias. Causar problemas en un lugar como este era una tontería.

Le encantaría discutir lo que estuviera pasando con alguien, pero Lecia, la única persona en la habitación, se encontraba amordazada. También sonaba a que lo que sea que estuviera pasando, lo hacía al otro lado de la mansión, por lo que observar fuera de la ventana no daría ninguna pista. Era frustrante, por no decir más.

Justo entonces, la puerta de la habitación de huéspedes se abrió, revelando al líder de los mercenarios que parecía gorila.

Entró a la habitación. "Señoritas, parece que estamos bajo ataque."

"Que?" Charlotte intercambio miradas con Lecia.

La propiedad estaba fuertemente vigilada, particularmente afuera. ¿Quién sería lo suficientemente tonto para lanzar un ataque bajo estas condiciones? ¿Habrá sido lanzado por uno de sus padres?

"Por lo que escuche, el hermano de esta pequeña señorita trajo unos amigos con él. ¡Es bastante valiente para ser alguien sin talento!"

"Arcus está aquí?"

¿Acaso no dijo el Marqués que lo envío a la Torre Sagrada? ¿Si estaba aquí, entonces como fue que logró escapar? No solo eso, pero por que vino aquí, ¿en vez de dirigirse a casa?

La puerta se abrió nuevamente, interrumpiendo los pensamientos de Charlotte. Esta vez, fue el dueño de la propiedad, Cau Gaston, quien apareció. Se encontraba vistiendo una túnica de baño, con vapor aun saliendo de su cuerpo. Gaston se dirigió al mercenario.

"Ponme al día. ¿Qué está pasando?"

"¡Todo está bien, Mi Señor! ¡Mis hombres lo tienen todo bajo control!"

"Escuche que tenemos intrusos. ¿Quiénes son? ¿Estamos lidiando con la Oficina de Vigilancia? ¿Los Cremelias? ¿Los Raythefts? ¿Quien?"

"Uh, es ese niño, Mi Señor. ¡Al que Su Señoría envió a la Torre!"

"Ridículo! ¿El niño Raytheft?"

"¡Eso es lo que mis hombres dicen, y no se atreverían a mentirme!"

Gaston refunfuño. "Alguien debió fregarla y dejó que escapara! Pero me asegure de entregarle mi nota a uno de mis hombres...!No tiene sentido!"

Charlotte no lo podía creer. Por lo que escucho, escapar de la Torre era completamente imposible.

"Aun así, esto nos deja en un pequeño aprieto," Gaston continuo.

"¡No hay necesidad de preocuparse, Mi Señor! ¡Atraparemos al niño!"

"Eso no es lo que me preocupa. Si escapo de la Torre, hay una alta probabilidad de que su padre escuchara lo que está pasando."

Era una suposición razonable y, si Arcus le dijo a su padre, también había una alta posibilidad de que Joshua le pasara la noticia a Purce.

El mercenario parecía despreocupado. "Nah, no lo sabe."

"Como puedes estar seguro?"

"Porque el niño solo trajo a dos hombres con él, Mi Señor."

"Que?"

"Estoy seguro de ello, Mi Señor. Si le hubiera dicho a su padre, tendríamos muchos más intrusos."

"Si...Joshua hubiese traído a todos los hombres a su disposición!"

No escatimaría en esfuerzos para rescatar a su hija. Por lo menos, el Vizconde habría enviado a más que solo tres personas, especialmente considerando que uno de ellos era su hijo de diez años. También era improbable que Arcus le dijera a su padre antes de venir aquí. Si su padre lo supiera, entonces de seguro Arcus hubiera esperado a que reuniera algunos hombres. Pero no lo hizo, y había una simple explicación para eso.

"Está preocupado de que mate a su hermana enseguida," Gaston dijo.

"Si, pienso lo mismo, Mi Señor."

Justo entonces, se escucharon sonidos apresurados en el corredor. Se hicieron cada vez más altos, hasta que de repente un sirviente abrió la puerta sin preocuparse por tocar.

"Mi Señor!" jadeo. "Mi Señor!"

"Que sucede?"

"¡U-Un ladrón...Digo, un niño ha entrado a la mansión!"

"Te refieres al niño Raytheft? ¿Está solo?"

"¡Si, Mi Señor!"

"¡En ese caso, captúralo lo más pronto posible! ¡Es un niño, no un rabioso criminal!"

"Estamos haciendo lo mejor que podemos, Mi Señor, ¡pero...ha sido complicado!"

