Seirei Gensouki Vol. 18 - Chapter 3 Completo
Chapter 3: Sagrada República Democrática de Erica
Hace más o menos una semana...
Al noroeste del Reino Galarc y en el territorio de las naciones menores, en el norte más alejado, se encontraba la Sagrada República Democrática de Erica. En una habitación de la mansión que se estaba usando como la residencia oficial del regente de estado se encontraba Liselotte.
Vaya...no puedo hacer nada.
Luego de ser secuestrada, fue enviada a la Sagrada República Democrática de Erica por adelantado, justo como Rio había predicho. Había estado confinada en esta habitación por una semana.
En esta semana, había considerado todas las maneras para poder escapar. Pero no había ventanas, la puerta estaba bajo llave, había guardias afuera, y su magia estaba sellada con grilletes.
Escapar sería muy complicado. Incluso aunque lograra escabullirse de la habitación, sería atrapada por uno de los guardias en la mansión o los soldados en la ciudad antes de salir. E incluso si pudiera salir de la ciudad, no podría sobrevivir sin magia.
Sin su magia, Liselotte solo era una chica de 15 años. Había aprendido defensa personal, pero sería fácilmente derrotada por un grupo.
Esto lo entendió el día en que fue traída a esta habitación, y no importa que tanto pensara en ello, su conclusión no cambió. Pero eso no quería decir que se fuera a rendir.
Por una semana, trato de encontrar la oportunidad para escapar. Pero el único contacto que tuvo durante la semana fue cuando alguien le traía sus comidas. La persona asignada siempre se iba sin decir una palabra, por lo que no había podido reunir nada de información, mucho menos encontrar un modo de escapar.
La santa la había hecho desmayar en Amande, por lo que ya se encontraba en un grifo para cuando se despertó, por lo que no había podido hablar con nadie desde que conoció a la santa.
Los sirvientes a cargo de transportarla no recibieron información de la santa, y también la amordazaron y vendaron los ojos durante todo el camino, por lo que no había podido reunir información o protestar.
Realmente me tienen contra la pared...Se que secuestrar a alguien y aislarlo por una semana es una táctica para ponerlo nervioso, pero...
Entenderlo y experimentarlo eran dos cosas diferentes. Le daba todo el tiempo para pensar y darse cuenta de que no tenía nada de esperanza. Era la peor situación posible. Pero Liselotte no era del tipo que se rinde fácilmente.
Si no soy capaz de usar magia, escapar es imposible. En todo caso, tendré que permanecer confinada. Pero tengo que regresar al Reino Galarc. Es por eso por lo que debo pensar en algo para salir de esta situación...
Si tenía todo el tiempo del mundo para pensar, seguirá pensando en la misma cosa una y otra vez. Quizá tenga una nueva idea. Si hubiese un modo de salir de su confinamiento y regresar a Galarc...
No es realista en estos momentos, pero si puedo hacer que remuevan estos grilletes, puedo robar un grifo y escapar. Si su motivo para secuestrarme está relacionado al Gremio Ricca, podría usar eso como punto de negociación. Eso, o esperar a que me rescaten.
Podría hacer un movimiento propio, o esperar a que alguien se mueva.
El mejor escenario sería el de ser salvada por alguien más, pero ese es un sueño conveniente...
Su secuestro fue causado por su descuido. Probablemente hay personas como su padre, el Duque Cretia, quienes pedirán por su rescate, pero también habrá personas que se opondrán, diciendo que ella tenía la culpa--especialmente dado que significaría oponerse a una nación formada por un héroe. Ni el Rey François podría ignorar las voces de los nobles. Es muy posible que sea forzado a sacrificar a Liselotte para evitar una guerra.
Lo único que haría que un equipo de rescate sea formado sin problemas es que una persona influyente como el Duque Cretia se lo pidiera a François, y que la misión tenga una alta tasa de éxito.
Sin embargo, si su padre hace tal petición, el reino será criticado al actuar por razones personales. No podía contar con su padre esta vez.
También había la posibilidad de que personas se muevan en secreto para salvarla. Sin embargo, si se infiltraran en la Sagrada República Democrática de Erica en esta situación, se sospecharía que se están moviendo bajo las órdenes del Reino Galarc. Actuar por cuenta propia sería visto como una traición hacia el reino.
Y no hay nadie que se arriesgaría tanto por mí...
Una persona pasó por su mente, pero ese sueño conveniente era imposible. Sería más realista que una de sus ayudantes se moviera.
Sin embargo, las ayudantes de Liselotte eran lo suficientemente inteligentes para entender que podrían a su amo en una mala posición si se movieran sin permiso. Sin la aprobación del Rey François, sabían que solo podrían observar en silencio.
Espero que nadie se sienta responsable de esto...Especialmente Aria.
Liselotte recordó la batalla entre Aria y la santa. Erica uso una nube de polvo para obstruir su visión y pretendió ir tras Liselotte mientras esperaba el momento en que Aria dejara el polvo.
Liselotte predijo la emboscada y trato de advertirle a Aria, pero al hacerlo le dio a la santa su posición.
Como resultado, Aria reacciono ante esa emboscada saltando hacia atrás, y a penas y pudo evitar el ataque. Tenía su cuerpo fortificado, por lo que no debería haber sido fatal. Podría hasta haber resultado sin heridas. Sin embargo...
Si no hubiese llamado a Aria...
Aria podría haberlo manejado sin su ayuda. Esa era la duda carcomiéndole la mente. Y si fuera verdad?
Realmente es mi culpa...
El bello rostro de Liselotte se torció del arrepentimiento.
Cuando imagino que sus subordinados serían culpados por lo que sucedió, se llenaba de emociones de disculpa.
Quería decirles que no se preocupen. No podían causarle al Reino Galarc más problemas. Es por eso...
Debo regresar a Galarc sin importar que.
Liselotte descarto sus leves esperanzas de que alguien la rescate y se determinó a regresar a casa por su cuenta.
Solo porque la situación era dura, no significaba podía ser débil. No tenía tiempo de ser débil. Hasta ahora, había formado su propio camino numerosas veces. Esta vez será igual.
