Seirei Gensouki Vol. 18 - Chapter 4 Completo
Interludio: Mientras Tanto
En el Reino Paladia, donde Rio logró su venganza contra Lucius, el hombre que asesino a su madre...
Embajadores del Imperio Proxia se encontraban visitando al Príncipe Duran en el castillo real, el día después de que Rio y Aria empezaran a seguir a la santa. Eran los seis subordinados del fallecido comandante de los Heavenly Lions, Lucius, entre ellos Arein, Lucci, y Ven.
Sin embargo, el único en la sala de reunión con Duran era Arein. Los otros cinco esperaron afuera de la habitación a que su discusión termine.
"Ha pasado un tiempo. No te había visto llevar ese uniforme en mucho tiempo..."
Duran hizo entrar a Arein a la habitación mientras se sentaba fuertemente en la silla principal. Sin embargo, cuando vio lo que Arein vestía luego de entrar a la habitación, sus ojos se abrieron. Aria llevaba el uniforme de los Heavenly Lions.
La mayoría de los trabajos mercenarios involucraban una guerra o hacer algún trabajo sucio que los reinos no podían hacer conocer. Cuando los mercenarios participaban en una guerra, llevarían su propio uniforme de escuadrón para que sus logros sean aparentes, pero jamás habían llevado sus uniformes al hacer trabajos sucios. Arein había estado trabajando para el Imperio Proxia durante los últimos años, por lo que había pasado un tiempo desde que vestía su uniforme.
"Venimos de parte del Señor Reiss, pero parece que estamos a punto de recibir un trabajo por el que podremos tomar el crédito como los Heavenly Lions. Por eso, me gustaría que vayamos directo al punto," Arein comenzó.
"Lo sé. Quieren el recuerdo de su comandante, la espada encantada, verdad? Aunque Reiss dijo que me enviaría una espada de reemplazo. No viniste con las manos vacías, verdad?"
Duran tomó una de las dos espadas a su lado. Pero en vez de devolverla, golpeo la punta en el suelo. "Sí. Los cinco que están afuera las tienen."
"Oh?"
"Pueden pasar?"
"No tengo problema."
Duran movió su barbilla, señalándole a los caballeros cerca de la puerta para que la abran. Los caballeros asintieron en silencio.
"Permiso."
Los cinco miembros del escuadrón, incluyendo a Lucci y Ven, entraron. Todos vestían el uniforme de los Heavenly Lions, y también llevaban dos espadas cada uno mientras se colocaban detrás del asiento de Arein.
"Han traído un buen número de espadas. El trato era de una cantidad menor, si no me equivoco."
Un total de diez no era un número pequeño al tratarse de espadas encantadas. Los ojos de Duran se abrieron cuando vio a los cinco detrás de Arein.
"Hay tres poderosas espadas encantadas con habilidades especiales y fortificación física del cuerpo, y siete espadas más débiles con solo fortificación física del cuerpo."
"Me estás diciendo que elija entre esas 3 espadas o las siete?"
"No. Te ofrezco las diez."
"Bwahahaha!" Duran rompió en carcajadas.
"Dije algo gracioso?"
"Tonto, el trato es demasiado bueno para ser verdad. Cuál es el truco?"
Una sola espada encantada puede aumentar la fuerza militar de una pequeña nación. Para un reino menor, hasta tres espadas encantadas eran mucho.
"Es también como disculpa por retrasar este trato luego de ser nosotros quienes lo propusimos. Hemos estado increíblemente ocupados estos días, sabes."
"Sigue sonando sospechoso..."
Duran vio al hombre sentado frente a él atentamente. Había una implícita petición de ayudarlos en tiempos de necesidad a cambio de las diez espadas encantadas.
"Ya veo."
"Las espadas encantadas más débiles son iguales a las que nuestros miembros de escuadrón están usando. Son más como una imitación que espadas encantadas reales."
"Imitaciones, dices...Suena casi a que las espadas encantadas pueden fabricarse. Aunque sus habilidades se limitan a la fortificación física del cuerpo..."
"Sí, exactamente. No es como si puedan ser producidas en los cientos, pero aquí entre tú y yo, estas siete espadas fueron creadas en el Imperio."
Incidentalmente, la razón por la que se demoraron en venir a retirar la espada encantada de Lucius fue porque tomaba tiempo preparar tantas espadas.
"Oh?" Hubo un brillo en el ojo de Duran.
Las espadas encantadas que pueden fortalecer el cuerpo físico, en vez de solo las habilidades físicas eran consideradas artefactos antiguos que eran imposible de reproducir con la hechicería moderna de Strahl.
Si un caballero que solo puede usar magia de fortalecimiento físico se enfrenta a un caballero con una espada encantada que fortalece el cuerpo físico, ganaría el que tiene la espada encantada y por mucho.
Fortalecer solo las habilidades significaba que los resultados estaban arraigados al límite del cuerpo, mientras que fortalecer el cuerpo físico en sí permitía que los movimientos sobrepasaran los límites del cuerpo. Si un pequeño escuadrón de soldados fuera formado con espadas encantadas, sería en extremo formidable en el campo de batalla.
"Bueno, el efecto de la hechicería es un poco más débil al compararlo a las espadas encantadas antiguas. Pero aun así, si uno de tus subordinados usara una, fácilmente podría derrotar a varios caballeros de los reinos vecinos."
"Que nación tan terrorífica es el Imperio."
"No es el Imperio el que es terrorífico, sino el Señor Reiss."
"Un hombre realmente misterioso." Duran frunció el ceño al pensar en tal tenebrosa persona.
"Pero ya no nos interesa lo que quiera el Imperio. Nos la devolverás? El recuerdo del comandante."
Arein y los mercenarios detrás de él vieron fieramente la espada de Lucius. Parecían realmente querer el objeto que ahora era el recuerdo de su capitán.
"Bueno, no tengo razón para declinar. Dicen que las espadas encantadas eligen a sus usuarios, pero esta parecer ser en extremo exigente. Ni yo ni ninguno de mis subordinados puede usarla. Sería un desperdicio tenerla sin hacer nada, así que tómala. Acepto tu oferta."
Si tuviera que elegir un tesoro, elegiría el que pudiera usar. Duran coloco la espada encantada que una vez fue de Lucius en la mesa.
"Lucci." Arein le ordeno al hombre detrás de él recuperar la espada.
"Bien." Lucci inmediatamente camino hacia la mesa y la tomó. La mirada de todos los miembros del escuadrón siguió la espada de Lucius con fieras miradas.
"Por favor, calmen su sed de sangre."
Duran se encogió de hombros con un suspiro. Sabía que la sed de sangre no estaba dirigida a él, por lo que no los critico seriamente. Lo entendía--los mercenarios frente a él tenían la expresión de hombres a punto de ir a la guerra.
"Con eso a un lado, tienen algún interés de trabajar para mí? Los recompensare excelentemente." Probablemente fue su disposición natural lo que le hizo intentar reclutar a Arein y los demás.
"Gracias por la oferta, pero hay algo que debemos hacer."
"Planean vengar la muerte de Lucius, o algo así?"
"Bueno, sí."
"Que temerario. Incluso si equipara a mis subordinados con todas las espadas encantadas en esta habitación, no quisiera enfrentarme a ese hombre."
No había manera de detenerlos. Duran recordó la pelea entre Lucius y Rio, y vio a los hombres alrededor con una mirada de pena.
"Sí, pero nuestro objetivo esta vez no es ese bastardo...Haremos esto a la manera justa de los mercenarios."
Arein parecía estar pensando en alguien que no estaba presente, mientras miraba fieramente hacia el espacio vacío con la expresión de una bestia hambrienta.
Chapter 4: El Regreso de la Santa
Casi dos semanas han pasado desde que Liselotte fue traída a la Sagrada República Democrática de Erica.
Desde el día en que le fue permitido salir de la mansión, se le dio permiso para salir siempre y cuando fuera acompañada por Andrei. De otro modo, permanecía bajo confinamiento.
A pesar de ese permiso, Liselotte solo salió a observar varios lugares en los primeros días. Pronto dejó de salir, y en vez de eso, era visitada por Andrei frecuentemente en su habitación.
Parte de la razón era debido a que la capital Erikabrook era una pequeña ciudad con muy poco que ver, pero en mayor parte se debía a que ahora sus posiciones se habían revertido.
El objetivo original era que Liselotte aprendiera acerca de la Sagrada República Democrática de Erica a través de Andrei, pero en algún momento, Andrei es quién empezó a aprender de ella.