"'Complicado?'" Gaston gritó. "'Complicado' el detener a un pequeño niño!?"

El sirviente se encogió del miedo.

El líder de los mercenarios bajo su voz, dirigiéndose al sirviente. "Que me dices acerca de los dos afuera? ¿Como están mis hombres?"

"S-Señor, tal parece que sus hombres...Bueno, ellos han sido aniquilados..."

"Aniquilados!? ¡Debes estar bromeando!"

"¡No lo hago, señor! ¡Lo vi yo mismo, fuera de la ventana! Todos ellos estaban...muertos." La voz del sirviente se rompió en la última silaba, y palidecía más a cada minuto.

Las noticias hicieron que incluso el Marqués y el mercenario intercambiaran miradas de miedo. El mercenario sabía que tantos hombres tenía en la propiedad de Gaston y que tan esparcidos estaban.

"P-Pero solo hay tres enemigos en total! ¡Y uno de ellos es un menor!" el mercenario protesto.

"Tal parece que los guardias fueron aniquilados con magia. El jardín trasero se ve completamente congelado, pero al mismo tiempo también como si hubiera sido quemado hasta sus cimientos..."

"¿Así que tienen sus trucos de magia, huh?" el mercenario dijo en frustración.

Gaston golpeo la mesa con su puño. "Sabía que había algo raro con ese niño!"

"¡Debieron de ser los dos que se encuentran con él, Mi Señor! Incluso una familia militar de bajo rango como los Raythefts debe de tener magos decentes. Aun así, es raro que dejaran al niño adelantarse de esa manera..."

Gaston uso sus dos dedos para apretar el puente de su nariz. "Cuantas veces debo repetirte que no lo subestimes? ¡Estoy seguro de que solo está fingiendo ser débil, como un lobo en piel de oveja!"

"¿Un lobo, Mi Señor? Entonces, supongo que es temporada de caza."

Sonaron más pasos y gritos del corredor. El choque de metal hizo ruido, como si hubiera una pelea entre espadas, pero no paso mucho para que los sonidos volvieran a cesar. La puerta a la habitación de huéspedes se abrió nuevamente.

El cuarto visitante esa noche era mucho más pequeño que los anteriores tres. Con cabello plateado y ojos color rubí, se veía igual que Lecia, pero con ropa de varón. No hubo duda en la mente de Charlotte que él era Arcus Raytheft.

Vestido como un típico noble, sostenía una espada en su mano derecha. Sus ojos color rubí revisaron la habitación hasta que vio a su hermana.

"Lecia! ¿¡Estás herida!?"

Lecia agito su cabeza vigorosamente. La aliviada sonrisa en el rostro de Arcus duro solo un segundo antes de dirigir una fiera mirada hacia el Marqués. Sus ojos mostraron una intensa mirada, diferente a cualquiera que Charlotte haya visto en chicos de su edad.

"¿Como fue que escapaste de la Torre, niño?" Gaston dijo.

"De ninguna manera de lo diré!" Arcus apunto su espada hacia Gaston. "Recuperaré a mi hermana!"

"Como te atreves a hablarme de esa manera!?"

El mercenario se posiciono frente a Gaston, sintiendo el inicio de una batalla. "No pienses que eres fuerte solo por haber seguido a dos adultos hasta aquí! No están aquí para ayudarte ahora, ¿verdad?"

"Puedo pelear por mí mismo."

"Parece que tendrás que morir para aprender que no puedes!" El mercenario desenvaino la espada en su espalda.

"Capturalo!" grito Gaston.

"No es necesario, Mi Señor. No puede pelear de todas formas."

Arcus movió la espada del cuello de Gaston y las sostuvo con ambas manos. La postura que tomo no era la usual de cuando practicaba esgrima. Uso una posición más rara debido a la longitud de su espada.

El mercenario dejo salir un silbido de sorpresa, no esperando que Arcus supiera esa postura.

"Así que si sabes cómo pelear. ¿Así que estabas fingiendo antes, huh?"

"Por supuesto. Si mi tío alguna vez viera como trate de pelear en ese momento, me arrancaría la cabeza de un mordisco."

"Es así? ¡Entonces yo tampoco me contendré!"

Entonces, el mercenario blandió su espada contra Arcus, habiendo acercado su distancia en un instante. Lo tomó por sorpresa, pero aún tenía el espacio para rechazar el ataque con su espada.

