Seirei Gensouki Vol. 19 - Chapter 4 Completo

 


Chapter 4: De Ida y Vuelta

 

Lucci estaba ocupado enfrentando a Ifrita. No, para ser más preciso, estaba ocupado persiguiendo a Ifrita, quién estaba rodeando la barrera mágica de Celia.

"Deja de correr, bestia!" gritó, lanzando un corte de oscuridad hacia Ifrita.

"Grrr!"

Aunque su tamaño era de varios metros, Ifrita era un león. Se podía mover con mucha agilidad. Podía evadir ataques al tomar distancia en un instante.

Sin embargo, no se estaba enfocando enteramente en huir. Cuando Lucci trató de ignorar a Ifrita y atacar la barrera de Celia, Ifrita escupió fuego de su boca en un intento de matar a Lucci. "Grah!"

"Tch..." Lucci blandió su espada, haciendo que la espada de oscuridad se trague el fuego.

"Grr!" Parece que Ifrita tenía especial cuidado de la oscuridad que Lucci podía liberar de su espada. Es por eso que se enfocaba en correr alrededor en vez de enfrentarlo apropiadamente. Cuando Lucci se impaciento con ese juego de persecución y trató de ignorarlo, regresaría para interrumpirlo. También atacaba a los mercenarios tratando de romper la barrera cuando podía hacerlo. Debido a esto, los mercenarios estaban teniendo problemas en progresar contra la barrera

 

Si continúo peleando así, me quedaré sin esencia mágica. Es ese su objetivo? Que debería hacer? Aunque pueda hacer fluctuar mi espada, en estos momentos no puedo seguir sus movimientos. Necesito acercarme en el momento en que deje de moverse...

 

Si la batalla se extiende, será Lucci quien esté en desventaja. Sus únicas opciones eran evitar un combate con Ifrita, o eliminarlo por completo. Sin embargo, carecía de los medios para lograrlo.

Así, mientras que Lucci y los mercenarios tenían problemas atacando con Ifrita por en medio...

"Alma..." Con una preocupada expresión, Celia pensó en cómo recuperar a Alma desde donde estaba.

"Yo la asistiré." Louise, quien había estado dirigiendo a los caballeros dentro de la barrera, se giró hacia Celia, y le murmuro eso.

"Louise?"

"Ahora es el momento de salvarla, mientras el enemigo está desorganizado."

"Pero..." Celia dudó.

Aunque Ifrita estaba corriendo alrededor, había unos 10 mercenarios rodeándolos. Aunque fortificaran sus habilidades físicas con magia, los caballeros tenían pocas posibilidades de seguir el ritmo de sus movimientos. Un movimiento en falso y Louise podría ser la siguiente en el suelo.

Aunque había sido un ataque sorpresa, la espada encantada de Lucius había derribado a su oponente. Con esa espada ahora persiguiendo a Ifrita, los otros mercenarios empezaron a tener más confianza. Alma se encontraba colapsada a unos 10 metros de las barrera de Celia, pero la situación hacía que parezca una distancia mucho mayor.

"No he contribuido nada a esta pelea. Permíteme hacer esto por el bien de Lady Alma, quien nos ha protegido hasta ahora. Es el deber de una Dama dar la cara ante el peligro," Louise insistió, con determinación en sus ojos.

Celia se veía preocupada, pero eventualmente asintió. "Entiendo... Por favor, cuídala."

"Lo haré. Damas, disparen su magia a cualquier enemigo que trate de acercárseme una vez deje la barrera. Sólo me enfocaré en movimiento y evasión."

Louise dio sus órdenes, recitó el hechizo para fortalecer sus habilidades físicas, y entonces activo la magia. Observo los movimientos de los mercenarios con cuidado.

"Ahora!" Saltando sobre la pared de tierra que Alma había construido para proveer cobertura, Louise salió por el frente de la barrera, y se dirigió directo a dónde estaba Alma. Lucci fue el primero en notarla.