Liselotte había retenido las memorias de su vida pasada, recibió una educación noble en su presente vida, y en los últimos años, sirvió como presidenta de un Gremio mercader al igual que como gobernadora de una ciudad. Esas experiencias no solo eran una decoración.
En comparación, Andrei fue una vez el dueño de un pequeño negocio que recientemente tomo posición como primer ministro, por lo que no había mucho que pudiera enseñarle a Liselotte. Había recibido un curso acerca de su posición de la Santa Erica durante la revolución, pero no le tomo mucho darse cuenta de que Liselotte tenía una mejor educación y la experiencia adecuada para la política.
Andrei empezó a hacerle preguntas a Liselotte acerca de cómo gobernar, y Liselotte le siguió la discusión para poder obtener más información. Eso le dio a Andrei una favorable e inteligente impresión de ella, dándole más oportunidades de hacer sus propias preguntas.
"Ya veo. Entonces, dices que habrá un conflicto entre los derechos de las personas...Los ciudadanos ahora son más conscientes de sus derechos, por lo que los conflictos también serán más intensos...Que teoría para más fascinante. Pero cómo se relaciona esos con el desarrollo de leyes?"
Andrei una vez más estaba pidiéndole consejo a Liselotte en estos momentos.
"Si toda la gente reclama sus derechos al mismo tiempo, podría causar conflictos en toda la nación. Mientras más problemas haya, peor será el orden público."
"Sí."
"Las personas tampoco querrían eso. Es por eso por lo que la resolución de tales problemas necesita estar en manos de la nación, para que el gobierno los maneje."
"Verdad..."
"Cuando un problema realmente ocurra, los que deberán actuar son quienes estén en la escena, y quien sea que maneje el juicio. También lo entiendes, no?"
"Sí."
"Pero el mejor caso sería que los problema no ocurran. Y para poder lograrlo..."
"Nuestro congreso tiene que desarrollar las leyes."
"Sí. El conflicto de derechos es una de las perspectivas más importantes que se debe tener a la hora de desarrollar leyes para la gente. Para ser más precisa, al tener esta perspectiva, serás capaz de envisionar cuando es que esos derechos entraran en conflicto, que situaciones causaran conflicto, y cuál sería la mejor manera de responder."
Había casos en que era mejor dejar que los individuos involucrados lo resuelvan entre ellos, y otros en los que era mejor que la nación intervenga en el momento en que se detecte el problema. Era el rol de las leyes ser preparadas para tales situaciones. Incluso aunque ocurra una situación inesperada, una nueva ley podría crearse para lidiar con ella inmediatamente.
"Es exactamente como dices. Ya veo. Viéndolo de esa manera, ciertamente está relacionado al desarrollo de leyes," Andrei dejó salir un sonido de admiración al entender su punto.
"Al mismo tiempo, las leyes de la nación necesitan ser establecidas rápidamente por la misma razón. Conflictos sucederán más frecuentemente en la secuela de una revolución, cuando todos se encuentran en extremo conscientes de sus derechos. Si las leyes no están listas para manejar eso, la situación que acabo de describir pasará."
"Haha, duele, pero es la verdad. En efecto, hemos tenido tantos problemas con las leyes básicas, que hemos descuidado los asuntos serios como el asesinato, asaltos, y robos. La Santa Erica dijo que las leyes básicas se convertirán en el pilar de la nación, por lo que no hemos podido crear otras leyes sin ellos..."
Las leyes básicas a las que Andrei se refería eran el equivalente a la constitución de un país en la sociedad moderna de la Tierra. Para la Sagrada República Democrática de Erica. no había nada más importante que el derecho de las personas. Las leyes básicas eran la manera más sustancial de mostrar que la nación existía por el bien de las personas, por lo que los miembros del congreso se encontraban presentemente creándolas con fervor.
"Sí, estás en lo correcto--la importancia de las leyes básicas definitivamente debe ser enfatizada. Sin embargo, creo que otras leyes deberían ser preparadas al mismo tiempo que las leyes básicas. Si una ley resulta ser un problema más adelante, simplemente puedes ajustar la ley básica."
Las leyes fundamentales tienen establecer en términos abstractos los ideales de como la nación debe usar su poder, como la nación existe para la gente, como se le garantiza a la gente sus derechos y libertad, y como la nación jamás infringirá esos derechos. Se volverá la ley suprema de la nación, priorizándola por sobre todo lo demás.
Sin embargo, posponer la creación de otras leyes para realizar los ideales de las leyes fundamentales no tenía caso si eso solo hiciera la vida de las personas más difícil mientras tanto. No tendría sentido priorizar una descuidando otra--ambas existían por el propósito común de mejorar las vidas, después de todo.
"Ya veo...Lo que más importa es que nosotros, el pueblo, hagamos las reglas. Siempre y cuando garanticemos que la nación ejerce su poder bajo el control del pueblo, deberíamos poder hacer otras leyes antes que las leyes básicas."
"Eso es lo que creo, sí. Sin una legislación apropiada, las personas involucradas en conflictos, y aquellas manejando los juicios, no tendrán una base clara de cómo manejar la situación. El asunto de si la nación está usando su poder bajo el control del pueblo estará lejos de su mente. Parece que en estos momentos el congreso está realizando un voto para cada problema que ocurre, pero..."
No serán capaces de lidiar con todos los problema de nación con ese método.
"Entiendo. Se lo mencionare al congreso. Sin embargo, hay algunos miembros que están demasiado en contra de usar las leyes creadas por la clase noble, y que prefieren examinar cada ley como un congreso...Hmm, habrá una buena manera de preparar las otras leyes de manera rápida?"
"Puede haber sentimientos de aversión hacia las leyes de la monarquía, pero serían el mejor punto de inicio para discutir. Pueden no ser leyes con el beneficio de la gente en mente, pero se puede aprender mucho de ellas. También hay muchas regulaciones lógicas que no involucran a la clase noble. Si remueven todas las excepciones creadas para la clase noble, valdría la pena revisar las viejas leyes de la monarquía posrevolución."
Requiere un poco de trabajo dividir las leyes que benefician a los nobles de las regulaciones apropiadas, pero sería mejor que crear nuevas leyes desde cero.
"Hmm. La mayoría de los documentos con las leyes del reino se encontraban dentro del castillo que fue destruido. Hay algunos que fueron recuperados de las residencias de los nobles, pero no muchos."
"La leyes usadas por reinos pequeños son usualmente copias de aquellas usadas por grandes reinos, por lo que solo podrían pedir ver las leyes de otra nación..."
"En estos momentos, no tenemos conexiones con otras naciones...." Andrei frunció el ceño. Aunque quisieran depender de otra nación, sus vecinos eran súbditos del Imperio Proxia. Todos temían las repercusiones del Imperio por lo que no había muchas probabilidades de que alguno cooperara.
"En ese caso, sería mejor preguntarle a un jurista, ex oficial, o a un mercader que conozca las antiguas leyes si poseen una copia. Si aun así no pueden encontrar una copia después de eso, tendría que confiar en su memoria para reescribirlas... Los juristas tienden a tener conocimientos especializados, por lo que sería preferible conseguir a alguien de cada área profesional."
Cada una de las líneas de la ley era escrita con cierta situación en mente. Tratar de escribir nuevas leyes desde cero sin ningún entendimiento sería imposible. Para poder crearlas, necesitaban la asistencia de eruditos con buena educación u oficiales que usaran la ley. La siguiente mejor opción serían los mercaderes pudientes que comerciaran bajo un gran rango de leyes.
Sin embargo, bajo la monarquía, solo los de la clase noble pueden volverse oficiales o eruditos. Tampoco había poderosos mercaderes en una nación pequeña como esta.
Dudo que hubiese múltiples juristas para cada especialidad antes de la revolución, por lo que ahora que clase noble ha sido purgada...
Probablemente sería en extremo difícil reunir el personal necesario. Esta nación estaba sufriendo de una gran falta de personal capaz--esa era la impresión de Liselotte.
"..." Andrei probablemente tampoco tenía a nadie en mente. Frunció el ceño y pensó en silencio.
No parece que la legislación sea el único problema que tienen.
Liselotte sólo había visto esta nación por unos cuantos días, pero notó muchas cosas en ese tiempo. El orgullo que tiene la gente por saber que le ganaron a la monarquía. La sensación de logro que tenían al saber que su nación existía para ellos. La tranquilidad y confianza que tenían en saber que la nación estaba siendo representada por sus propios camaradas y no una realeza desconocida. Todo vigor de la gente viviendo en la ciudad se apoyaba en esos factores. Los altos rangos de la ciudad también rebosaban de pasión para lograr la nación ideal. Pero...
