El Mago que se Alzó del Fracaso Volumen 2 - Parte 5

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Lecia Raytheft y su padre Joshua se encontraban atendiendo en un Salón organizada por cierto noble. Un Salón era un tipo especial de recepción donde el organizador invitaba a intelectuales para disfrutar discusiones referente a los arcano. Eran lugares populares para que los nobles recopilen información; este tipos de reuniones privada eran común entre la nobleza de Francia, un país del mundo del hombre.

Los magos también hacían Salones, claro, y magos famosos son invitados para que compartan su conocimiento con los presentes. A los magos ya se los consideraba un tipo de aristócratas, y solo aquellos con rango noble eran invitados a estas reuniones. No solo necesitabas tener un alto nivel de habilidad mágica, sino que también necesitas manejar y tener cierta cantidad de conocimiento político.

Este Salón en particular estaba siendo celebrado por la casa Rondiel. El Marqués Gastarque Rondiel era posiblemente el mago más famoso de todo el reino, e incluso entre los Salones celebrados por su tercer hijo, Casister Rondiel, este era particularmente exclusivo.

Esta era la segunda vez que Lecia asistía. Había estado en varios otros Salones con su padre, pero estaba particularmente nerviosa en este. En las anteriores reuniones, los demás que asistían tenían un estatus y conocimientos mágicos similares, pero este era diferente. Los Raythefts y Rondiels pertenecían a dos escuelas diferentes de magia. Una históricamente favorecía el uso de magia de fuego, y la otra la manipulación mágica de objetos físicos. Sus intereses divergentes creaban diferencias en su forma de pensar, y dado que los Salones a veces involucraban discusiones de técnicas secretas, era importante tratar de evitar los temas que cada lado consideraba tabú, o tocar mucho en cosas controversiales.

Aunque Lecia no iría tan lejos como para llamarlos enemigos, ciertamente había personas de las que tener cuidado, por lo que se encontraba muy consciente de ello. Al mismo tiempo, su propia asistencia era testamento de la increíble habilidad de Joshua.

Incluso comparado con otras casas del reino, los Raythefts tienen una larga historia y constantemente producían poderosos magos en cada generación. También tienen una larga lista de logros militares, lo cual significaba que muchos nobles ansiaban invitarlos a este tipo de reuniones. Al escuchar que Casister ansiaba invitar a familias mágicas a través de sus facciones a sus salones, Joshua inmediatamente empezó a trabajar para que los Raythefts recibieran una invitación.

Casister Rondiel, el organizador, ya se encontraba en el salón de recepción. Estaba a mediados de sus cuarenta y era un hombre apuesto y elegante. Había abandonado las ropas nobles tradicionales por una chaqueta que hacía juego con largos pantalones, lo cual había estado ganando popularidad recientemente. Incontables medallas adornaban su pecho. Mostraba su sonrisa encantadora hacia todos lados, saludando a sus invitados de la manera más alegre.

Los nobles militares que Lecia había conocido antes tendían a ser enérgicos pero dignos, teniendo cierto nivel de majestad debido a su posición social y nivel de poder. Casister parecía tranquilo en comparación.

También parecía prestarles particular atención a las damas, lo cual es de esperarse debido a la sangre que corre por sus venas. También había un brillo especial en sus ojos mientras les hablaba. Joshua le dijo que los hombres de Rodiel eran todos uno "Don Juanes." Empezando con Gastarque, sus hijos--e incluso sus hijas--tenían cariño por las niñas adorables. Lecia no entendía muy bien lo que eso significaba.

"Este es tu segundo Salón, Lecia," Joshua dijo. "Entiendo que estés nerviosa, pero esta es una gran oportunidad para hablar con excelentes magos. Deberías hacer un esfuerzo para meterte en la conversación."

"Si, Padre."

"También hay mucho niño de alto rango asistiendo esta noche. Antes de hablar con alguien, mira cómo se comportan y como están vestidos, para saber cómo acercárteles. Yo haré lo mismo."