"Hmm?" Detuvo sus ataques contra Ifrita y enfoco su esencia mágica con la intención de acabar con Louise.

"Grrrah!" Ifrita debió sentir sus intenciones, y para proteger a sus contratista, escupió fuego hacia Lucci.

"Tch..." Lucci blandió su espada, invocando energía oscura para bloquear las llamas. En ese tiempo, Louise alcanzó a Alma, recogiendo su herido cuerpo.

"Ugh... Lo lamento..." Alma se disculpó en agonía. Había parado el sangrado con sus artes espirituales, pero la seria herida prevenía que mantuviera el arte activado. Sufrió una grave pérdida de sangre, y estaba claro que su mente se estaba apagando.

"Mátenlas!" Los otros mercenarios se unieron a Lucci tratando de atacar a Louise.

"Photon Projectilis!" Las Damas estacionadas dentro de la barrera recitaron su magia para interponérseles. Estaban todas unidas para rescatar a Alma.

 

Este monstruo no muestra señales de atacar a las Damas... De hecho, parece querer proteger a la mocosa. Es decir...!

 

Lucci confirmo que Ifrita estaba tratando de proteger a Alma, y empezó a pensar en cómo podía usar eso como ventaja.

Inmediatamente después. eligió acercarse a Louise, que estaba corriendo con Alma en brazos. Su decisión de ignorar la interferencia de Ifrita en estos momentos era prueba de sus ejemplares sentidos como mercenario.

Fácilmente sobrepasaba su velocidad, y los poco metros entre ellos fueron cerrados en un instante. La espada negra envuelta en oscuridad fue levantada para atacar.

Con el tan cerca, Ifrita no fue capaz de escupirle fuego. Podría quemar a Louise junto a Lucci.

"Gaaaarh!" Ifrita se lanzó hacia Lucci.

"Cómo esperaba!"

Lucci sonrió, habiendo predicho el movimiento. Inmediatamente cambió de dirección hacia Ifrita. Al mismo tiempo, Ifrita abrió su boca para morder a Lucci.

"Toma ESTO!" La espada de Lucci liberó una onda de oscuridad, envolviendo el gran cuerpo de Ifrita.

"IFRITA!" Ver eso hizo que Celia gritara--pero los esfuerzo de Ifrita lograron una cosa.

"Ngh...!"

"Uhh..."

Louise saltó sobre la pared de tierra, cayendo en el suelo junto con Alma.

"Ifrita estará bien..." Alma le murmuro a Celia antes de desmayarse.

"Es natural priorizar la exterminación del monstruo que a la mocosa herida," Lucci se rio mientras se regocijaba por su victoria contra Ifrita. Entonces se giró hacia Ven, quien se tambaleaba cerca de la mansión.

"Oye, Ven! Tienes problemas contra una sola chica? Necesitas ayuda?"

Ven había sido golpeado por el ataque de Satsuki que lo hizo salir por la ventana momento antes de que Lucci derrotara a Ifrita. Un momento después, su compañero mercenario y Satsuki con su lanza saltaron por la ventana tras él.

"Cállate! Enfócate en lo tuyo!" Ven gritó en fastidio. Uno de sus hombres se desmayó por el ataque Latifa dentro de la mansión, pero aún había tres de su lado capaces de pelear. Los tres se movieron para rodear a Satsuki.

"Chicas..."

Satsuki vio la barrera mágica de Celia, los soldados alrededor, y a la inconsciente Alma dentro, quedándose sin palabras.

"Cómo... Cómo pudieron hacer algo así!? Quienes son ustedes!? Detengan esto!" Le gritó a los mercenarios, fulminándolos con la mirada.

"Haha." Los mercenarios intercambiaron miradas y sonrieron, como si la furia de Satsuki estuviera equivocada.