A esta nación le falta todo.
No había conocimiento. Tecnología. Experiencia. Recursos. Ninguna otra industria aparte de la agricultura. Es por eso por lo que no podían establecer por completo las organizaciones y sistemas requeridos para que la nación funcione.
No había nadie en el congreso familiar con la política. Ninguna era un ex noble; los miembros del congreso eran todos plebeyos sin conexión a la política, viniendo de origines como granjeros, construcción, zapatería, herrería, y comercio.
Mientras que habían reunido una gran variedad de personas de la clase plebeya, la manera en cómo fueron dejados solos para realizar decisiones políticas era preocupante. Probablemente ni siquiera entendían el estado de políticas internacionales.
En realidad, el presente congreso no era el adecuado para desarrollar leyes, y la administración estaba en peligro de volverse completamente disfuncional debido a eso. Posponer constantemente la legislación individual y cualquier definición específica también amplificaba el problema.
Debido a eso, el estado autoritario de la nación no era claro. Como Liselotte describió, el congreso presentemente se reunía para cada decisión que debía tomarse, y la nación tenía muchos problema para resolverlos de esa manera.
Después de todos sus esfuerzos en crear un gobierno con un congreso legislativo, un líder nominado de estado, y un control democrático de la autoridad...
El sistema los está aplastando. Observe una de sus reuniones del congreso, y los miembros parecen encontrar placer en discutir las cosas, como si estuvieran borrachos...
Estaban fallando en utilizar ese sistema. En particular, el principal cuerpo legislativo--el congreso--era la razón de la democracia. La razón por la que el poder legislativo y ejecutivo que la monarquía tenía fue dividido en un nuevo sistema, fue para que el poder ejecutivo pudiera ser controlado democráticamente a través de un congreso.
Si no hubiera un control democrático sobre el congreso como un cuerpo administrativo, serían capaces de usar su poder al igual que la anterior monarquía.
Si no resuelven primero esos problemas, esta nación se vendrá abajo en un futuro cercano...
Francamente hablando, la Sagrada República Democrática de Erica solo se estableció con éxito porque era una nación pequeña, sus actividades eran limitadas, y no tenían nada de interese para otras naciones.
Debido a eso, apenas y podían existir como una nación--y simplemente tuvieron suerte. Si otra nación los atacara ahora, la Sagrada República Democrática de Erica no sería capaz de ganar. Es hasta difícil saber cómo es que tuvieron éxito en su revolución.
En cierto sentido, quizá no se le daba el crédito suficiente a la Santa Erica. La fuerza militar de la Sagrada República Democrática de Erica cambiaba fuertemente dependiendo de su existencia. Ese fue el análisis de Liselotte, el cual fue fuertemente influenciado al ver las ruinas del castillo destruido.
El efecto que la Santa Erica tenía sobre la moral de la gente era inmenso. Era debido a ella que la revolución pasó, y tuvo éxito.
Sin embargo, para bien o para mal, la existencia de la Santa Erica influencio mucho a la nación. Puede que las personas se apuntaran a la revolución, pero fue la Santa Erica quien la hizo tener éxito.
El poder del Arma Divina ganó la revolución, estableciendo la nación a pasos agigantados.
Será que los problemas de esta nación fueron causados por la omisión de la mayoría de los procesos que conlleva una revolución? Han experimentado éxitos consecutivos, y debido a eso, la gente tiene mucha confianza en ellos...
Erica supuestamente viajo por la nación para empezar la revolución, dando sermones ante el público en cada región gobernada por la nobleza.
Al hacerlo, planto la imagen de que las figuras autoritarias eran malvadas en la mente de las personas, y entonces las ejecuto. Eso inspiro a la gente de esas regiones, y al hacerlo, se saltó décadas de procesos que pasarían en la Tierra. En vez de 10 a 100 años de intelectuales pudientes compartiendo su conocimiento y consciencia de los derechos humanos, Erica planto esos pensamientos en la gente a través de una clara realidad.
Entonces, luego de formar un disque sistema democrático y ser nombrada la primera representante de la nación, la santa se va a un viaje? Que está tratando de lograr? Parece que solo está tratando de empezar una guerra con cada persona de la realeza y noble que pueda.
Debería haber sabido que secuestrar a Liselotte resultaría en un serio problema internacional con el Reino Galarc. Aun así, eso fue lo que hizo.
Era difícil imaginar que quisiera tener de enemigo a cada reino e imperio en Strahl, pero sus acciones apuntaban exactamente a eso. Hasta ella debería saber que empezar inútiles guerras solo resultaría en la muerte del débil que ella estaba tratando de salvar...
No lo entiendo. El objetivo de Erica es el de realmente traer la salvación al débil? Dijo que estaba creando una nación por las personas, para las personas, y así poder salvar al débil, pero...
Liselotte solo podía ver a la santa como una persona peligrosa. Bueno, no hay duda de que era peligrosa para empezar, pero los métodos para cumplir sus objetivos tenían muchas fallas.
Al mismo tiempo, les dio a estas personas el permiso de interactuar conmigo mientras estaba fuera, revelándome la debilidad de esta nación directamente...
Liselotte había estado perdida en sus pensamientos hasta ahora, pero de repente levanto la mirada y se dio cuenta de que Andrei la estaba viendo con una apasionada mirada.
"Umm...sucede algo?"
"No, sólo estaba pensando el por qué la Santa Erica te trajo a nuestra nación. Realmente entiende lo que más nos hace falta--es decir, personas como tú."
"O-Oh, es así..." Liselotte murmuro de manera incómoda.
"Liselotte, te necesito." Andrei de repente dijo algo que sonaba como una línea de cortejo.
"Ya he rechazado esa oferta muchas veces." Liselotte agitó su cabeza con un suspiro. En efecto, ya había tenido esta conversación con Andrei varias veces desde que empezó a frecuentar su habitación.
"Pero aquí te necesitamos!" Andrei no retrocedió y protesto firmemente.
"Me temo que no puedo ser de ayuda."
Sabiendo que solo se volvería más persistente, Liselotte menciono sus pensamientos de manera gentil pero clara. Andrei se dejaba llevar fácilmente por sus emociones, por lo que sabía que no era del tipo que entendería solo con una gentil respuesta.
"Señor Andrei, otra vez sus palabras se están volviendo una confesión de amor," Natalia, la chica acompañándolos como guardia, comento con una sonrisa. No le interesaba la charla política, casi quedándose dormida en su silla en una esquina de la habitación, pero el cambio de tema la hizo poner atención.
"Oh, no! Esa no era mi intención..." Andrei se sonrojo, reaccionando como un joven inocente.
"Hmm, será verdad?" Natalia continúo sonriendo de manera malvada.
"A-A qué viene esa mirada, Natalia?"
"Oh, nada...Ahora que lo pienso, escuche un rumor el día de ayer. El Señor Andreu, recto y devoto a la Santa Erica, pasa todos los días con una joven, bella, y soltera dama...Quizá ya le llegó la primavera?"
"C-Claro que no...! Estoy puramente detrás de la cooperación de Liselotte por el bien de la nación!" Andrei negó en shock.
"Oh? No dije nada acerca de que tal dama fuera Liselotte, no? De hecho, yo también paso todo el día cuidándote, no?" Natalia estaba un paso por delante suyo.
"N-Natalia...! L-Lamento mucho todo esto, Liselotte."
"Ahaha. Está bien..." Liselotte ignoro las cosas con una sociable sonrisa.
Andrei no era una mala persona. Su intensa creencia en la Santa Erica lo cegaba a veces, pero tenía una buena personalidad. Muchas personas lo describirían como un hombre honesto y trabajador. Aún le faltaba experiencia como político, pero estaba totalmente dispuesto a aprender, y absorbía la información que se le daba rápidamente.
Sin embargo, Liselotte fue secuestrada y traída aquí en contra de su voluntad. No ha olvidado eso--y no estaba a punto de cooperar con la Sagrada República Democrática de Erica sólo porque los altos cargos y ciudadanos no fueran malas personas.
Como una noble del Reino Galarc, Liselotte tenía el deber de reunir información de esta nación. Es por eso por lo que coopero para hacer que el otro lado bajara la guardia y confiara en ella lo suficiente como para darle información beneficial. Para poder lograrlo, les dio útiles consejos, pero no servirían de mucho gracias a su gran falta de personal...
