El Mago que se Alzó del Fracaso Vol 2: Ch.3 Pt.3
*
Luego de que Gown saludara a ambas con su apretón de manos favorito, Sue habló.
"Dijiste que estabas ayudando a Gown, verdad, Arcus? Con qué lo ayudarás?"
"LO estás ayudando, Hermano?" Lecia preguntó, parpadeando de la sorpresa.
"Sí. Hay un grupo de personas desenterrando tumbas en el norte, y Gown me pidió que le echara una mano para capturarlos."
"Por qué Gown te eligió?" Charlotte preguntó.
"No tengo idea, Mi Lady. Se lo pregunté, pero sólo dijo que es porque era yo..."
"Sí! Te elegí porque eres Arcus!" Gown reafirmo, mientras Arcus le lanzaba una mirada inquisitiva.
Arcus se encogió de hombros hacia las chicas. Ya sabía que presionar a Gown para una mejor respuesta no tenía punto.
"Un elfo te pidió ayuda!" Lecia dijo de repente, su ojos brillando de la emoción.
"Huh? Supongo que así es..."
"No pudo elegir a un joven más confiable," Charlotte dijo.
"Sep! Eres super confiable, Arcus!" Sue añadió.
"Erm... uh..."
Al menos Charlotte y Sue encontraron algo en lo que estar de acuerdo; intercambiaron una serie de miradas satisfechas. Los brazos de Arcus se encontraban a salvo de momento. En todo caso, se sintió desarmado por la cantidad de adulación.
"Tengo una idea," Charlotte dijo, juntando sus palmas elegantemente.
"Cuál es, Lady Charlotte?"
"Yo te acompañare. Sería más seguro si tuvieras compañía, verdad?"
"Yo... Disculpe?"
"Oh! Esa es una gran idea! Yo también iré!" Sue añadió con emoción.
Arcus no podía compartir su entusiasmo. Estas eran dos jóvenes señoritas de familias increíblemente importantes. Sabía que el camino adelante podría ser potencialmente letal, y no podía justificar llevarlas con él, pero no podía negar que se sentiría mejor con ellas a su lado.
"Lo lamento, Lady Charlotte, pero es muy peligroso," él dijo.
"He estado entrenado desde el día en que nos conocimos, Arcus. Mucho menos que ser una carga, puedo asegurarte de que mi presencia será invaluable."
"Entiendo cómo se siente, Mi Lady, pero..."
"Te parezco frágil y delicada?" Charlotte preguntó con sinceridad.
Arcus sabía que no estaba siendo quisquillosa, pero eso sólo empeoraba las cosas. Sólo tenía 14 (aunque Arcus no estaba en posición de señalar la edad), y debido a su experiencia a través de los ojos del hombre, esa era una edad muy joven como para ir a tal aventura. Por otro lado, sabía que ella era más que capaz de arreglárselas por ella misma por los rumores que hablaban de su fuerza. Realmente podría hacer las cosas más fáciles para él, y por ende, le estaba siendo difícil llegar a una decisión.
"Por favor, también permíteme ayudar, Hermano," Lecia dijo.
"Lecia..."
"Tener a tantos magos como se pueda es una buena idea. Y yo... Yo tengo mucho éter, lo cual será una gran ayuda."
"Es verdad..."
Arcus seguía sin poder estar de acuerdo. Estaba pensando en la manera de rechazarlas, cuando Sue sonrió de repente--y para nada le gustaba la mirada en su rostro.
"Saben, no necesitan el permiso de Arcus."
"A qué se refiere, Lady Susia?"
"Por qué no le preguntamos a Gown?" Se giró hacia el elfo.
"A mí?"
"En efecto! También te podemos ayudar, Gown?"
"Eso me haría muy feliz! Pero saben que será peligroso, verdad?"
Los ojos amarillos de Gown se entrecerraron pensativamente. El aire intelectual que estaba dando en estos momentos era todo lo contrario a su usual comportamiento inocente. "Ustedes son niños. Y se supone que los elfos deben proteger a los niños! Siempre lo hemos hecho. Así que, si corren peligro, yo los protegeré!"
"Entonces iremos contigo!"
"Sí! Pero no se preocupen, no los pondré en peligro si puedo evitarlo!"
"Gown..." Arcus empezó.
"A la mayoría de niños les diría que no! Pero estas chicas son fuertes! Más fuertes que algunos adultos que conozco! Son poderosas y talentosas!"
No había como discutir con eso. Arcus se sintió con suerte de poder contar con la ayuda extra.
"Oye, Gown? Cuando dijiste que no las pondrías en peligro, eso me incluye a mí?"
"Huh? No, tú estarás bien! Porque eres Arcus!"
"Por qué de repente todos han dejado de tratarme con un niño?"
No era justo, pero este mundo con su carencia de abogados o juicios justos, significaba que Arcus no tenía manera de pelear en contra de toda esa injusticia. Gown le explico la situación a las chicas con su usual comportamiento.
"Qué es esa hierba de la que hablas, Gown?" Sue preguntó, frunciendo el ceño hacia el cielo.
"Oh, aparentemente es una hierba que convierte a las personas en monstruos," Arcus explico.
"Huh?"
"M-Monstruos?" Charlotte dijo nerviosa, causando que todos posen sus miradas en ella.
"Lady Charlotte?"
"Oh, me disculpo. Continúa."
A pesar de su pequeño grito, su rostro era el epítome de la tranquilidad. Tosió en su puño, como si nada hubiese pasado. Arcus decidió hacer lo más sano, y no presionar más.
"Que sucedió con la promesa entre los elfos, Chain, y Wedge?" Sue preguntó.