"Un bastardo llamado Haruto mató a nuestro comandante. Es por eso que estamos aquí! Las tomaremos de rehén para vengarnos de él. No podemos dejar que un bastardo como ese camine libre por ahí," Ven contestó.

"Haruto hizo qué? Espera... Quieres decir... De que estás hablando!? Eso es porque su comandante mató a sus padres! También secuestró a la Princesa Christina y a la Princesa Flora! Haruto protegió a ambas. Fue su comandante quién tuvo la culpa!" Era resentimiento injustificado, y Satsuki trató de protestar con lógica.

"A quién le importa!" Ven claramente no tenía intenciones de escuchar tales argumentos.

"Pero..."

"Sólo estamos aceptando la pelea que empezó. Si no quieres resultar herida, no te resistas. Eso es todo." Era lo equivalente a decir que la víctima sólo debería aguantar el dolor, que no se les permitiría defenderse a sí mismos. Que lo único que podían hacer era llorar.

"Que horrible forma de pensar..." Su sentido de valores era tan diferente, que Satsuki estaba sin palabras. Apenas y pudo responder.

"Horrible? Él es igual a nosotros. Del tipo que te devuelve las cosas. Es por eso que buscó venganza en contra de nuestro comandante," Ven dijo.

Satsuki perdió los estribos. "No. Haruto no es cómo ustedes."

"Es exactamente como nosotros."

"No, no lo es! Haruto tiraría su propia felicidad para proteger a las personas importante para él. Nunca será igual que ustedes."

"Tiraría su propia felicidad? Deja de bromear. Está viviendo alegremente en una mansión rodeado de mujeres. Su felicidad está justo allí--y no podemos perdonar eso. Verlas hacer que queramos destruir aún más su felicidad." Ven lentamente se acercó a Satsuki mientras hablaba.

"No dejaré que haga eso!"

"Entonces, para poder proteger tu propia felicidad, tendrás que matarnos a todos con tus propias manos. No sé si alguien tan ingenua como tu puede matar personas, pero dudo que encuentres felicidad en hacerlo!"

"Qu..." La furia de Satsuki llegó al límite. Ya no tenía más que decir, y toda expresión cayó de su rostro. Sólo sus labios temblaron mientras apretaba la lanza en sus manos. Estaba completamente lista para la batalla.

Justo entonces, Latifa apareció a su lado. "Yo también pelearé, Satsuki!"

"También asistiremos." Más personas salieron por la ventana de la sala--Miharu, Charlotte, Christina, Flora, y Vanessa.

"Latifa, todas... Por qué..."

Por qué dejaron el cuarto seguro? Es peligroso, deberían regresar de inmediato. Esas eran las palabras en la expresión confundida de Satsuki.

"Estamos aquí para probar nuestro orgullo como mujeres. Sólo estoy medio seria, pero pudimos escuchar de lo que hablaron. Como princesa del Reino Galarc, no puedo permitir que un muerto de hambre camine libre. Por eso estamos aquí," Charlotte explico con alegría.

"Ha. Esas fueron palabras bastante hirientes, a pesar de provenir de una linda mocosa. Pero estás segura de que deberían mostrarse frente a los enemigos que están aquí para secuestrarla? Allí también están las princesas del Reino Beltrum." Ven vio a Christina y Flora, burlándose de manera aún más fría.

"Oh? Por qué deberíamos temerle a unos cobardes que no pueden ni enfrentarse a Sir Haruto sin tomar rehenes?" Charlotte no iba a perder contra ellos en palabras.

"Que dijiste?" Ven frunció el ceño con fastidio.

"No sé cómo se enteraron, pero vinieron a este reino luego de escuchar de la ausencia de Sir Haruto, no es así? Un logro que no muestra temor por el poder de una gran nación. Cómo se espera de grupo de mercenarios de alta clase--excepto que también significa que SÍ temían la presencia de Sir Haruto. Supongo que hasta los cobardes pueden pensar bien las cosas, no crees?" Charlotte se giró hacia Satsuki con una encantadora risita. De algún modo, eso la ayudo a calmarse un poco.