En realidad, parecía haber ganado bastante confianza por parte de ambos en estos últimos días. Por ejemplo, la guardia de Andrei, Natalia, quien era una ex aventurera. Luego de escuchar todos los días sus conversaciones, empezó relajarse, incluso a parar a Andrei algunas veces. Tenía 19 años, y mientras que actuaba de mala manera hacia Liselotte por ser una mujer noble al principio, tenía una personalidad bastante amigable.
Pero no debería acercarme mucho a ella. Estas personas son de una potencial nación enemiga. No puedo empatizar mucho con ellos.
Ganarse la confianza del otro lado manteniendo sus propias intenciones a la distancia era algo que Liselotte tenía que hacer, como una mujer noble, y como mercader. Y el otro lado estaba tratando de hacer lo mismo con ella. A pesar de eso, sentía que los estaba engañando. Cuando consideraba la futura turbulencia esperándole a la Sagrada República Democrática de Erica., no podía evitar sentirse avergonzada.
Quizá era porque sabía que incluso si señalara los problemas que pronto aparecerían, no existía una solución fácil para ellos.
O quizá había aprendido mucho acerca de estos dos. Eran demasiado honestos para una mercader como Liselotte.
Si se hubieran conocido bajo otras circunstancias, podrían haberse vuelto amigos como con Haruto y Miharu. Quizá sea debido a que empezó a pensar de la misma manera con estos dos.
Como se vería esta nación en los ojos de Haruto como alguien que también renació en este mundo?
De repente, esa pregunta vino a la mente de Liselotte. No consideraba sus propias opiniones como absolutas, y era posible que la impresión que recibió de esta nación fuera incorrecta. Se pregunto lo que Rio pensaría como alguien que nació en este mundo con las memorias de haber crecido en otro mundo democrático.
Sir Haruto, huh...
Al pensar en Rio, una expresión en parte triste, y en parte preocupada apareció en el rostro de Liselotte mientras observaba el intercambio entre Natalia y Andrei.
"Y-Ya basta de molestarme, Natalia. Liselotte es una mujer noble, por lo que estoy seguro de que tiene un prometido mucho más digno que yo," Andrei dijo repentinamente para ocultar su vergüenza. Pero al hacerlo, toco un tema bastante delicado. Si Liselotte respondiera que en efecto tenía un prometido, las cosas se volverían incomodas para Andrei y Natalia, quienes la mantenían captiva.
"Bueno, supongo que tiene sentido...Lo tienes?" Natalia pregunto un poco nerviosa.
"No, no tengo un prometido." Liselotte agitó su cabeza con una sonrisa forzada.
"Hmm. Qué me dices de alguien que te guste?"
"Realmente...no..." Dudó, incapaz de negarlo inmediatamente. Hubo alguien que enseguida le vino a la mente, pero no estaba segura si esos sentimientos eran románticos o no.
Ah, parece que si hay alguien. Los instintos de Natalia enseguida la hicieron comprender.
"Ahem...En todo caso, realmente es difícil, verdad? La tarea de crear una nación para las personas, por las personas. No estás de acuerdo, Liselotte?" Tal parece que ese tipo de charlas románticas aún eran muy pronto para Andrei, quien aclaro su garganta y cambio el tema en vergüenza.
"Es de esperarse...Si la manera de la monarquía estaba equivocada, entonces la nueva nación debe mostrar el camino correcto. Esa carga recae en ti, y en los otros políticos," Liselotte respondió con una sonrisa un poco triste, pensando en alguien que no se encontraba aquí en estos momentos.
"Realmente es una gran responsabilidad. Espero que la Santa Erica regrese pronto--debería haber regresado para estos momentos, pero..." Sintiendo el peso de la nación en sus hombros, Andrei sonrió irónicamente.
Erica regreso a la nación al día siguiente.
La tarde siguiente, la Primera Cabeza de Estado, Erica, de la Sagrada República Democrática de Erica, regresó.
"Oh, ha pasado mucho tiempo. La hemos extrañado mucho, Santa Erica! Gracias al cielo que regresó a salvo..."
Como primer ministro, Andrei trabajaba en la misma residencia que Erica. En el momento en que escucho que había regresado, se apresuró a su oficina, celebrando su retorno desde el fondo de su corazón mientras ella permanecía sentada en su silla.
"Es bueno verte lleno de energía, Andrei. También me alegra haber regresado. Sucedió algo importante mientras no estaba?" Erica sonrió alegremente mientras pedía el informe de las cosas que han sucedido.
"Veamos...No hubo problemas importantes. Las reparaciones de la ciudad siguen en marcha, y la gente está animada. El congreso también está discutiendo activamente cómo poder traer un mejor futuro para las personas."
"Vaya, eso suena maravilloso. Sabía que podía contar contigo, Andrei," Erica inmediatamente dijo, felicitándolo.
"N-No es nada. Todos dieron lo mejor de sí para proteger la ciudad en su ausencia. No tuvo nada que ver conmigo."
"Tú también diste los mejor, no? Eso es lo que vino a mi mente cuando entraste a la habitación. Ah, pero que buena expresión, es lo que pensé."
"D-De verdad? No merezco tales palabras." Andrei bajo su cabeza avergonzado.
"Puede ser un poco tarde para decir esto, pero dejé la nación porque quería que los otros miembros del congreso ganen experiencia. Claro, no tenía duda de que serían capaces de manejarlo, pero escuchar tus palabras me alegro mucho."
"Tenía planeado hasta ese punto..."
"Hehe." Erica sonrió ante la reacción emocional de Andrei.
"O-Oh, es cierto. Hablando de cambios, Liselotte realmente es una persona maravillosa. No me sorprende que haya visto tanta promesa en ella." La voz de Andrei tenía un tono avergonzado mientras hablaba de Liselotte.
"Verdad? Es una chica lista e inteligente. A pesar de ser la hija de un noble de alto rango, piensa en las personas y los gobierna bien."
"Sí, me sorprendió lo profundo de su visión. Me enseño mucho más que yo a ella."
"La Sagrada República Democrática de Erica necesita más personas como ella en estos momentos."
"Sí. Sentí nuestra falta de personal al hablar con ella. Es por eso por lo que debemos traerla a nuestra nación. Eso es lo que tiene planeado, verdad?"
"Andrei..." Erica no confirmó ni negó nada, simplemente mencionó el nombre de Andrei como si estuviera conmovida.
"Definitivamente la podremos convencer. Estoy seguro de que pronto estará de acuerdo con nuestros pensamientos."
"Que piensa acerca de cómo fue traída a la fuerza a esta nación?"
"Siguiendo las ordenes que Natalia y los demás recibieron, le dije que se trataba de un pequeño malentendido la primera vez que le mostré la capital. y que esperara a que usted regresara para discutir los detalles. No ha vuelto a sacar el tema desde entonces...Pero desafortunadamente, no creo que se sienta muy feliz por ello." Andrei frunció un poco el ceño. Desde que empezó a frecuentar la habitación de Liselotte, empezó a entender más su naturaleza. Nació como una noble de alto rango, pero aun así interactuaba con plebeyos como ellos de manera igualitaria.
Si tal persona se encuentra tan enojada, quizá había validación detrás de su razonamiento? Andrei continúo siguiendo las ordenes de Erica debido a su casi devoción religiosa hacia ella, pero estaba empezando a preguntarse si debería escuchar el razonamiento de Liselotte.
"Ya veo...Te di un rol bastante difícil de llevar, Andrei. Discúlpame." Erica vio a través de la sutileza en la expresión de Andrei y se disculpó con una sonrisa amarga.
"N-No. Es mi deber como primer ministro apoyarla, Santa Erica. Sé que esto es lo que se espera de alguien en una posición política." Andrei agitó su cabeza humildemente.
"Realmente eres un trabajador honesto. Pero a veces me preocupo de que estés embotellando tus emociones."
"No merezco tal consideración."
"..." Erica vio con una adorable mirada a Andrei mientras decía tales cosas de sí mismo, y entonces se levantó repentinamente. Camino hacia él, y acaricio su mejilla gentilmente.
"Uh...Santa Erica?" Andrei se congeló.
"Si algo te molesta, dímelo." Dijo eso con una risita.
"S-Sí! Con gusto!" Andrei asintió con entusiasmo.
"Ahora, es tiempo de visitar a Liselotte. Andrei, reúne a todos los miembros del congreso que se encuentren disponibles en estos momentos. Cuando lo estén, trae a Liselotte a la oficina del congreso."
"Entendido." Andrei asintió, y entonces salió de la habitación con pasos rápidos.
Liselotte no había escuchado que Erica había regresado, por lo que entró asumiendo que vería otra reunión del congreso. Cuando vio a Erica parada en la plataforma, sus ojos se abrieron. Natalia la apresuro para que se parara frente a la plataforma.