"Si, Padre," Lecia dijo de nuevo.

En este tipo de reuniones, era impensable que nobles de bajo rango se dirijan a aquellos por encima sin ser primero invitados. Tratar de saber en dónde estabas parado siendo un niño era particularmente complicado, pero Lecia sabía que todos aquí eran probablemente sus iguales o mejores, por lo que tenían que estar atenta en todo momento. La manera en la que los nobles se vestían estos días cambiaba rápidamente, lo que significa que sus ropas no era un indicador de confianza para saber su estatus como antes lo era.

"Vaya, pero si es el Vizconde Raytheft!"

"Hola, Vizconde Lazrael! Me alegra ver que se encuentra bien."

El Vizconde Lazrael tenía territorio al sur de Lainur, y su magia se enfocaba en usar tierra y roca. No atendió al último salón, pero ahora estaba aquí, y no solo: a su lado caminaba un jovencito alrededor de la edad de Lecia. Tenía el mismo cabello café que su padre y una sentido de galantes juvenil. También vestía en un atuendo típico para jóvenes nobles.

Aunque su expresión era amable y gentil, no había forma de negar la fuerte chispa de determinación en sus ojos.

"Soy Kane Lazrael. Es un placer conocerte." Aunque su saludo era relativamente informal, su reverencia fue perfecta.

Esa acción bella y fluida hizo notar claramente que tan estricta fue su crianza, de seguro por decisión de su padre, el Vizconde Lazrael. Sus modales eran exquisitos, pero su tono se mantenía amigable. Fue un buen cambio respecto a los rígidos intercambios que Lecia estaba acostumbrada a escuchar de los otros nobles, y de seguro era una herramienta para poder amistarse rápidamente con otros niños nobles.

Kane Lazrael era un nombre famoso en el mundo mágico. Tenía una magnifica cantidad de éter, la cual impresiono a todos los presentes que fueron testigos de esa larga espera en su examinación. Había hasta rumores de que se trataba de la reencarnación del héroe descrito en las Crónicas Ancestrales, pero no había evidencia sólida para respaldar tal declaración.

"Mi nombre es Lecia Raytheft." Lecia respondió el saludo de Kane con uno estándar.  

Kane continuo de manera amigable, con un toque de confianza brillando en sus palabras. "He escuchado mucho acerca de ti. Parece que ambos apoyaremos al reino a través del uso de nuestra magia; Espero mucho trabajar contigo."

"Lo mismo digo."

Aunque era un poco familiar para un saludo inicial, su amigable sonrisa ayudo a que Lecia se calmara. Lecia puso atención a la conversación de los padres. Parecen estarle prestando mucha atención a uno de los invitados.

"Ella es la hija del Duque Saifice, verdad?"

"Si, Lady Claudia. Se dice que también posees una gran cantidad de éter."

Estaban viendo a una elegante jovencita alrededor de la edad de Lecia.

Era Claudia Saifice. El ducado de Saifice era uno de los cuatro ducados más importantes de la familia real, y Claudia era su hija.

"He escuchado que esta generación es particularmente talentosa."

"Con tu hijo siendo uno de ellos, por supuesto."

"Al igual que tu hija." El Vizconde le devolvió la sonrisa a Joshua.

Era una formalidad común darle cumplidos a los hijos de otro noble, pero eso no lo hacía menos vergonzoso para los niños. Lecia intercambio una mirada incomoda con Kane, pero su padres siguieron.

"Bueno, no quisiera ser uno de esos padres que hablan sin parar de sus hijos, pero espero mucho ver a mi hijo cuando entre al Instituto. Sé que tiene el potencial de grabar su nombre en la historia mágica."

"Te puedo asegurar que Lecia no será eclipsada por él."

Lazrael dejó salir una animada risa. "Veremos cómo van las cosas en 3 años."

"En efecto."

Fue en medio te ese jovial intercambio que Casister se dirigió a ellos.