"Umm, no me preguntes a mí... Pero, estoy de acuerdo. Pensaron que sería más fácil de enfrentarse a todos en el castillo excepto Haruto. Un pensamiento bastante arrogante." Satsuki sonrió cómo su yo usual.

"En efecto. Así que, enseñémosles. Secuéstrennos su pueden," Charlotte dijo, probando a los atacantes.

"Ha! Acaso eso no suena interesante, Ven?" Lucci camino hacia ellos, listo para enfrentarse a Satsuki.

"Te dije que te enfocara en lo tuyo, maldición."

"Me toca estar fuera de la mansión, no es así? Además, un montón de objetivos fáciles salieron para ofrecerse. Parecen disfrutar hablar a lo grande, por lo que naturalmente debo enseñarles su lugar, no? De la hechicera enana se pueden encargar los que se quedaron atrás."

Alma colapso e Ifrita ya no estaba, por lo que no había nadie más que protegiera la barrera de Celia. Los únicos en pie eran Celia y 7 Damas que sólo podían fortificar sus habilidades físicas con magia.

3 mercenarios con fortificación física del cuerpo podrían abrumarlas fácilmente. Como Lucci dijo, había gente suficiente para lograr eso. Mientras tanto...

"Que deberíamos hacer? Nos hicimos las valientes, pero las únicas que pueden moverse y pelear son Latifa, Vanessa, y yo. Si se abren paso, no podremos protegerlas a todas... Incluso trajimos a la Princesa Christina y a la Princesa Flora... Está bien?" Satsuki le murmuro con cuidado a Charlotte.

"Flora y yo estamos en deuda con Sir Amakawa, y estos hombres también estuvieron involucrados en nuestro secuestro. Es nuestro deber real el de pelear en tiempos de necesidad. Déjennos ofrecer el pequeño poder que tenemos para la causa."

"Sí! Me esforzaré por Sir Haruto!"

"Por favor, no se preocupen por nosotras," Christina dijo con determinación. Flora también parecía lista--posiblemente porque era un asunto que involucraba a Rio--ya que estaba inusualmente entusiasmada.

"No se preocupen. Parece que Lady Miharu y Latifa tienen un plan," Charlotte, dijo, observando a Miharu a su lado. 

 "Latifa... Y Miharu?"

Satsuki vio a Miharu con preocupación. Habían sido amigas por un largo tiempo, y sabía que Miharu no tenía una personalidad afín al conflicto. No podía imaginar su forma de pelear.

"Sí. Por favor, déjamelo a mí." Miharu se veía un poco nerviosa, pero asintió con gran determinación.

"A mi señal, Miharu tomará su ligar y empezaremos a pelear," Latifa explico. "Satsuki y yo seremos la vanguardia, y las princesas nos darán apoyo con magia. Si el enemigo se acerca, creen una barrera con magia. Entendido?"

"Sí, muy bien," Satsuki dijo. Aún seguía un poco preocupada por Miharu.

"Sí, déjanoslo a nosotras. Estoy empezando a emocionarme." Aunque debería ser su primera vez experimentando tal cosa, Charlotte parecía estar disfrutando la situación.

"Tampoco tengo objeciones."

"Sí!"

Christina y Flora también contestaron.

"Entonces, aquí vamos...!" Latifa tomó un profundo respiro. "Ahora, Hel!" ella gritó.

"Grrrah!" El espíritu contratado de Sarah, un lobo plateado, apareció con Miharu montando en su lomo.

"Que!?"

"Hay otro de esos monstruos!?"

Por un breve momento, Lucci y Ven se congelaron.

"Vamos, Hel!" Miharu se aferró con fuerza a la espalda de Hel mientras avanzaba más rápido de lo que podía seguir el ojo. Pasó a través de los mercenarios hasta llegar a la barrera que Celia había conjurado.