"Hola, Liselotte."
No fue Sakuraba Erika quién la saludo, sino la santa. Tenía una actitud social, como si nunca hubiese atacado a Liselotte en Amande.
"..." Liselotte no respondió. Frunció el ceño, expresando su enojo. Hasta la normalmente cálida Liselotte podía enfurecerse.
Así de terrible esta santa había sido con ella.
Se comporto con madurez frente a Andrei y Natalia porque no tenía caso ser hostiles con ellos, pero no tenía que contenerse frente a Erica.
"Oh, vaya. Mi querida Liselotte, te saldrán arrugas si haces eso. Sería un desperdicio en ese hermoso rostro, no crees?"
La expresión de Liselotte no era tan severa como para formar arrugas, pero Erica fingió ignorancia y de todos modos lo señalo. La habitación del congreso no era tan grande, por lo que su voz se escuchó aunque estuviera hablando a un volumen normal.
"Aún tengo 15 años, por lo que no necesito de su preocupación."
"Oh, de verdad? No te ves para nada de 15..."
Considerando el conocimiento que tiene de la vida pasada de Liselotte como Rikka, probablemente estaba siendo sarcástica.
"Yo tampoco pude reconocerla, Señorita Sakuraba. La última vez que la vi en Amande, tenía el rostro de una bestia salvaje."
Liselotte le regreso el favor llamando a Erica por su apellido a propósito. Andrei y Natalia que se encontraban detrás de Erica, ladearon sus cabezas en confusión, desconociendo el apellido de Erica.
"Oh, vaya. De qué estás hablando?" Erica mantuvo su ignorancia fingida.
"Acaso sufre de pérdida de memoria?"
"Realmente no lo recuerdo. Ha sido un largo y productivo viaje, por lo que me olvido de los asuntos sin importancia que ocurren en el camino..."
"Asuntos sin importancia, dice? Ya veo, sus deberes exhaustivos deben haber acelerado su vejez. Por favor, cuide de su salud." Liselotte vio el rostro de Erica como si de verdad estuviera preocupada.
"Oh, muchas gracias por tu preocupación. Hahaha"
Erica y Liselotte sonrieron gentilmente entre ellas mientras se lanzaban palabras venenosas entre ellas. Andrei, Natalia, y los demás en la habitación observaron este intercambio en silencio.
"Natalia, no te parece que el aire está lleno de hostilidad...?"
"No es solo el aire lo que tiene hostilidad. Una mujer inteligente está hablando sarcásticamente con una sonrisa--es mejor que grabes este momento en tu intuición."
Parado detrás de Erica, Andrei sintió la seria atmosfera en la habitación y se giró a preguntarle a Natalia sobre eso. Natalia respondió sudando frío.
"Ahora, podría explicar esta situación y el por qué la Sagrada República Democrática de Erica me secuestró? Yo, Liselotte Cretia del Reino Galarc, demando que se me regrese inmediatamente."
Había esperado mucho tiempo el regreso de Erica. Sin paciencia para los juegos mentales, Liselotte anunció su posición claramente.
"Desafortunadamente, no puedes ser regresada al Reino Galarc. Sabes nuestro secreto nacional."
"Se refiere a que es una heroína?"
"En efecto," Erica concordó sin dudarlo.
"De seguro lo admitió fácilmente para ser un secreto nacional. Ni el Primer Ministro Andrei sabía la verdad." Liselotte observó a Andrei.
"Es eso verdad, Santa Erica?" Andrei pregunto con una ferviente mirada.
"Ahora que se sabe, sólo puedo aceptarlo. Es verdad, Andrei. Aparentemente, soy una heroína," Erica respondió. La habitación empezó a hacer ruido.
"Silencio, por favor. Déjenme hablar con Liselotte," Erica dijo.
"Si está dispuesta a admitirlo con tanta facilidad, entonces no creo que hubiera necesidad de secuestrarme. Está diciendo que no me hubiera secuestrado si no hubiese preguntado si era una heroína en Amande?"
"No tiene caso discutir hipotéticos. Aprendiste nuestro secreto, por lo que simplemente pensé en traerme un recuerdo conmigo."
"Es el hecho de que es una heroína un secreto importante?"
"Alguien tan listo como tú debería saber el valor de la información. No has ya llegado a una conclusión para eso?"
"Solo que lo puede usar como ventaja hasta el momento adecuado. Pero quiero escuchar la respuesta de usted, considerando todo los problemas por los que he pasado debido a ello."
"Eso no puedo responder. No te daré respuestas." Erica declinó responder con una alegre sonrisa.
"Está relacionado a eso de que es una profeta? La profecía que vio debió aparecer en sus sueños un poco después de haber sido invocada, pero..." Liselotte uso palabras clave para sacar una reacción, y vio el rostro de Erica para más información.
"Oh, pareces tener un buen conocimiento acerca de eso."
"Ya he conocido a los otros cinco héroes. Hasta donde sé, les enseñaron a cómo usar sus Armas Divinas en sus sueños."
"Sí, estás en lo correcto. También vi ese sueño poco tiempo después de ser invocada."
"..." Liselotte vio como Erica asintió sin dudarlo.
"Que sucede?" Erica se vio confundida.
"Esa profecía provino de ese sueño?"
"Quién sabe? Si te unes a nuestra nación, quizá comparta la información contigo..."
"Ya veo. No, gracias." Liselotte lo rechazó enseguida.
"Qué lástima. Ah, hablando de héroes, conocí a la chica héroe de Galarc. Tiene mucha determinación. Había otra chica japonesa callada, pero acaso ella también era una heroína? Creo que su nombre era Miharu," Erica dijo, como si de repente lo hubiese recordado.
Miharu estaba allí...? Quiere decir eso que Sir Haruto también estaba presente?
Los ojos de Liselotte se abrieron levemente, preguntándose si había regresado de su viaje.
"Pero también estaba un chico con cabello gris que parecía más fuerte que ella. Es él un héroe? Su fortalecimiento físico estaba a la par con el mío."
Parece que Erica conoció a alguien parecido a Haruto.
"Quién sabe? Si la información acerca de los héroes es un secreto nacional como dice, entonces no puedo responder. Tampoco quiero divulgar indiscriminadamente información sobre otros."
"Hmph. Dices eso, pero me forzaste a darte mi información." Erica hizo un puchero.
"Forzar? Eso no es correcto. Ambas estuvimos de acuerdo con responder las preguntas de la otra, y yo simplemente seguí las reglas."
"Que me dices de todas las preguntas que sé que le hiciste a Andrei mientras estaba fuera? Dices que no quieres divulgar información personal, pero te parece bien husmear en la vida de otras personas? No es eso injusto? Pero supongo que esa es la típica manera de la clase noble."
"Indiscriminadamente, diría. Depende de con quién esté hablando, y de qué. Un asunto de confianza. Y fue usted quién le ordeno a Andrei que me enseñara acerca de la Sagrada República Democrática de Erica, no? Es absurdo esperar que la cabeza de estado no salga como tema en esas conversaciones."
"Eres bastante elocuente con tus palabras. Y una actitud intrépida. Es por eso por lo que no pareces de 15 años, pero también es el tipo de personalidad que se busca mucho en políticos. Todos deberían aprender de ti." Erica soltó una risita con alegría, dirigiéndose a toda la habitación.
"Haha..."
Andrei y Natalia tenían sonrisa irónicas detrás de Erica. Liselotte jamás había mostrado su actitud de noble frente a ellos.
Parte de la razón fue debido a que Andrei le dijo en su primera reunión que no tomaría ninguna decisión política como representante de Erica, pero Liselotte también quería implicar que jamás lo vio como un político.
"Dejando eso a un lado, el chico de cabello gris. Será que él se encuentra en ese tipo de relación contigo?"
"Realmente cabía rápido de tema. Dudo que sea un tema apropiado para este lugar, pero a que tipo de relación se refiere?" Liselotte se vio exasperada ante el repentino cambio de tema.
"Hmm...No los llamaría amantes, pero dijiste que te interesaba alguien, no? Simplemente me preguntaba si él podría ser esa persona. Parecía estar rodeado de mucho chicas adorables que lo querían," Erica dijo para molestarla, pero la respuesta de Liselotte fue directo al punto.
"No tengo razón para contestarle."
"Si te rehúsas a responder cada una de mis preguntas, no responderé ninguna de las tuyas. Estoy segura de que también tienes mucho que preguntarme."
"No tengo problema en que sea selectiva con sus respuestas, así que, por favor pregúnteme algo que valga la pena. Y para empezar, nunca he creído en sus palabras."