"Eso no es todo!" el mercenario rio.

Su larga estatura hizo que sus cortes fueran más abiertos y poderosos. Sería lo suficientemente difícil para un adulto defenderse de aquella gran fuerza, ni que se diga un niño. Aun así, Arcus hizo justo eso, bloqueando cada golpe desde arriba con el costado de su espada.

"Whoa..." Charlotte no pudo evitar soltar un suspiro de sorpresa mientras observaba.

Aparentemente cansado de estar en un solo lugar, Arcus empezó a circular la habitación. Sin preocuparse de dañar los muebles, los uso como escudos contra los golpes de su oponente. Salto de un lado a otro y mantuvo un perfecto balance, evadiendo cada uno de los golpes del mercenario mientras lo hacía. En ningún momento mostro signos de tambalearse, incluso cuando era forzado a arrodillarse o pararse con una pierna. Charlotte solo podía pensar que su régimen de entrenamiento debió ser completamente minucioso.

El mercenario no era capaz de moverse igual de libre que antes, ahora que Arcus lo había llevado a la parte amoblada de la habitación. Aunque no era suficiente para compensar la diferencia de estatura. Brazos más largos significaban más alcance. No importa que tan bien Arcus pudiera evadir, el gran porte del mercenario no le permitió atacarlo ni una sola vez. Su frustración empezó a mostrarse en su rostro.

"Vamos! ¡Contrólate, niño!" el mercenario se burló.

"M-Maldición!"

"¡No puede ganar huyendo, sabes!"

Notando la irritación de Arcus, el mercenario lo pateo. Y aunque Arcus fue capaz de bloquear con su espada justo a tiempo, perdió el balance y fue enviado a rodar por el suelo. Se puso de pie en un instante, blandiendo su espada una vez más. Mientras tanto, el mercenario no mostraba signos de parar sus golpes.

"De seguro tienes mucha confianza para ser un niño! ¡Pero, aun te puedo mandar a volar fácilmente!"

Arcus le frunció el ceño.

"¡Mira, pequeñajos como tu deberían solo encogerse en un rincón mientras los verdaderos hombres como yo pelean! ¡Tú no eres más que un mocoso sin talento!"

De nuevo, Arcus fue golpeado. Y de nuevo, se puso de pie rápidamente.

Mientras Charlotte observaba, una duda se generó en su mente.

¿Como puede seguir poniéndose de pie ante tal poderoso oponente?

¿Como podía seguir tomando su espada, una y otra vez?

Cuando ella y Lecia fueron capturadas, Charlotte se rindió en el momento en que se dio cuenta que el oponente la superaba. Era porque su regalo le permitía ver su propia derrota, haciéndole creer que esa era la única conclusión. Siempre que su oponente fuera más grande, fuerte, y más habilidoso que ella, no había manera de ganar.

Aun así, aquí yacía Arcus, levantándose una y otra vez a pesar de enfrentarse a tal oponente. Debía sentir mucho dolor. Pero aun así, se levantaba.

Los desvíos de espada de Arcus se estaban volviendo cada vez más lentos. El mercenario blandió su espada nuevamente, y aunque Arcus la bloqueó justo a tiempo, su cuerpo fue mandado a volar y eventualmente se estrelló contra la pared.

Se encontraba jadeando por aire. Su cuerpo estaba tan maltratado que a Charlotte le dolía el solo mirarlo. No pudo contenerse más.

"Detente!"

¡Por favor, solo ríndete! ¡Nadie te culpara!

Arcus la observo con una expresión confusa.

"Deberías saber que no puedes derrotarlo! ¡Solo ríndete!"

"Uh, gracias por su preocupación, pero no hay forma de que me rinda ahora." Arcus le sonrió.

¿Por qué estaba siendo tan obstinado? Ni siquiera negó que su oponente era muy fuerte para él. Charlotte no lo podía entender.

"No me rendiré. No me importa cómo me llamen. Sin talento, inútil...Lo que sea. ¡Debo seguir luchando!"

Fue justo entonces que Charlotte recordó las palabras de su padre.

"Incluso si puedes ver los movimientos de tu oponente, eso no los hace absolutos. Aunque puedas ver tu propia derrota, esa no es razón para rendirse. Las cosas aún pueden cambiar."

"Recuérdalo."

*

Comentarios

Entradas más populares de este blog

PDFs de los volúmenes y novelas traducidos hasta ahora

Seirei Gensouki Volumen 15 PDF