Lo primero es buscar una discusión. Tengo que averiguar sus intenciones e intentar negociar con ellos. No me aislaran por siempre, y ya es tiempo de que alguien haga contacto.
Si nadie hiciera contacto con ella, no habría discusiones que tener. Si esperaban a que su mente se debilitara antes de negociar, solo tendría que ponerles el pie.
En una situación en donde no había tenido contacto durante una semana, una visita sería su oportunidad para una discusión. No era lo suficientemente tonta para dejar pasar esa oportunidad.
Luego de detenerla de esta manera, si quisiera mostrar que su voluntad aún era fuerte, debería tomar una actitud rebelde. Así mismo, si quisiera hacer que el otro lado baje la guardia, debe actuar obedientemente.
Sin embargo, ambas opciones tenían deméritos. Ser muy rebelde podría causar que el otro lado no llegue a un acuerdo, y actuar muy obedientemente los pondrá cautelosos. Si quisiera evitar ambos escenarios, tenía que aguantar tomar una conducta dramática y actuar de manera neutral.
Para esta situación, sería bueno parecer un poco cansada. Eso es lo que Liselotte estaba pensando, pero si hubiera un problema con ese plan...
Solo espero que no sea la santa quien haga el primer contacto.
Sería que la Santa Erica les prohíba a todos hacer contacto con ella.
En serio, no puedo leer a esa persona. Ya sea la Santa Erica o Sakuraba Erika...
Basada en su experiencia en Amande, sería el peor compañero de negociación que podría tener. De hecho, su impresión de ella era la peor.
La Santa Erica siempre hablaba como si la conclusión ya estuviera en piedra, por lo que no había manera de ver sus pensamientos. También parecía elusiva y que escondía sus verdaderos pensamientos. Liselotte ni siquiera tenía idea si de verdad tenía intención alguna de negociar con ella en Amande.
Estoy segura de que hará contacto una vez regrese a la nación, pero espero que alguien más venga antes de eso.
Al día siguiente...
Esa mañana, luego de que Liselotte terminara su desayuno, un hombre y mujer aparecieron junto a la persona encargada de llevarse sus platos.
Una era la mujer espadachín que la trajo a esta nación. El otro era un hombre que no había visto.
Aparentemente, la mujer espadachín estaba aquí como guardaespaldas del hombre.
"Hola. Soy el primer ministro de la Sagrada República Democrática de Erica--Andrei."
El hombre, Andrei, coloco su mano sobre su pecho y se presentó de manera noble. Sin embargo, parecía nervioso, ya que su expresión era incómoda.
Es muy joven para ser primer ministro. Tiene cierta ingenuidad...y no parece un acto.
Liselotte lo analizo con esa breve introducción, guardándose la confusión. Un primer ministro era una posición oficial que apoyaba al líder de una nación, por lo que era costumbre que fuera alguien bien versado en política.
Sin embargo, Andrei parecía estar en sus veinte, además de parecer un joven sin signos de experiencia. El hecho de que sus nervios puedan ser visto por el noble de otro reino significaba que era muy inadecuado para tal posición.
Con eso dicho, esta era la esperada oportunidad de Liselotte. Mientras que su inadecuada apariencia era preocupante, su posición era lo suficientemente alta para negociar.
"Hola, gusto en conocerte. Estoy segura de que ya lo sabes, pero soy Liselotte Cretia."
Liselotte se hizo parecer exhausta mientras respondía socialmente .
"Si, estoy al tanto de tu--o mejor dicho, del Gremio Ricca. Previamente manejaba una compañía de comercio dentro de esta nación."
"Vaya, es un honor escuchar eso."
"Escuche rumores de que la presidenta del Gremio Ricca es la hija de una familia noble importante, y Natalia aquí presente me informo que apenas parecías de edad, pero realmente eres joven."
Andrei observo bien el rostro de Liselotte. No la estaba subestimando por ser joven, sino observándola con una mezcla de admiración y curiosidad.
"Err...Viniste por negocios, verdad?" Liselotte pregunto, confundida.
"Ah, discúlpame. Vine hoy aquí para enseñarte la nación."
Andrei aclaro su garganta y menciono su propósito.
"Enseñarme la nación?"
"Esta es una maravillosa nación, y me gustaría que lo veas con tus propios ojos. De esa manera, podrás entender la grandeza de la Santa Erica."
"Me dejarás salir de este lugar?"
"Sí."
"Estás seguro...? Me aislaron por completo de otros esta semana, y ahora de repente me dejaran salir?"
"Si. Es así como lo ordeno la Santa Erica."
"Ya veo...Me gustaría preguntar las intenciones tras esas órdenes, pero..."
"Lo que piensa la Santa Erica es como lo explico en Amande, ella dice. Desea que te unas a la Sagrada República Democrática de Erica."
"Creo que decline esa oferta repetidamente. A penas y pude hablar a través de mi mordaza, pero le dije a Natalia lo mismo de camino aquí. Le rogué que me regresara al Reino Galarc," Liselotte dijo, observando a la mujer espadachín detrás de Andrei.
"Señor Andrei, esta mujer es una noble arrogante que no entiende la benevolencia de la Santa Erica."
Aquí está. Natalia parecía extrañamente insistente en tratar a Liselotte como enemigo. Parecía que era a causa de su estatus como noble, pero parte de ellos también parecía influenciado debido a su fuerte lealtad hacia la Santa Erica.
De camino aquí, trato de explicarle lo que pasó en Amande y como las acciones de Erica eran un problema internacional, pero Natalia no le hizo caso. Como resultado, fue vista como un fastidio y amordazada.
"Parece que hubo un pequeño malentendido...Con la Santa Erica, y con Natalia."
Andrei dejó salir un suspiro.
"Un pequeño malentendido, dices. Fui atacada de repente y secuestrada por la Santa Erica, traída a esta nación injustamente..." Liselotte objetó en voz baja, cuestionando como la presente situación podría verse como "pequeña" en cualquier sentido. Mantuvo su voz tranquila, pero su expresión y tono rebosaban de descontento.
"Respecto al hecho de que fueras detenida por la Santa Erica y traída a esta nación---Natalia dijo que esas fueron las órdenes de la Santa Erica."
Andrei vio a Natalia y acepto parte de la verdad--que Liselotte fue movida aquí por Natalia, quien estaba trabajando para la Santa Erica.