"Perdón por interrumpir, pero podría tomar esta oportunidad para saludarlos?"

Las risas se disolvieron enseguida por la llegada del marqués, y ambos Vizcondes empezaron a dar sus saludos formales. Lecia y Kane siguieron el ejemplo de sus padres y dirigieron su atención al organizador. Lazrael fue el primero en saludar.

Al igual que Lazrael, el territorio de los Rondiel se encontraba en el sur, y pertenecían a la misma facción; de seguro se conocían bastante bien. Casister les sonrió gentilmente antes de dirigirse a los Raytheft.

"Lord Casister. Me llamo Joshua, de la casa Raytheft."

"Ah, sí, Vizconde Joshua y la señorita Lecia. Este es su segundo Salón, si no me equivoco. Me disculpo por no tener la oportunidad de hablar con ustedes anteriormente."

"No se preocupe, Mi Lord! Nos honra el poder hablar en estos momentos con su Señoría," Joshua dijo.

"Por favor, soy simplemente el tercer hijo del marqués. Mi padre no tenía otro título para mí más que el de Vizconde."

"Mi Señor, si me permite, no hay necesidad de ser tan modesto." Joshua estaba inseguro de qué hacer con la repentida muestra de autodesprecio de Casister.

Aunque ambos tenían el título de Vizconde, Casister era mayor que Joshua, sin mencionar que su padre era un Marqués. Por ende, era el de más alto rango entre los dos. Solo necesitaba verse la escala de este Salón para saberlo. Organizar un Salón como este estaría fuera de las capacidades de un Vizconde normal. La modestia era simplemente parte de cómo era Casister.

Lecia le hizo una cortesía a Casister, siguiendo el saludo de su padre.

"He escuchado que te estás enfocando mucho en los estudios mágicos de tu hija. Que tanto has aprendido, señorita Lecia?"

"Mi Lord, recientemente pude destruir algunas rocas usando Flamrune."

"Oh, pero que maravilloso!" Casister exclamo.

Algunos de los nobles en los alrededores y sus hijo, quienes estaban escuchando, se giraron para ver a Lecia sorprendidos.

La magia no se trataba solo de ser capaz de recitar apropiadamente; también requería una imaginación prodigiosa. Aunque recitaras el encantamiento sin equivocarte, si la cantidad de éter usado no correspondía, o si tu imaginación no era muy buena, el resultado sería desastroso.

A diferencia de otros tipos de magia, la magia de fuego no se trataba de manipular algo físicamente frente a ti. Ser capaz de destruir rocas con Flamrune era un claro indicador de que habías dominado la magia de fuego. Aparte de eso, Flamrune era un hechizo principal en las fuerzas armadas del reino. Dominarlo significaba que estabas más o menos listo para la batalla.

"Impresionante," Casister continuo. "Mientras tanto, los niños llegando a Harveston este año han tenido dificultados en el manejo de su éter."

Harveston era un pequeño establecimiento privado que entrenaba niños en el uso de la magia, instruidos por magos de un distinguido calibre. De algún modo, era similar a un lugar de entrenamiento para las artes marciales. Harveston producía un número desproporcional de magos talentosos; muchos de ellos convirtiéndose en profesores del Instituto Real. Incluso entre los niños que asistían, era raro para un niño de la edad de Lecia ser tan adepto a la magia.

"Maravilloso. Confío en que esto es gracias a las enseñanzas de tu padre?" Casister dijo.

"No, Mi Señor," Joshua dijo, hablando por Lecia. "es debido a su inventiva. Recuerdo haber tenido dificultades con la magia cuando tenía su edad."

Lazrael y su hijo se sorprendieron ante esa declaración de Joshua.

"No estaba enterado de que los hijos Raytheft aprendían tanto siendo tan jóvenes."

"Yo recién acabo de aprender cómo usar Rearth Sword..."

"Aún tengo mucho que aprender," Lecia dijo, esperando mantener una imagen de modestia.