"Parece que soy odiada, después de todo," Erica dijo, expresando un humor decepcionado que toda la habitación pudo notar.
"Entiendo. Entonces vayamos al grano--aunque no estoy segura de que discutir primero. Si hay algo que desees preguntarme, siéntete libre de hacerlo," Erica dijo como punto media, demostrando que tan generosa era.
Realmente tiene talento para hacerse ver bien...
Al hacer algo que muestre la diferencia entre ella y la otra persona, puede disminuir su imagen. Era un truco astuto pero inteligente. El lado que está siendo insultado no estaría contento y tendría más posibilidades de estallar; era claro que Erica estaba acostumbrada a incitar a otros. Sin embargo, no era tan fácil provocar a Liselotte.
"¿Si conociste a los tres, quiere decir eso que fue al Castillo Galarc?" Si Erica estaba dispuesta a dar respuestas, entonces no contendría sus preguntas.
"Sí, pensé que tendría que discutir el asunto de tu secuestro. También hablé con el Rey de Galarc."
"Con su Majestad...?"
"El Reino Galarc no es bueno. Les advertí que abandonaran la monarquía, pero el malvado rey está obsesionado con su poder. No escucho mis palabras en absoluto y en vez de eso, me amenazo con su poder militar," Erica suspiro tristemente.
"Eso no suena al rey que yo conozco," Liselotte dijo, sugiriendo indirectamente que Erica estaba mintiendo.
"Pero esa es la impresión que recibí de él."
"..."
"Ah, sí. Tu fuerte ayudante también estaba allí."
"Ya veo. Entonces Aria está a salvo." Liselotte fue secuestrada inmediatamente después de que Erica lanzara un poderoso ataque hacia Aria, levantando una nube de polvo y bloqueado su vista, por lo que no sabía lo que había pasado. Saber que Aria seguía viva era suficiente para llenarla de alivio.
"Parecía bastante animada y lista para atacarme en cualquier momento. ¿Quizá nuestras diferentes impresiones del rey fueron causadas debido a que ella dio un testimonio erróneo? Parecía ser realmente hostil hacia a mí."
"Eso es de esperarse luego de lo que nos hizo en Amande. Pero Aria jamás daría un testimonio que torciera la verdad," Liselotte dijo claramente.
"Parece que confía mucho en ella. Justo como yo confío en la gente de esta nación, incluyendo a las personas aquí presentes." Erica giró un poco su cabeza, observando a las personas reunidas en la habitación con una gentil sonrisa. Todos le sonrieron felizmente.
"Aria y yo hemos pasado por mucho. Lo suficiente para formar una gran confianza."
Era difícil imaginar que Erica tenía confianza acumulada--de hecho, parecía ser del tipo que descartaba sus relaciones humanas luego de ganarse su confianza. No había nada que creerle a ese tipo de persona que hablaba mal de Aria. Eso es lo que Liselotte implico con sus palabras.
"Ya veo, entonces tu atesoras esas experiencias. Eso debe ser lo que nos falta contigo. Nos gustaría que te nos unas en este momento, pero parece imposible pedirte que confíes en nosotros y nos asistas sin esas experiencias," Erica dijo.
"Naturalmente."
Sí, eso no había ni que decirlo. Era lo último que Liselotte quería escuchar de ella, pero mantuvo su sarcasmo limitado a una sola palabra.
"Andrei y Natalia han sido muy buenos contigo, ¿no? Realmente creen en hacer una nación por el bien de las personas. ¿No deberías haber acumulado algunas experiencias con ellos mientras estaba fuera?"
"Sí, supongo...Más que con usted, por lo menos."
Liselotte echó una mirada hacia Andrei y Natalia mientas asentía.
"¿En ese caso, por qué no dices tus pensamientos frente a ellos?"
"Desea que repita lo que dije en Amande? No importa que tanto pregunte, mi respuesta no cambiara. Y también discutí muchas cosas con Andrei durante su ausencia."
"Incluso así, deseo que te expreses frente a todos aquí. Como la hija de un gran noble, nacida y criada en un gran reino, por favor, dinos como vez el gobierno de la monarquía. Como miembro de la clase noble con valores respetables, ¿cuál es tu perspectiva? Recibí un breve reporte en lo que fue discutido mientras esperaba en esta habitación, y parece que ofreciste muchos consejos respecto a nuestro sistema de administración. Gracias por eso."
"No dije nada de tanta importancia."
"No, no. Encontré el tema del conflicto de derechos algo bastante fascinante. Es un problema que sucederá entre las personas en el futuro de esta nación, lo cual influenciará fuertemente como nuestro sistema de administración florecerá como democracia. Es por eso que me gustaría discutir sobre ese tema el día de hoy," Erica, llevando la reunión con el aura de una profesora.
Dijo que era una maestra en una universidad, si recuerdo bien. No es de extrañar que esté familiarizada con este tipo de cosas...Liselotte recordó lo que escucho de ella en Amande.
"Me parece bien, ¿pero puedo preguntar algo primero?" ella dijo, añadiendo una condición antes de participar en la discusión de Erica.
"Sí?"
"Juzgando por cómo está llevando la discusión, creo que ya debe haberse dado cuenta de los latentes problemas que tiene esta nación."
Liselotte pregunto para confirmar si Erica ya estaba al tanto de los problemas--y los dejó sin resolver a propósito.
"Hehehe. Que observadora. En efecto, noté la dirección en la que se dirige esta nación, y que problemas tendrá."
"D-De verdad!? Entonces por qué..." Andrei se vio sorprendido detrás de ella. Los miembros del congreso discutieron en silencio.
"Es fácil para mí ordenarles que hacer para evitarlo, pero no puedo darles órdenes para todo. Quiero que todos ganen experiencia, no conocimiento. Ya tienen una creencia incondicional en todo lo que digo. El que solo sigan ordenes no es suficiente para que crezcan."
Erica se giró y le sonrió con elegancia a Andrei, y entonces observó los rostros de los miembros del congreso.
"Realmente predijo todo," él murmuro.
"Es por eso que los hiciste enseñarme la nación en su ausencia? ¿Para qué viera a través de los problemas y se los dijera a Andrei? ¿Dado que su gente estaría menos dispuesta a creerle a una forastera?"
"Hehe. Realmente tienes excelentes habilidades de observación. Estaba segura de que notarías los problemas de esta nación. Aunque el que decidieras mencionárselos a Andrei o no tenía una probabilidad del 50/50 en mi mente."
"..." Liselotte encontró la sonrisa de regodeo de Erica bastante desagradable y ominosa. No podía saber en qué punto Erica planeó todo, hasta donde se extendía su plan, y por qué haría tal cosa.
Aunque dijera sus varias intenciones, Liselotte no podía evitar pensar que todo eso era una farsa. Sin embargo, no tenía prueba. Erica escondía las cosas muy bien.
"Si terminaste con tus preguntas, pasemos a la discusión principal. Por algún tiempo, le he hablado a las personas de los fallos del gobierno humano. Los gobernadores humanos hacen leyes convenientes para ellos, y aquellas leyes cambian cada vez que un gobernador cambia. Es un sistema bastante inestable."
"Es por eso que quiere crear una sociedad en donde las leyes rijan sobre las personas de manera igualitaria? ¿Para que las personas sean juzgadas como iguales?"
"Como se espera de ti. Entiendes que lo que quiero son leyes universales para traerle justicia y salvación a los débiles, ¿no? Es por eso que los humanos no pueden crear las reglas. Son cosas diferentes. Los humanos no pueden crear reglas de un orden superior que otros humanos, por lo que esas reglas no son absolutas. Por ejemplo, estaría fuera de cuestión aceptar una ley que apruebe a la clase noble y el sistema de estado social. Está un poco simplificado, pero más o menos de eso se trata..."
En término de la Tierra, esta manera de pensar se llamaba el imperio de la ley. Fue originalmente un principio desarrollado de la fundación de las leyes Anglo-Americanas, pero presentemente se encontraban en un mundo con una vasta diferencia cultural. Era difícil saber si tales ideas nacerían aquí de manera natural. Aparte, había una ley con un nombre similar en este mundo con diferentes principios que se desarrolló como una ley continental.
Si el imperio de la ley en la Tierra moderna quisiera esparcirse en este mundo--por ejemplo, si la constitución de Japón quisiera aplicarse aquí--los privilegios de la actual realeza y nobleza serían inmediatamente negados. Su estatus sería completamente abolido, o solo permanecerían en nombre sin ningún tipo de privilegios.