"En ese caso, me gustaría escuchar tu opinión de la presente situación en donde un ciudadano extranjero fue secuestrado y traído en contra de su voluntad a tu nación," Liselotte pregunto con una fiera mirada. Sin embargo...
"Creo en la Santa Erica. Y soy incapaz de responder más preguntas respecto a la situación en vez de nuestro líder. Por favor, habla directamente con la Santa Erica acerca de cualquier malentendido que haya. Como primer ministro, mis palabras corren el riesgo de convertirse en las palabras de la nación, ruego lo comprendas."
Andrei claramente comento su impotencia respecto a confirmar los hechos acerca del secuestro de Liselotte.
Erica era la líder de la nación, y Liselotte fue traída aquí de otro reino. Ella era quién estaba en una débil posición.
Sin nada de confianza en Liselotte, no había posibilidad de que creyeran nada de lo que diga. Si presentara sus argumentos de mala manera, terminarían por dejar de escucharla.
Sin importar que tanto dijera que ella era la víctima, no había posibilidad Andrei y los demás se avergüencen, arrepientan, disculpen, y la envíen de vuelta.
"Entiendo...Pero también entiende que yo no veo esto como un 'pequeño malentendido', sino como un serio problema internacional."
En vez de discutir con furia, Liselotte dio una advertencia con un suspiro.
Era fácil mostrar desprecio por Erica, pero también era fácil imaginar como Andrei reaccionaría al escuchar que insulten a alguien a quien adoraba. Debía tener cuidado de hacer enemigos en una situación sin aliados.
Si pudiera hablar con Erica una vez que regrese, podría guardarse las críticas para entonces. Esa es la decisión que tomo.
"Lo tendré en mente."
"Entonces que quiere de mí mientras la Santa no se encuentra?"
"Como ya mencioné, esta nación es un lugar maravilloso. Quisiera que lo veas por ti misma. Si eres una buena persona, de seguro estarás dispuesta a cooperar con la Santa Erica una vez que aprendas de esta nación. Entonces tus malentendidos se aclararán," Andrei contesto con convicción.
Realmente vino aquí para mostrarme las cosas? En estos momentos?
Esperando algún tipo de negociación, Liselotte se sintió decepcionada.
"No lo entiendo. Como puedes estar tan seguro? Entiendo que estás aquí por órdenes de la Santa, pero estás al tanto de que soy una noble extranjera que fue traída aquí en contra de su voluntad. Cómo puedes seguir creyendo en ella de esa manera?"
Su fe en Erica era tan fuerte, que parecía que estuviera viendo a un títere. No podía ver los verdaderos pensamientos de Andrei por ningún lugar, dándole una sensación extraña.
"Es simple. Por favor, piensa en la voluntad de la Santa Erica como la mía," Andrei respondió sin dudar.
"Ya...veo..." Liselotte murmuro, haciendo que su decepción crezca aún más.
Tenía una pequeña sospecha, pero parecía que eran creyentes devotos de la Santa Erica. Siempre y cuando permanezcan así, no había manera de que aceptaran sus palabras. Sin embargo, había una cosa que no podía entender.
Realmente...no lo entiendo. Por qué la veneran a tal grado?
Hasta donde Liselotte sabía, la imagen de Erica estaba muy alejada de la de una Santa, pero el alto mando de esta nación tenía una intensa fe en ella.
Que fue lo que hizo para venerada tanto? Acaso tenía un secreto? Eso es lo que Liselotte no podía entender de momento. Y por eso...
"Okay...Podrías enseñarme las cosas, entonces? Tiene razón; no sé nada. Ni de la Santa Erica, ni de esta nación."
Si él iba a enseñarle, entonces será mejor que aprenda. Si le iba a enseñar esta nación, entonces era la oportunidad perfecta de recolectar información. Ser muy cautelosa no la ayudaría a progresar. Dar el primer paso era vital.
"Eres una sabia mujer. Es de esperarse que la Santa Erica haya visto promesa en ti. Ahora, por favor, sígueme."
Andrei asintió satisfecho, y entonces guío a Liselotte hacia la puerta. Así, Liselotte dejó la habitación por primera vez en una semana.
Liselotte dejó la mansión con Andrei, Natalia, y varios guardias que estaban allí para mantenerla bajo vigilancia.
Andrei se detuvo fuera de la puerta principal y se giró hacia Liselotte. "Puedo preguntar que tanto entendimiento tienes de nuestra nación?"
"La Sagrada República Democrática de Erica fue formada luego de que su revolución derrocara a la previa monarquía. Sin embargo, no estoy al tanto de los eventos en sí que llevaron a la revolución."
"Hay incontables reinos menores al noroeste de Strahl en constante guerra entre sí, pero el Reino Rivanoff en donde tomó lugar nuestra revolución no era participe de esas batallas. Nuestra mayor industria era la agricultura, aun así, nuestras tierras eran secas. No contábamos con otro tipo de recursos, y nuestras tierras no tenían ningún valor militar al estar ubicadas al borde del norte. También hace frío todo el año," Andrei explico con una pizca de auto desprecio. Nunca hubo beneficios por atacar su nación.
"..."
Liselotte ni afirmo ni negó en voz alta, pero estaba de acuerdo con él por dentro. La revolución de un reino pequeño al norte tenía impacto, pero la larga distancia con Galarc y la falta de la presencia militar causo un retraso en la información recibida.
"Todos los reyes en la historia de Rivanoff fueron terribles gobernantes. Usaron la falta de valor de nuestra nación a su ventaja para unirse al Imperio Proxia, viviendo felices bajo su protección mientras se aseguraban de que solo las familias nobles leales pudieran vivir en lujo. Las personas fueron oprimidas como resultado, y la revolución ocurrió como resultado."
"En otras palabras, incluso sin la Santa Erica, una revolución era inevitable?"
"Se podría decir que los inicios de una revolución ya existían. Sin embargo, no hay duda de que no habría pasado sin la Santa Erica. La despreciable clase noble eran demasiado codiciosos y astutos, y nosotros los ciudadanos simplemente éramos muy ignorantes y desinteresados en la política para hacer algo al respecto. No estábamos al tanto de la situación de nuestra nación y nunca desafiábamos la injusticia de la monarquía. Nos permitíamos ser explotados sin ningún tipo de resistencia."