"Supongo que no puedes evitar compararte con tu padre," Casister dijo.

Lecia hizo una pausa. "Si, Mi Lord. Mi padre es una mago increíblemente talentoso."

Joshua no es la primera persona que le venía a la mente cuando se comparaba con otros. En términos de poder mágico, la persona en la que pensaba no era tan buena como Joshua, Craib, o incluso Noah y Cazzy. Sus niveles naturales de éter eran pobres.

Pero su imagen estaba allí esperándola cada vez que pensaba en sus aspiraciones. Ya usaba magia más poderosa que Flamrune hace dos años. Recientemente, y sin que sus padres lo sepan, le había enseñado un nuevo hechizo llamado Scrapped Impact, el cual parece ser una versión más poderosa de un hechizo que había creado antes. Ya contaba con más de 20 de esos hechizos originales, incluso aunque no pudiera usar algunos.

Hasta Joshua le había admitido que le era difícil manejar su imaginación a la hora de crear nuevos hechizos. Para Lecia, era como si su hermano fuera capaz de realizar cada uno de sus hechizos perfectamente en el momento en que creara los encantamientos. Su problema más grande parecía ser el de no tener el tiempo suficiente para poder crear todos los hechizos que quisiera.

Mientras esperaban a que empezara el evento principal, Joshua continúo hablando con Lazrael, mientras que Lecia discutía de magia con Kane. De repente, hubo una gran celebración en la entrada del salón, y la multitud alrededor se abrió para revelar a un caballero vestido de manera similar a Casister. Tenía un ayudante en cada lado y caminaba con un elegante bastón. Llevaba un fedora en su cabeza--sombrero que estaba en el auge de su popularidad.

La multitud maravillada murmuro su nombre: "Marqués Gastarque!"

Mientras caminaba, la nobleza le abría el paso. Quizá estaban siendo educados, o quizá tenían miedo de la majestad que irradiaba. En cualquier caso, un gran camino se abrió ante él, y las personas hacían una reverencia mientras pasaba. La tensión incremento en la habitación, acompañada de un peso que parecía como si la gravedad hubiese incrementado 10 veces.

A pesar de eso, los ojos que los veían estaban llenos de adoración que opacaba el miedo que sentían. Lo admiraban no solo como un héroe nacional, sino también como un gran mago--uno que solo soñaban podrían emular.

Solo su hijo, Casister, podía saludarlo normalmente. Joshua mantuvo su reverencia, nervios paseándose por todo su cuerpo. Lecia apenas y podía moverse. Incluso cuando trato de mover un dedo, lo sintió tan pesado como metal.

Casister se acercó a Gastarque elegantemente, y la tensión en la habitación empezó a desaparecer.

"Es bueno verte, Padre."

"Me disculpo por venir de repente."

"No digas eso, Padre! Siempre eres bienvenido,"

Ambos empezaron a conversar.

"Vaya, hay muchas hermosas señoritas esta noche," Gastarque señalo.

"En efecto! Tantas mujeres hermosas, y jovencitas que sin dudas crecerán igual de bellas. Mira a esa chica! No es adorable?"

"Oho. Me gustaría verla en 5 años..."

El resto de su conversación no valía la pena repetirla. No paso mucho para que empezaran a hablar babosadas. Por lo menos, eso rompió por completo la tensión en el aire. Los invitados tomaron la oportunidad de enderezarse. Incluso ahora, había una callada y opresiva dignidad en el aire, pero no era tan fuerte como antes. Los Raythefts y Lazraels se encontraban lo suficientemente cerca para escuchar partes de la conversación de los Rondiels.

"Que tal fue, Padre?"

"Fue algo sorprendente. En serio, me gustaría hablar con toda la familia al mismo tiempo."

"Oh?"

Gastarque se acercó y le murmuro algo a su hijo. La boca de Casister se abrió mientras lo escuchaba.

"E-Es eso verdad!?"

"Lo es."

"Pero quién pudo haber creado algo así? Fue quizá uno de los magos estatales!?"