"Bueno," Gown empezó--pero no fue capaz de terminar su oración.
Un desgarrador grito femenino resonó en la distancia. Gown levantó su cabeza y reviso los alrededores. Puede que sea capaz de ver algo que otros no, o ya sabía lo que estaba pasando.
"Qué sucede, Gown?"
"Una de esas malas personas! Están causando problemas!"
"No puede ser..."
No tuvieron un tiempo fuera entre la explicación de Gown y su primer contacto con el enemigo.
"Ayer estuviste tratando de encontrarlos, verdad?" Sue preguntó.
"Sí! Pero creo que ahora se han separado y están causando problemas por doquier!"
"Aquí en la capital?" dijo Arcus.
"Sí!"
Arcus no podía imaginar que se tomaran la molestia de atraer tanta atención hacia ellos, pero si realmente eran a quienes Gown estaba persiguiendo, entonces no tenían más opción que investigar--al menos para tener una idea de quienes eran y lo que querían hacer.
"Vamos!" Gown llevó al grupo en dirección del grito.
Terminaron en la avenida principal de la capital. Una multitud de espectadores ya estaba reunida en el camino, viendo la escena en la distancia. Carruajes estaban detenidos en la calle, y ya había guardias en la escena.
Arcus y los demás se abrieron camino entre la multitud para encontrar a un hombre parado en el centro. Vestía como cualquier otro viajero pasando por la capital, excepto que no llevaba equipaje en sus manos. Sus manos estaban sosteniendo su cabeza, y estaba gritando de agonía. Sería fácil verlo como una persona enferma, su no fuera por las bandas circulando su cuerpo.
Eran cinturones de luz, una corriente de artglyphs, el resultado de usarlos para dibujar círculos mágicos. Estos carecían del brillo que usualmente estaba presente a la hora de recitar un hechizo. Era como si cada símbolo estuviera apagando la luz a su alrededor, dándolo un color lúgubre a la zona.
La multitud levanto gritos de horror y sorpresa, pero debido a que no había pasado nada peligroso, nadie sentía la urgencia de huir.
"Sabía que pasaría esto!" Gown dijo, su voz cercana a un grito.
"Ese es uno de los que estás persiguiendo?"
"Sí! Es uno de los malos!"
"Que le está pasando?"
"Es justo lo que iba a explicar antes de que nos interrumpieran! Cuando un humano usa esa hierba, pero su cuerpo no puede tolerarlo, absorbe maleficios de su alrededor y se vuelve loco!"
Arcus abrió su boca para decir algo, pero Sue se le adelanto. "Gown, que es esa extraña banda de luz?"
"Allí es donde los maleficios se reunieron! Se le pega al cuerpo afligido, destruye todo a su alrededor, y se riega por todos lados!"
"Quiere decir eso que el maleficio tiene mente propia?" dijo Sue.
"No, no es así."
"Entonces, es más como si los maleficios tuvieran ciertas propiedades que causan que actúen de esa manera?" Arcus sugirió.
"Sí! Es eso!"
Mientras hablaban, los guardias de la ciudad estaban tratando de detener el alboroto del hombre embrujado, pero cuando intentaron acercársele, el maleficio se convirtió en largos látigos y se movió violentamente para mantenerlos alejados. Era imposible entrar en contacto con eso, y los guardias ya se encontraban llamando a los magos y Seal Arms entre ellos.
"Cómo podemos detener eso, Gown?"
"Una vez que enloquece de esa manera, es difícil de detener! La única manera de disolver el maleficio es destruir el cuerpo al que se está pegando!"
"Quieres decir... que tenemos que matarlo?" Charlotte preguntó, pero Gown agitó su cabeza.
"Cuando un maleficio se pega a alguien, ya están prácticamente muertos. Tenemos que destruir el cuerpo ahora, o será peligroso para todos!"
Gown tenía razón. Era incontrolable e impredecible. No había tiempo de preocuparnos de si ese hombre ya estaba o no muerto.
"Permíteme intentar," Lecia dijo, inmediatamente preparando un hechizo.
"Convierte mi voluntad en llamas. Que esta lanza ilumine los cielos y queme a todos los que están en mi camino."
Calientes artglyphs se reunieron en la palma de su mano, tomando la forma de una lanza llameante. Lecia le lanzó el Flamrune al hombre enloquecido. La lanza distorsionó el aire mientras volaba, rugiendo como un vendaval hasta que su punta alcanzó su objetivo. Su lanzamiento fue rápido, y su puntería aguda, pero la lanza golpeó una de las bandas de luz alrededor del hombre y rebotó, dispersándose en el aire.
"No funcionó!" se sorprendió.
"El maleficio lo está protegiendo! Necesitas algo realmente poderoso para atravesarlo!"
Charlotte desenvaino su estoque. "Que me dices de cortarlo?"
"No puedes! Si te acercas mucho, el maleficio se te pegará!"
"...Ya veo."
El maleficio voló salvajemente, acercándose a los espectadores.
"O, arena, piedras, y tierra del cementerio. Reúnanse por una mano invisible y vuelen. La tierra respira violentamente mientras hace nacer toda existencia. Que la tierra respire y grite. Deja que los espíritus desciendan, apresurados por gritos furiosos."
"Sailing Graveyard."
Esta vez, fue Gown quién recitó un hechizo. Artglyphs aparecieron y se juntaron a la tierra, levantándola violentamente a través del pavimento de piedra de la vereda. La tierra tomó forma en el aire, como si dedos invisibles la estuvieran moldeando como arcilla, acercándose a las bandas de maleficios e interceptándolas antes de que alcanzarán a la multitud.
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