"Y quien cambió eso fue la Santa Erica?"
"Sí."
"El estatus no importa. Los humanos nacen siendo iguales, y con los mismos derechos de vivir. Esa es la más grande regla de este mundo, decidida por los mismos dioses. Al final del día, la realeza y la nobleza también son humanos. Está mal que creen leyes injustas y usen su poder injustamente."
Andrei empezó enfatizando eso, y entonces continuo.
"La Santa Erica nos dio a nosotros los ignorantes el conocimiento. Fue quién empezó las cosas y nos dio el coraje para oponernos a la realeza. Salvo a nuestra gente de la desesperación. Para prevenir que los ciudadanos mueran en la revolución, guio el camino en primera fila."
El apasionado tono de su voz estaba respaldado por su experiencia personal, pero eso no le decía nada a Liselotte, quién no había experimentado las cosas por sí misma.
"No sé lo que la Santa Erica hizo en esta nación. Si dices que salvó a la gente del sufrimiento, entonces diría que es maravilloso, pero no es como si lo hubiera visto con mis propios ojos. Es por eso por lo que se me dificulta entender el por qué creen en ella tan incondicionalmente," Liselotte dijo sinceramente.
En otras palabras, era incapaz de creer en Erica basada solo en palabras, y la fe ciega que veía en Andrei solo hacía su impresión de la santa más incomprensible. La razón principal de esto fue por lo que pasó en Amande.
"Puedes simplemente aprenderlo de ahora en adelante. Toma la iniciativa por el débil, creando resultados milagrosos con su poder. Esta nación es un resultado de eso. Por el momento, te mostrare una parte de los milagros de la Santa Erica."
Andrei rio con una orgullosa sonrisa, y entonces empezó a caminar hacia el portón.
Su presente posición estaba a varios minutos del edificio en el que Liselotte había sido confinada.
"Como ya lo habrás escuchado , esta es Ericaburg, la capital de Sagrada República Democrática de Erica. Era originalmente la capital del Reino Rivanoff. El edifico en el que te estás quedando es la residencia principal del estado a las afueras del distrito noble," Andrei explico mientras guiaba el camino.
"Entonces esta área sería el anterior distrito noble?"
"Si. No es bastante animado?"
"Hay mucha gente, pero todos son trabajadores. Hay construcciones por todos lados..." Liselotte vio sus alrededores en confusión.
Todos caminando en las calles parecían ser un trabajador o un asistente. No se podían ver ciudadanos ordinarios. Todos se llamaban animadamente entre sí, dedicándose a sus trabajos.
"Estas personas marcharon en el castillo durante la revolución, destruyendo la mayor parte del distrito noble. Estamos presentemente en medio de seleccionar zonas y edificios para uso gubernamental, y entonces construirlos en orden prioritario."
La mayoría de los edificios en el distrito noble estaban completamente arruinados. Aquellos junto al camino del anterior castillos estaban especialmente en un estado terrible. El camino también estaba levantado en varios lugares, realzando la destrucción.
Cicatrices de la revolución, huh? La furia de los instigadores es evidente.
Liselotte observo sus alrededores con una expresión en conflicto. Como alguien en una posición gubernamental, esto no era algo que no conociera. La rabia de las personas se acumulaba antes de explotar, incluso Amande podría terminar así.
"Los rastros de destrucción son especialmente malos en esta área. Vez la pila de escombros de allí? Es donde el castillo real solía estar." Andrei señalo a un punto a unos cien metros de distancia.
"El castillo real?" Liselotte se vio dudosa. No había nada que se pareciera a un castillo en esa dirección. Sin embargo, era el único lugar que se veía extrañamente vacío, una montaña de escombros y tierra. Era como si un edificio más grande que las demás estructuras hubiera estado allí. El paisaje daba una extraña sensación.
"Sí. Solía estar allí. En pasado. La Santa Erica destruyo el castillo durante la revolución, enterrando a la realeza dentro de él," Andrei dijo indiferentemente.
"Que!?" Liselotte se sorprendió.
"Serás capaz de verlo una vez nos acerquemos más. Allí solía haber una colina, y el castillo de piedra fue construido encima..." Andrei dijo, siguiendo hacia adelante.
"La Santa Erica lo destruyo por sí misma?" Liselotte le pregunto, apresurándose para alcanzarlo.
"Si, de un solo golpe," Andrei contesto orgullosamente.
"De un...golpe...?" Liselotte coloco su mirada en la montaña de escombro. La escala del castillo podía inferirse por la posición y el tamaño de la zona. Puede que sea un reino pequeño, pero seguía siendo un castillo para un rey. El castillo debió ser construido con un buena fundación y materiales resistentes. Además-
Solía haber una colina aquí, y el castillo estaba en la cima...Y ambos fueron aplanados de un solo golpe? Eso sería imposible incluso con la más alta clase de magia.
Mientras que no era tan resistente como la piel de un dragón, las paredes de un castillo eran generalmente pintadas con un material especial que tenía una alta resistencia mágica. No estaba claro si eso fue usado en el castillo que solía estar aquí, pero seguía siendo algo increíble aunque ese no fuera el caso. Simplemente no era realista que el castillo y la colina fueran destruidas de un solo golpe.
Liselotte logró hacer una pregunta a pesar de su sorpresa. "Cómo así...?"
Andrei pudo sentir la incredulidad en la reacción de Liselotte y sonrió con orgullo. "Ya te lo mencioné. La Santa tiene un poder milagroso. Todo miembro del ejército revolucionario puede dar testimonio de eso."
"Es el poder de su Arma Divina?"
"Arma Divina?" Andrei se vio confundido.
"Son armas legendarias poseídas por los héroes invocados a Strahl. La Santa Erica tiene un Mazo de obispo, verdad? Esa es su Arma Divina...No estabas al tanto de que es una heroína?"
"S-Sí, es mi primera vez escuchando algo como eso. Escuche rumores de héroes descendiendo en ciertos reinos, pero..."