"No tengo permitido decirlo. Ya deberías de saberlo por la naturaleza del asunto."

"O-Oh. Si, Padre!"

"Godwald me prestó un buen número de ellos, aunque hay condiciones para su uso, claro."

"Entonces supongo que deseas que la familia se reúna para que los podamos usar?"

"Correcto. Espero que estés listo para recibir mis enseñanzas, ya que realmente ha pasado un tiempo!"

"Claro que lo estoy, Padre!" Casister exclamo con alegría.

Por el tono de su voz, a Lecia le sorprendió que no se encontrara saltando en el aire.

Joshua se acercó para hablarle a Lazrael. "De lo que se trate, realmente parecen buenas noticias."

"Sí."

De repente, Gastarque se giró hacia ellos. Su mirada fue particularmente más seria e interesada que cuando observo el salón cuando llegó. Sus ojos se abrieron un poco.

"Ese cabello plateado...será que perteneces a la casa de los Raytheft?"

"Sí, Padre." Casister respondió por Joshua. "Pensé prudente en profundizar nuestros lazos con los magos de diferentes facciones. En esta ocasión, el Vizconde Raytheft estuvo más que feliz de visitarnos."

"Ya veo. Bueno, es bueno ver a una de las familias más viejas de Lainur ser tan entusiasta." Gastarque se les acercó.

Tenía una poderosa postura, a pesar de su edad. Aunque solo era un poco más alto que Joshua, a Lecia le parecía 3 veces más alto. Ella ya se había encontrado con un marqués previamente, pero Gastarque era mucho más impresionante que ese hombre.

Joshua se arrodillo e hizo una reverencia. "Es bueno ver a Su Señoría esta noche. Soy Joshua Raytheft. Esta es mi hija."

"Mi nombre es Lecia. Es un placer conocerlo, Su Señoría."

"Mm," el marqués resoplo.

El corazón de Lecia latía con fuerza, pero le alegraba no haber arruinado el saludo. Ahora estaba agradecida con su estricta crianza. Había sido entrenada día a día para acostumbrarla a lidiar con la rebosante majestad que los nobles de alto rango liberaban. Y aunque el aura de su padre no sea tan poderosa como la de su tío, no era algo que se podía ignorar. Algunas auras eran suficientes como para paralizar a alguien.

Gastarque pareció impresionado. "Incluso en mi avanzada edad, raramente he visto a una jovencita como tu saludarme apropiadamente. Espero mucho ver cómo te desarrollas."

"S-Sí, Mi Señor."

"Su Señoría la felicito!"

"Increíble!"

Los otros invitados murmuraron entre sí. Sus miradas incomodaban a Lecia, pero no tenía tiempo para eso. Tenía que enfocarse en el mago estatal en frente suyo.

"Conocí a tu hermano esta tarde."

"D-Disculpe?" Lo que dijo atrapo a Lecia por sorpresa.

Por qué Gastarque hablaría de Arcus?

Viendo su confusión, el viejo mago continuo en un tono gentil, pero firme. "Sigue trabajando duro, jovencita. Debes continuar esforzándote, a no ser que quieras quedarte atrás."

Dejando a un lado su confusión, Lecia solo tenía una respuesta para él. Tampoco quería que Arcus la dejara comiendo polvo.

"Daré todo de mí, Mi Lord. Incluso más que antes."

"Me alegro escucharlo," Gastarque dijo.

"Por favor, perdóneme por ser tan impertinente, Mi Lord." Joshua empezó. "Sin embargo, por favor permítame preguntar a lo que Su Señoría se refiere."

"Me temo que no deseo responder a tu pregunta."

"Sí, Mi Señor," Joshua dijo rápidamente, sin atreverse a continuar el tema.

Luego, Gastarque dejó el salón junto con Casister y su ayudante. El Salón continuó sin ellos, pero ni una vez el ceño fruncido dejó el rostro de Joshua esa noche.     

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