Sin embargo, esparcir esa idea de manera forzada inevitablemente resultaría en una fiera rebelión por parte de la realeza y nobleza que no quisieran deshacerse de sus intereses.
"No crees que es una maravillosa forma de pensar?" Erica cuestiono a Liselotte, quien se encontraba sentada en frente suyo, con una expresión alegre. Liselotte sabía que estaba siendo probada como miembro de la clase noble.
"Creo haber dicho algo similar en Amande, pero es injusto que la clase noble oprima a las clases bajas sin razón, y que los humanos no tienen derecho a discriminar. Esa es mi opinión personal," contestó firmemente.
"Realmente tienes valores esplendido. Si toda la realeza y nobleza fueran como tú, el mundo habría permanecido como un mundo amable y bueno para vivir durante mucho tiempo. Sin embargo, no todos piensan como tú. Los humanos son criaturas tontas. Hay aquellos que quieren discriminar. Aquellos que sienten superioridad y alivio al despreciar a otros. Siempre y cuando ese tipo de personas exista en el mundo, el débil siempre estará sujeto a los caprichos de aquellos en control. Todos aquí experimentaron eso de primera mano."
En respuesta a la declaración de Erica, todos los miembros del congreso hablaron estando de acuerdo.
Antes de saberlo, la atmosfera de la habitación había convertido a Erica en la representante de la gente, y a Liselotte en la representante de toda la realeza y nobleza.
Esto no era una discusión.
Era un juicio. Todos en la habitación aparte de Liselotte habían experimentado dificultades en sus vidas debido a la clase noble, y todos estaban de acuerdo con los pensamientos de Erica.
Liselotte tenía una vaga idea de lo que pasaría en el momento en que entró a la habitación y vio el rostro de Erica, pero también sabía que en el momento en que abandonara la discusión, sería reconocida totalmente como la villana. Sabía que no tenía oportunidad de ganar, pero no tenía más alternativa que justificarse a través de la discusión.
"Creo que puedo entender la razón del por qué todos encuentran sus ideas tan maravillosas, Santa Erica," ella dijo, viendo alrededor de la habitación.
"¿Qué me dices de ti, Liselotte? ¿No crees que mis ideas son maravillosas?"
"A nivel personal, puedo empatizar con ellas de gran manera."
"Que respuesta tan noble. No confirmaras que son maravillosas. Casi suena a que tienes sentimientos negativos acerca de ellas..."
"Sólo pensé que preguntas de sí o no, no serían suficientes para expresar mis pensamientos."
"Y como resultado, sentí que había negatividad en tu respuesta. ¿Qué hay de malo en ello? ¿No estás de acuerdo con la idea de guiar a la gente en el camino correcto a través de una ley de orden superior, una verdad del mundo que cumpla con la justicia de brindarle la salvación al débil?"
"No es incorrecto...Sólo pienso que promover tal idea tan rápidamente puede resultar en caos."
"Oh? ¿De qué manera?"
"Convertirán a cada noble que quiera mantener sus intereses en enemigos. Tal cosa resultara en guerra."
"La clase noble son quienes están equivocados, ¿no? Si la clase noble no resolverá las injusticias, entonces la gente oprimida debe levantarse para corregirlas..."
"No sólo las figuras de poder viven en un reino. Hay muchas personas en una nación, y es debido a esas personas que la nación puede prosperar. Entiendo que, si la gente desea corrección, entonces una revolución es inevitable y está justificada. Sin embargo, forzar una revolución cuando el sistema de un reino es sólido y estable puede resultar en tragedia."
"Tienes tanto miedo de confrontar a otros nobles?" Erica la provoco.
"Tengo miedo. Por ejemplo, digamos que yo dirijo a la gente de Amande en una revolución contra el reino. Todos los nobles de la nación dirigirán su fuerza militar hacia mí. ¿Pero seré yo quien corra riesgos? ¿Acaso la gente que vive en mi territorio no será asesinada en el camino? ¿Como crees que la gente verá esa situación? Sería criticada por empezar una guerra sin sentido con cero oportunidades de victoria." Liselotte dijo sin dudarlo.
"Entonces me estás diciendo que espere a que el tiempo debilite el sistema de gobierno de la clase noble? ¿Qué debo ignorar a las personas ahí afuera sufriendo en estos momentos?"
"No quiero que esas personas sean ignoradas...Pero tener una razón justa no hace que esté bien ponerlos en un bote que se esté hundiendo."
Liselotte frunció el ceño amargamente. En primer lugar, las preguntas por las que Erica demandaba respuesta no eran algo que un individuo pudiera resolver sólo. Eran problemas complicados que una solución forzada podría arruinar, arrastrando a otros a la destrucción.
"Entonces abandonarías resolver el problema. En ese caso, deberías descartar tu estatus como nobles. Si no lo haces, quiere decir que egoístamente quieres aferrarte a tu estatus para seguir viviendo cómodamente como noble. Piensas que si dices palabras para complacer a la gente no serás odiada por ellos," Erica dijo, señalando a Liselotte y criticándola. Era una forma terrible de etiquetarla.
Sin embargo, la mayoría de los miembros del congreso presentes estaban del lado de Erica, quien estaba de lado de las victimas--las personas. Muchas voces hicieron eco estando de acuerdo, criticando a Liselotte, quien estaba de lado de los perpetradores.
Creían que, si realmente pensaba en las personas, estaría dispuesta a descartar el estatus que le permitía llevar una vida cómoda.
"Soy una noble del Reino Galarc. Como la gobernadora de Amande, tengo una responsabilidad con las personas viviendo allí. Si abandono esa posición, las vidas de las personas en Amande se volverá inestable. ¿No sería eso irresponsable?"
Al final, Liselotte no dijo que descartaría su estatus como noble. Mientras que su expresión se puso rígida involuntariamente, dijo su opinión sin miedo.
En respuesta, los miembros del congresos participantes expresaron su decepción y rabia. Algunas voces gritaron "¡no pongas excusas!" y otras las repitieron estando de acuerdo. No tenían idea de que tanto Liselotte era adorada por la gente de Amande.
"Sé que Amande es una ciudad hermosa. En efecto, sin ti, la vida de las persona de allí sería de una calidad mucho menor." Contrario a las expectativas, Erica felicito el gobierno de Liselotte en Amande.
"En ese caso, por favor, envíenme de vuelta a Amande. No puedo cumplir mis deberes de gobernadora en este lugar. Al secuestrarme de mi reino, has hecho que las vidas de la gente de Amande sean inestables. ¿Me equivoco?"
"En efecto, esa sería una manera de verlo. ¿Pero qué me dices de esta otra manera? La razón por la que Amande ha sido bien gobernada hasta ahora es porque Liselotte Cretia es una buena noble. ¿Pero qué tal si el siguiente noble que gobierne Amande es un tirano? Debe haber muchos que vivan con temor a eso."
"Es exactamente por eso que deberían enviarme de vuelta..."
"¿No crees que deberías tomar medidas para asegurarte de que las personas de Amande puedan vivir de manera segura, incluso sin la presencia de Liselotte Cretia? Para que las personas no corran peligro sin importar quién gobierne Amande después de ti."
"Que trata de decir?"
Liselotte pareció sentir algo de esa respuesta, ya que hizo su pregunta con una expresión de fastidio.
"En otras palabras, a pesar de lo que dices de las responsabilidad sobre las personas de Amande, no has estado cumpliendo ese deber. Puedes estar haciéndolo bien en el presente, pero no has pensado para nada en las siguientes generaciones. Es lo mismo que no pensar en el todo el futuro de la ciudad. ¿Acaso alguno de los presentes desearía vivir bajo tal gobernador?" Erica dijo, invitando a responder a los miembros del congreso.
"No!"
"Un líder debe de pensar en el futuro!"
"¡Es verdad, es verdad!" ellos dijeron, uno después del otro.
Estamos yendo en círculos. Esta santa está hablando de hacer la ciudad democrática para que la vida de las personas no caiga en la depravidad. Aunque sabe que, al hacerlo, se ganará de enemigo a cada miembro de la realeza y nobleza en el reino, contradiciendo su propio punto. Pero incluso aunque lo explique, nadie aquí escuchara.
Las reglas que Liselotte podía poner en Amande eran de un rango inferior a las de las leyes nacionales y territoriales. Por ende, como gobernadora, no tenía caso hacer reglas que fueran en contra de esas leyes superiores.
Aparte de eso, era posible que nuevos gobernadores se deshagan de las reglas puestas por anteriores gobernadores.