Andrei asintió con sus ojos bien abiertos. Un reino remoto de este tamaño tendría dificultades para obtener la información. Juzgando por su reacción, Erica no se los había revelado.
"Ya veo..." Liselotte murmuro.
Esa Santa oculto su estatus como heroína de sus propios compañeros. También dijo que quería mantenerlo en secreto antes de volverse loca en Amande...
Había dejado a un lado sus preguntas debido a que no había nadie que las pudiera responder, pero cuál es la razón de eso? Su curiosidad se avivo nuevamente.
Satsuki y los demás héroes pueden hacer algo similar con sus armas?
Hasta donde Liselotte recordaba, la más grande demostración de una Arma Divina que ha visto fue cuando Hiroaki manifestó el dragón de agua Yamata no Orochi en su combate contra Rio. Hiroaki no parecía tener un completo control sobre él, pero luego de contar a cada dragón de agua, su poder estaba a la par con la clase más fuerte de magia. Pero incluso un golpe directo de ese dragón de agua no sería capaz de destruir una colina.
Las leyendas tendían a ser exageradas cada vez más con el pasar del tiempo. Cuando Liselotte vio a Hiroaki controlar el dragón de agua, equivocadamente asumió que las Armas Divinas podían crear fenómenos a la par o un poco mejores que la clase más fuerte de magia. Incluso eso era suficiente para ser un poder formidable.
Sin embargo...
Será que el potencial de las Armas Divinas es más grande que eso? Varias veces la clase más fuerte de magia...Lo suficiente como para volar una pequeña colina de un solo golpe?
No era solo un poder formidable--era una amenaza. Tomaría un ejército de diez mil para tener la oportunidad de ir en contra de alguien así. Esa era la cantidad de poder que los héroes tenían.
Pero en el presente, era difícil de decir si los demás héroes tenían tanto poder. Contaban con las mismas Armas Divinas, por lo que no había razón de que no pudiera hacer lo que hace la Santa, pero por lo menos, era imposible para Hiroaki, quien no pudo ni manifestar el Yamata no Orochi completo en contra de Rio.
Acaso la Santa sabe cómo sacar el misterioso poder del Arma Divina? Quizá quería ocultar su estatus como heroína para mantenerlo en secreto. Aunque terminara yendo a la guerra, un secreto como ese sería una gran ventaja contra el enemigo.
Si el ejercito enemigo no tiene nada información, no habría manera de que puedan contrarrestar tal movimiento. Sería tonto mostrar tus poderes en esa situación. Si el poder de la Santa está conectado a su Arma Divina, los reinos que tienen otros héroes también tratarían de sacar todo su potencial. La Santa quizá quería prevenir eso.
No tenía pruebas, pero esa es la conclusión a la que llegó Liselotte. Era una vital pieza de información, por lo que es afortunado que se haya dado cuenta de eso al ser secuestrada. Y ahora tenía cosas que hacer como noble del Reino Galarc.
Necesito averiguar más información de la Santa--sin importar que tan trivial sea.
Por ejemplo, que pasó con la Santa luego de llegar a este mundo. Por qué decidió convertirse en santa? Entonces...
"Señorita Liselotte?"
Andrei la llamó. Parecía sorprendido de escuchar que la Santa era una heroína, pero que tanto entendimiento tenía de los héroes? 'La Santa Erica es una heroína? Si eso es verdad, es maravilloso,' era esa la impresión que parecía dar. Luego de calmarse por su deleite, vio a Liselotte, quien estaba congelada en su lugar.
"Ah, lo lamento, simplemente me sorprendió..."
Liselotte arreglo las cosas incómodamente con una sonrisa.
"Entonces valió la pena haberte traído aquí. Ahora lo entiendes?" Andrei pregunto, sonriendo con gran satisfacción.
"Entender que, para ser exactos?"
"La razón por la que seguimos a la Santa Erica."
"Quiero decir que la siguen debido a poder que tiene, pero ese no es el caso, verdad?"
El poder por el que se regían cambio de un poder político a pura violencia. Erica poseía una fuerza para aplastar el poder político. Liselotte apunto indirectamente tal interpretación con su pregunta.
"No lo es. Ella es el mismo símbolo de la justicia. Piensa en las personas más que nadie más. La Santa Erica solo usa su poder por el bien de salvar al débil. No es una Santa debido a su tremenda fuerza. Ella tiene esa tremenda fuerza porque es la Santa. Es por eso por lo que creemos que el futuro está en la dirección en la que se dirige. Veremos su espalda y seguiremos sus pasos. La Santa Erica es nuestra luz guía," Andrei enfatizó eso sin una pizca de duda en su rostro. Tenía absoluta confianza en ella. Aunque confianza quizá no sea la palabra más apropiada.
"Tu fe en la Santa Erica casi suena como si estuviera venerando a una deidad. Una al mismo nivel de los Seis Dioses Sabios."
Sí, es fe, Liselotte pensó.
"Sin duda. Eso es una santa, no? Muchas personas en esta nación ven a la Santa Erica como una profeta que media entre nosotros y los Seis Dioses Sabios, o incluso como la reencarnación de los Seis Dioses Sabios. Si dices que es una heroína, entonces es natural que ella sea venerada así. Los héroes son los discípulos de los Seis Dioses Sabios."
Andrei se veía completamente seguro de sus palabras; su fe por la santa fue respaldada por su título de heroína, después de todo. Sus emociones parecían estar en la cúspide luego de enterarse de que Erica era una heroína. Probablemente ahora la veía como una figura más excepcional.
La Santa Erica no está siendo venerada por ser una heroína. El objeto de su veneración simplemente resultó ser un héroe, por lo que su fe se hizo más grande. Y esa fe solo seguirá incrementando...
Un vistazo del proceso estaba sucediendo frente a Liselotte en este momento. Considerando como la Santa Erica estaba escondiendo su estatus como héroe, no hay forma de que estuviera actuando sin un plan.
Acaso tenía planeado algo grande? Era su presente estado como figura venerada parte de sus planes?
Que tanto de esto era un acto calculado? Liselotte se tragó su preocupación.
Tenía más curiosidad de saber el cuándo y el por qué la Santa Erica empezó a moverse. Había muchas cosas que quería preguntar, pero--
"Esto es por pura curiosidad, pero dijiste que la Santa Erica hizo esto de un solo golpe, verdad? Como fue que logro destruir un castillo junto con la colina en donde estaba?" Empezó con una pregunta fácil.
"Golpeo el suelo con su cetro. Eso fue todo," Andrei respondió con orgullo.
"Eso fue todo?"
"Si. Para ser más preciso, golpeo el suelo y una onda recorrió a través de él..."
"Como un fuerte terremoto?"
No pasaba a menudo, pero Strahl si experimentaba terremotos. En la batalla entre la Santa Erica y Aria, el cetro de obispo había mandado a volar tierra cuando fue golpeado contra el suelo. Liselotte pensaba que el Arma Divina de Erica tenía el poder de controlar la tierra, por lo que fingió calma para poder confirmarlo.
"El suelo si tembló al impacto, pero no fue un terremoto. Es difícil de describirlo con precisión, pero era como si el suelo se abriera con una onda explosiva. La onda de choque ganó impulso y levanto la tierra, y una vez que la tierra empezó a colapsar, volvió a subir, y se tragó toda la colina con todo y castillo. Ah, hasta la memoria de ello es inspiradora," Andrei explico, eligiendo sus palabras. En efecto, debe de ser difícil explicar un fenómeno que se pueda tragar un castillo.
"Estoy segura de que debió ser un evento increíble..."
Y el resultado estaba frente a ellos. Si el ejército de revolución estaba marchando hacia el castillo, debió haber personal no militar refugiándose dentro. Algunas podrían haber no tenido la voluntad de luchar y simplemente se encontraban trabajando en el castillo ese día. A menos que hayan evacuado a la gente en avance, gente inocente debió de ser enterrada en los escombros. Liselotte vio la destrucción con una expresión de dolor.
"Si, fue más allá de la imaginación." Andrei asintió firmemente en alago ante el gran logro de la Santa.
"Pero no fue un desperdicio haber destruido el castillo? Podrían haber reusado el edificio, y estoy segura de que había comida y tesoros dentro."
Si hubieran retirado los tesoros y la comida primero, la gente dentro habría tenido la oportunidad de ser avisada. Liselotte hizo la pregunta esperando eso.
"En efecto. Soy un ex mercader, por lo que concuerdo contigo en eso. Afortunadamente, parece que seremos capaces de conseguir los tesoros, y en todo caso, el castillo real era un símbolo de las maldades de la monarquía. Una pieza de herencia negativa, por así decirlo. No podíamos permitir que permanezca en pie," Andrei dijo con una expresión conflictiva.
"Incluyendo a la realeza malvada y los nobles dentro?"
"Fueron un sacrificio necesario. Hubo algunos de la clase noble que estuvieron de acuerdo con las ideas de la Santa, y los únicos dentro del castillo eran aquellos que se oponían con hostilidad."
"Ya...veo..."
Liselotte no hizo más preguntas. En vez de eso, les echó una mirada a los restos de la destrucción y cerró los ojos en un silencioso rezo.
"No condenamos a nadie solo por ser de la clase noble. Algunos nobles son perjudicados por su estatus, pero sabemos que hay nobles que se preocupan por las personas. Si están de acuerdo con las enseñanzas de la Santa Erica, estamos dispuestos a extenderle una mano. Qué me dices de ti?" Andrei se giró hacia Liselotte mirándola como si la estuviera juzgando.
"También me desagradan las acciones de tiranía hacia las personas. No me creo superior solo por ser una noble. Sin embargo, fue criada del lado que se puede llamar explotadores--como un ciudadano de clase privilegiada. Es por eso por lo que no puedo negar que vea y reaccione a las cosas de manera diferente a la tuya, el lado que fue criado bajo la opresión."
Liselotte dio su opinión honesto sin tratar de parecer perfecta.
"Que buena y sincera respuesta. He visto muchos nobles decir cosas vacías en las que no creer solo para ser perdonados, pero tú realmente eres diferente." Andrei sonrió de oreja a oreja.
"Es un honor. Estarías dispuesto a decirme más? Creo que una conclusión solo puede ser alcanzada con un entendimiento apropiado de esta nación y de la Santa Erica." Liselotte bajo la cabeza y observo a Andrei.
"En efecto, es como dices. Me gustaría mostrarte otros lugares, así que prosigamos. Primero es el área en donde la población general vive. Por aquí, por favor."
Con un tono de alegría, Andrei empezó a guiar el camino.
"En nuestra nación, la legislación es conducida por los miembros de la asamblea que participan en el congreso. También toman algunas de las decisiones políticas. El líder del cuerpo administrativo es la cabeza de estado, quién actúa como el representante de la nación."
"Entonces han dispersado los derechos legales y administrativos que el rey tendría en una monarquía."
"Exactamente."
"Como se elige al congreso y al cabeza de estado?"
"En una elección indirecta en donde los ciudadanos eligen el congreso y al cabeza de estado a través de votaciones, entonces cada votante da su voto por el respectivo miembro del congreso y cabeza de estado. En la primera elección, los miembros principales de la revolución fueron elegidos el primer congreso, y la Santa fue elegida cabeza de estado." Andrei explico el sistema gubernamental detrás de la Sagrada República Democrática de Erica mientras caminaban.
"A quién se le ocurrió el sistema de elección?"
"La estructura general fue hecha por la Santa Erica. Sin embargo, hay puntos que aún no se han concretado, por lo que seguimos en medio de establecer las leyes básicas alrededor del sistema."
El borrador del sistema probablemente fue usado como provisión temporal para hacer la elección del primer congreso y cabeza de estado.
"Ya veo..." No podía estar segura sin leer primero las leyes, pero para Liselotte sonaba a que estaban en extremo motivados en implementar una democracia.
"Lo importante es que la participación política esté disponible para todos, y que la nación se mueva de acuerdo con la voluntad de las personas. La monarquía podría haberse movido de acuerdo con la voluntad de la clase noble, pero hacerle caso solo a la clase privilegiada es lo que lleva a la explotación de la clase baja," Andrei dijo, enfatizando como una nación debería ser.