Aunque se presente un sistema para mantener la regla vigente luego de cambiar al gobernador, requeriría de un permiso especial del territorio y del rey, e incluso ese permiso podría ser revocado si un nuevo Señor o Rey subiera al poder. En ese caso, ultimadamente se necesitaría de una revolución para reconstruir la sociedad e implementar el Imperio de la Ley.
Allí es probablemente hasta donde la Santa Erica quiere que llegue esta discusión.
Dado que no podía cambiar la dirección de su conversación, fue la derrota de Liselotte. Para empezar, sabía que había una minúscula oportunidad de victoria, y fue exactamente eso lo que pasó.
Ahora que las cosas llegaron a esto, no tenía sentido que se repitiera en esta discusión. Lo único que quedaba era moverse al siguiente escenario por su propia mano.
"Creo que nos hemos alejado mucho del punto principal de la discusión. ¿Está bien? Recuerdo que el tema era acerca del conflicto de derechos y como hacer que la democracia tenga éxito en esta nación, pero la conversación fue muy similar a la que tuvimos en Amande," Liselotte le pregunto a Erica encogiéndose de hombros.
Hubo voces de oposición. Gritos de "No cambies el tema," "Estás huyendo," y "Acepta de buena manera tu derrota," sonaron, pero Liselotte no pareció molesta por ello.
"Creo que hemos debatido mucho de ese tema. Hoy, nuestros respectivos derechos de libertad de expresión fueron presentados a cada uno. Pusimos en práctica la colisión de derechos."
"Eso suena como una tergiversación..."
"No, la mayor diferencia de nuestra conversación en Amande son los miembros del congreso reunidos aquí para decidir el futuro de esta nación. Eso, y que creo que nuestra discusión solo llegó a tal grado debido a que la hicimos tú y yo. Si cualquiera de las dos fuera reemplazado por alguien más, la discusión no sería tan acalorada. Hay un gran significado en permitir que los presentes de hoy escuchen esta conversación. Sus pensamientos luego de escuchar la discusión de seguro influenciaran el futuro de esta nación que crearan. Estoy segura de ello." Erica vio alrededor de la habitación con una sonrisa burlona.
"¿Muy bien, puedo asumir entonces que logró su cometido al llamarme aquí?"
"No, hay una última cosa...Liselotte. ¿Me prestarías tu fuerza? Traigamos la salvación del débil juntas. Si tú y yo unimos nuestras manos, nuestro reino pacífico durara mucho más que Amande."
"Eso suena como una declaración peligrosa. ¿Me pide que traicione a mi nación?" Liselotte frunció el ceño. La declaración de Erica sonó como si estuviera planeando una revolución en Galarc, y quería ayuda.
"Como lo interpretes depende de ti. Pero como heroína, puedo hacer que pase. Soy capaz de ello. Es por eso que te hago esta propuesta."
"¿Hay otros cinco héroes, sabes? Todos están afiliados a un reino. ¿Planea hacerse enemiga de los cinco?"
"Eso no será un problema. No perderé contra ningún héroe que haya estado viviendo una cálida y encerrada vida ofrecida por su nación. Siempre y cuando esté en pie en las líneas delanteras como la Santa y una heroína, la gente no conocerá la derrota."
"Tiene una excelente confianza en sí misma..."
"Sí. Y es por eso que estoy pidiendo tu cooperación nuevamente. Los entiendes bien, ¿verdad? Los humanos son criaturas tontas. Es por eso que necesitamos gente inteligente como tú. Creemos juntas nuestra realidad." Erica sonrió gentilmente, ofreciéndole su mano a Liselotte.
"Nunca he pensado que yo sea inteligente. Las personas no se pueden valoras por su inteligencia. Su tan dichoso sistema de gobierno ideal tampoco mide a la gente de esa manera, ¿verdad? Es por eso que consideran que la gente nace siendo igual." Liselotte no acepto la mano de Erica.
"Sí, exactamente."
"En ese caso, ya basta con esta extorción. Como hacerme obedecer de esta manera los diferencia de la malvada clase noble que tanto detestan?"
Gustos, disgustos. Las personas son libres de expresar su opinión. Tienen la libertar de compartir sus pensamientos con otros. Sin embargo, está mal forzar esos pensamientos en otros. Después de todo, las personas tenían la libertad de no ser forzados a hacer algo.
Cuando el conflicto de derechos pasa sin ningún respeto hacia otros, ocurre la imposición. El acto de forzar a otro a hacer algo es coerción. Y cuando la coerción se pasa de la raya, se vuelve controladora.
Claro, el tan solo discutir opiniones e ideas está bien, ya que es la misma esencia de la democracia. Sin embargo, tratar de doblegar las opiniones y pensamientos de alguien con quien no estás de acuerdo, controlándolos sin importar que--eso equivale a un humano rigiendo sobre otro humano. ¿No era eso esencialmente el abuso de poder que tanto odiaban?
Liselotte observo a Erica en protesta.
"Q-Qué fue lo que dijo!?"
"Cómo es que insistir en lo correcto nos hace iguales a la clase noble!?"
"Sólo actuamos como una voluntad colectiva! ¡El consenso de la gente es lo correcto!"
"Que calumnia!"
"Retira tus palabras!"
"Malvada mujer noble a la que solo le importan sus propios intereses sin cumplir con sus deberes!"
"Sólo se preocupa por ella! ¡Es por eso que no descarta su estatus!"
"Una mujer criada en un ambiente de excelencia jamás nos entendería!"
"Todo lo que hace es tomar impuestos de la gente a la que debería proteger! ¡Esta mujer es una criminal!"
"Sólo sabe cómo vivir a cuesta de otros! ¡Arrepiéntete!"
"Esta mujer es una bruja!"
"Condénenla! ¡Nosotros debemos condenarla!"
Los miembros del congresos se pusieron rojos por la furia y le gritaron abusivamente, y sin piedad, a Liselotte.
Trataron de hacer que sienta culpa al llamarla malvada, para enseñarle la verdad. Se debieron sentir personalmente atacados por su punto, ya que sus reacciones fueron excesivas.
"..." Liselotte mordió su labio tristemente, pero no discutió.
"Silencio, por favor."
Erica aplaudió dos veces. Debido a que fue su orden, los miembros del congreso no tuvieron más opción que guardar silencio.
"Este es un lugar de discusión. Deberíamos darle a Liselotte una oportunidad de refutar. Con eso dicho, dudo que haya algo que podamos hacer para disminuir la distancia entre nosotros... ¿Hay algo más que te gustaría añadir, Liselotte?"
"Creo que ya dije todo lo que quería decir. El cómo me juzguen depende de usted," respondió sin miedo.
"Ya veo...Entonces creo que con esto concluye la reunión provisional del congreso de hoy. Pueden retirarse." Erica invitó a salir a los miembros del congreso. Miraron mal a Liselotte apretando sus puños por unos segundos, pero entonces empezaron a salir de la sala uno por uno.
"Andrei, Natalia. Luego de que todos hayan salido, por favor, lleven a Liselotte de vuelta a su habitación," Erica ordeno a los dos detrás de ella.
"Bien..."
Andrei asintió, apunto de decirle algo a Liselotte, antes de cerrar sus labios. Entonces, Erica se le acercó.
"Ese fue un maravilloso discurso, Rikka. Si fueras una de mis estudiantes, te daría la mejor calificación. No te preocupes. Cuando llegue el momento, te regresare a salvo a tu reino," susurro a los oídos de Liselotte, no como la Santa Erica, sino como Sakuraba Erika. Quizá es debido a que mostro ese lado de ella, pero Liselotte tomó la decisión de preguntarle sobre su prometido fallecido.
"Déjame hacerte una última pregunta. Escuche que empezaste a andar por este camino como una manera de heredar la manera en cómo vivía tu prometido fallecido. ¿Realmente estás continuando su legacía en estos momentos? ¿Realmente estaría de acuerdo de que tus acciones son por el bien de las personas?"
"Pero que pregunta tan tonta. ¿Cómo podría saberlo, si jamás volveré a escuchar su voz? Sólo puedo confirmar que empecé a andar por este camino luego de aceptar su muerte."
Erica formó una expresión de conflicto y tristeza en su rostro. Pero esa expresión solo duró unos instantes antes de que se volviera a poner su máscara de santa y respondiera.
"Ya...veo..." Liselotte colgó su cabeza débilmente. Mientras tanto, los miembros del congreso terminaron de dejar la sala.
"Ahora, por favor lleven a Liselotte de vuelta a su habitación." Antes de que Liselotte pudiera responder, Erica le dio la orden a Andrei y Natalia. Y así, Liselotte fue guiada a su habitación.
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