"Entonces al expandir el rango de quien puede participar en la política, hacen más difícil que los participantes tomen las cosas a la ligera...Si el resultado les afectara, sentirán la responsabilidad detrás de cada una de las decisiones. Hay muchas leyes que los nobles aprueban porque no les afecta a ellos, después de todo," Liselotte dijo. No había necesidad de escuchar las opiniones de quienes no participan en la política, por lo que era más fácil juzgar las cosas que no se le aplicaban a uno.
Era innegable que una monarquía hacía más fácil que las leyes solo beneficiaran a aquellos que participaran en la política. Y la carga de eso solía ir hacia el pueblo.
"Ah, qué maravilla. La Santa Erica nos dijo lo mismo. Los humano son iguales. Es por eso por lo que debemos eliminar las leyes que no son usadas igualitariamente."
Andrei parecía alegre con lo que dijo Liselotte, ya que sus ojos brillaban con pasión.
"Creo que es algo bueno que los altos mandos de la nación tengan la voluntad del pueblo en mente. Eso reforzara su sentido de la responsabilidad hacia las personas," Liselotte dijo, estando de acuerdo con la Sagrada República Democrática de Erica. Mientras que su intención era que Andrei se sintiera bien al hablar fluidamente de la nación, si pensaba que sería ideal que algo así pase. Es por eso por lo que no estaba mintiendo.
"Sí, sí. Es importante para los electos mantener esas cosas en mente. No podemos dejar la nación en manos de alguien que no sienta responsabilidad hacia las personas." Debió estar disfrutando la discusión, ya que Andrei acerco la distancia entre ellos con entusiasmo.
"S-Sí, estoy de acuerdo," Liselotte asintió, casi haciéndose para atrás.
"El plan original era mostrarte nuestro congreso, pero ahora no puedo esperar para hacerlo--se realizará uno esta tarde para establecer las leyes básicas. Debatimos todos los días acerca de ello, por lo que será una buena oportunidad de para que seas testigo de nuestro fuerte sentido de responsabilidad. Ah, y por favor, también lee acerca de las leyes propuestas--me encantaría escuchar tu opinión sobre ellas."
"Vaya, eso me interesaría mucho. Lo espero con ansias." Liselotte formo una preocupada pero amigable sonrisa.
No es como si estuviera diciendo nada que no piense, pero...
Para evitar sospechas al preguntar repentinamente de la santa, estaba concordando con cualquier cosa que diga para obtener información. Pero la reacción de Andrei era tan sincera que la dejaba sintiéndose un poco culpable.
Pensé que era muy joven para ser un primer ministro, pero será que les falta personal con experiencia política?
Andrei era un hombre bueno y honesto. Sin embargo, un hombre honesto no era de mucha confianza para que ocupe un puesto como el de primer ministro. Un primer ministro no debería creer en otros tan fácilmente--de hecho, debería estar siempre en alerta. Le iría mejor como erudito en vez de político, Liselotte pensó, cuando--
"Hmph."
Sus ojos se encontraron con los de Natalia, quien los estaba escoltando sin participar en la conversación.
Natalia observo la harmoniosa conversación entre Liselotte y Andrei, y resoplo descontenta. Quizá pensaba que él estaba siendo engañado por tener la atención de una hermosa mujer noble.
"Dejando eso a un lado, podrías contarme más acerca de la Santa Erica?" Liselotte ignoro la mirada que podía sentir de Natalia y le preguntó a Andrei lo que más quería saber.
"Claro. Que quisieras saber?"
"No sé nada acerca de cómo llegó a ser llamada una santa, así que podrías empezar por allí? Ya era conocida como una cuando la conociste?" Si aprendiera como fue que Erica se volvió una santa, quizá podría ver algo que se le haya pasado.
"La primera vez que la conocí--o mejor dicho, la primera vez que la vi, aún no era conocida como una santa. Aunque no hay duda de que a ese punto ya estaba planeando la salvación de la gente... Le hice la misma pregunto porque yo también tenía curiosidad." Andrei recordó eso con una gentil sonrisa.
"Si no te importa, podrías decirme su respuesta? Quisiera escuchar el por qué se volvió una santa."
"Muy bien. La Santa Erica me dio permiso de antemano para decírtelo si expresaras interés en escucharlo," Andrei dijo como prefacio. "Por lo que me dijeron, la Santa Erica originalmente vivía en una pequeña aldea con su prometido."
"Con su prometido?" Liselotte ladeo la cabeza.
Pero si recuerdo bien...
Cuando Erica le preguntó a Liselotte si había alguien a quien amaba en Amande, le menciono que no debería hacer nada de lo que se arrepienta. Lo que significa...
"Desafortunadamente, ya falleció." Andrei agitó su cabeza con tristeza.
Así que su prometido fue arrastrado en la invocación de los héroes... entonces murió debido a alguna circunstancia.
"La Santa Erica dijo que algún tipo de situación la llevo a ella y a su prometido a la aldea."
De acuerdo con las leyendas pasadas en la región Strahl, hubo seis héroes que participaron en el periodo de la Guerra Divina. Los héroes llegaron de lejos, invocados a través de las piedras sagradas, y los reinos que poseían esas piedra las tenían guardadas bajo estricta seguridad.
Es difícil de creer que una piedra capaz de invocar a un héroe se encontrara en una aldea, pero no es como si se hubiera conocido la ubicación de todas las piedras. Quizá estaba sin descubrir en algún lugar cerca de la aldea. Entonces, cuando llegó el momento, ocurrió la invocación, Liselotte formó su hipótesis.
En realidad, había cuatro reinos en la región Strahl que se sabía poseían piedras sagradas. La que estaba guardada en el Castillo Galarc que invocó a Satsuki, la del Reino Beltrum que invocó a Rui, la que el Restoration tomó e invocó a Hiroaki, y la del Reino Centostella que invocó a Takahisa. De las dos que quedaban, una estaba en un claro ubicado en un solitario bosque, esta invocó a Renji. Y la última estaba, como Liselotte supuso, sin descubrir en una montaña cerca de una remota aldea.
"Su prometido ya había fallecido, por lo que no dijo mucho acerca de la aldea, pero dijo que decidió volverse la Santa Erica debido a su muerte."
"Como falleció?"
"Una persona poderosa fue a la aldea. Fue asesinado tratando de proteger a la aldea de ellos."
"Su prometido debió ser una persona maravillosa..."
"Sí, aparentemente. Extendía su mano a los que sufrían, preocupándose por otros más que de él mismo, dijo la Santa Erica. Luego de aceptar su muerte, decidió continuar con su legado..."
"Ya veo..."
En un mundo en donde las vidas de realeza y la nobleza pesaban mucho más que la de los plebeyos, eventos desafortunados como esos pasaban.
"Luego de ser testigo de la muerte de su prometido, la Santa Erica sufrió, enfureció, y se hundió en una total desesperación. Por qué las personas están por encima de otras? Por qué las personas no nacen iguales? Por qué usan su estatus para lastimar a otros? Empezó a resentir fuertemente el mundo que creaba a las personas con poder. Entonces, recibió una revelación divina, diciéndole que salve el mundo."
"Una revelación...?"
Que palabra más sospechosa para usar. Revelación--una palabra que significaba que Dios les había concedido a los humanos una verdad que normalmente no podrían percibir.
"Hace poco, cerca de los escombros del castillo, dijo que nuestra nación ve a la Santa Erica como una profeta, verdad?" Andrei dijo con una orgullosa sonrisa.
"No, pero...Es verdad? Cuando dices revelación y profecía, te refieres a que la Santa Erica recibió la voluntad divina de los Seis Dioses Sabios?"
Liselotte observo bien a Andrei. Parecía pensar que era un invento, y con su mirada implico fuertemente que debía de estar bromeando.
Andrei formo una sonrisa irónica ante la reacción de Liselotte. "Bueno, es natural sentirse sorprendido. Hubo muchos que la trataron como una rarita al principio. El anterior Rey Rivanoff también la trato como una herética hasta el final."
Cualquier que se oponga a la autoridad al autoproclamarse como santo fomentando la palabra de los Seis Dios Sabios sería naturalmente tratado como un herético. Las personas en el poder la declararían una bruja y la ejecutarían. Eso es lo que probablemente pasó.
"Tienes alguna prueba? De que la Santa Erica recibiera la profecía de los Seis Dioses Sabios," Liselotte dijo en un tono nervioso, algo raro en ella.
"Nadie aparte de la Santa Erica puede recibir la palabra de los Seis Dioses Sabios. No hay manera de probar tal cosa."
En efecto, no podría ser probado.
"Eso... puede ser verdad..."
Pero sin prueba, no había nada en lo que creer.
Además, ni un profeta puede estar conectado por siempre a la voluntad de los Seis Dioses Sabios. La profecías no lo son todo.
"Entonces por qué crees en sus profecías?" Liselotte pregunto.
"Hay tres razones para eso. La primera es porque todas las profecías de la Santa Erica han pasado como ella dijo; por ejemplo, que derrocaría la Reino de Rivanoff para establecer una nueva nación en su lugar, por el bien de las personas. Eso fue lo que ella predijo, y eso fue lo que hizo que pasara."
"..." No era eso simplemente porque tenía un objetivo, y lo necesario para que pase? Esa es la refutación que se le vino enseguida a la mente, pero Liselotte se contuvo de decirla. En vez de eso, espero a escuchar las otras dos razones.
"Otra es debido a su poder. La Santa Erica dijo que le fue concedido un poder que los humanos no deberían tener debido a la profecía. Entonces usó ese poder para realizar milagros a donde fuera."
"Como el de destruir el castillo real de un solo golpe?"
"No fue solo destrucción. Curó las heridas sin usar magia, convirtió tierras desoladas en suelo fértil, y cambio la tierra para alterar la dirección del rio."
Todo eso son fenómenos causados por el Arma Divina... Pero Satsuki dijo que alguien le enseño como usar el Arma Divina en un sueño cuando recién vino a este mundo, no? Alguien le habló unilateralmente en un sueño...Será esa la profecía?
No estaba segura, pero de repente recordó lo que Satsuki dijo una vez y se preguntó si eso estaría relacionado con lo de ahora.
"La tercera razón es que se puede confiar incondicionalmente en las palabras de la Santa Erica. Así de fuerte es la confianza entre nosotros. Claro, no confiamos en ella solo porque sea fuerte--se ganó esa confianza porque una y otra vez usó ese poder para la salvación del débil. Antes de ser llamada una santa por la gente, viajaba de aldea en aldea después de la muerte de su prometido, realizando milagros a donde fuera, ayudando a los débiles de la tiranía del fuerte sin compensación. Conocí a la Santa Erica en medio de ese viaje."
No había nadie que dude de las palabras de quién venere. En otras palabras, el hecho de que construyera su posición al punto de ser venerada como santa era la tercera razón. Sin embargo, mientras que todo hasta cuando su prometido fuera asesinado tenía sentido, todo lo demás era un poco difícil de creer. Si tenía el poder de un héroe, no sería imposible hacerle creer a la gente que fuera una profeta.
Eso es lo que Liselotte dudaba. Sin embargo, el sueño del que una vez le habló Satsuki también la hacía pensar.
Satsuki dijo que vio un sueño que le enseño a usar su poder como heroína. Quizá quien apareció en ese sueño fue quien le dio a la Santa su tan aclamada profecía, y le enseño como sacar mucho más el poder de su Arma Divina? Pero quién apareció en ese sueño no serían los Seis Dioses Sabios?
No había forma de confirmar la hipótesis, pero eso solo hizo que su imaginación creciera aún más. Liselotte se perdió en sus pensamientos con una expresión de contemplación en su rostro.
Se supone que estaba en medio de un tour, pero el impacto de esa información hizo que se le olvidara. Andrei tomo la oportunidad de preguntarle de nuevo. "Entonces? Ahora crees en la profecía de la Santa Erica?"
"Honestamente, aún tengo dudas," Liselotte respondió honestamente.
"Haha. Realmente eres una persona sincera. Tu excelente crianza y tus justos valores te permiten tener un buen entendimiento del mundo. Es por eso por lo que quisiéramos que le prestes tu fuerza a nuestra nación. Ahora, casi llegamos al área central."
Andrei parecía encontrar que su conversación hasta ahora valió la pena, mientras la veía apasionadamente y la invitaba hacia el centro de la ciudad frente a ellos.
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