"Miharu!"

"Celia!"

"A-Ayuden a entrar a Lady Miharu!"

Miharu saltó del lomo de Hel y pasó por la pared de tierra con la ayuda de los Damas. El grupo había estado planeando bajar partes de la barrera para que las Damas puedan salir, pero el comienzo de la estrategia de Latifa le puso fin a esa idea. Con Hel peleando en lugar de las Damas, la situación se puso a su favor.

"Q-Qué está pasando?" Celia preguntó, confundida.

"Ayudaré a Ifrita para que se materialice de nuevo."

"P-Puedes hacer eso!?"

Miharu asintió con seguridad. "Sí. Siempre que pueda dar la esencia mágica necesaria."

Los espíritus no podían ser heridos de manera física en su forma espiritual, al contrario que con su forma física. Y aunque puedan mantener su forma física herida, sus habilidades disminuirían. El recibir mucho daño no causaría sus muertes, si no que de manera forzada tomarían forma espiritual, por lo que si recibieran nuevamente una cantidad apropiada de esencia mágica, podrían materializarse nuevamente.

El problema, sin embargo, era recuperar esa esencia. Ya sea magia o artes espirituales, mientras menos natural sea el fenómeno, más esencia mágica se necesitaba. Y era muy poco natural que un espíritu tomara forma material. Es por eso que se necesitaba de una gran cantidad de esencia para que un espíritu se materialice. Mucho más aún para que un espíritu herido se materialice recuperado.

Debido a esto, espíritus sin contratos se tomarían su tiempo para reunir esencia de forma natural, pero un espíritu contratado podía recibir esencia de su compañero contratista y recuperarse enseguida. Además, espíritus humanoides como Aishia podrían absorber libremente la esencia de sus contratistas a través de su conexión.

Pero ese no era el caso para espíritus de rango medio como Ifrita. Cada vez que necesitaba esencia, tenía que serle dada por su contratista. Sin embargo, Alma se encontraba inconsciente, incapaz de preparar esencia mágica.

"Te voy a enviar esencia mágica, Ifrita. Estás escuchando, verdad? Aquí va..."

Miharu formaría un contrato temporal con Ifrita para poder enviarle la esencia mágica que necesitaba. El espíritu tenía que ser el que acepte el contrato temporal, pero Alma confiaba en Miharu, por lo que no había problema.

En términos de puro poder de combate, Miharu era realmente la más débil entre las residentes de la casa de piedra. Sin embargo, cuando se trataba de esencia mágica, Miharu tenía más que todos a excepción de Rio. No importa que tanto Hel e Ifrita sean heridos, ella sería capaz de invocarlos nuevamente sin problema.

La preocupación principal era la distancia requerida para que un contratista temporal diera esencia mágica--tenían que estar uno al lado del otro. Sin embargo...

"Grr!"

Ifrita se recuperó por completo fuera de la barrera. Hel e Ifrita--con estos dos espíritus de rango medio, la batalla en el Castillo Galarc estaba a punto de entrar en su clímax.


 *****


En un lado de la batalla estaba Lucci, equipado con la espada negra anteriormente usada por Lucius, y 13 mercenarios incluyendo a Ven, quienes estaban equipados con imitaciones de espadas encantadas que, aunque no fueran tan poderosas como las genuinas, daban una fortificación física superior a la fortificación de habilidades con magia.

Enfrentándolos estaba Satsuki con su Arma Divina, y Latifa con su cuerpo fortificado con artes espirituales. Alma seguía inconsciente dentro de la barrera mágica de Celia.

Vanessa sólo podía usar magia para fortificar sus habilidades físicas, por lo que le era difícil enfrentarse sola a los mercenarios. Aunque trabajara junto con las 7 Damas de Charlotte dentro de la barrera, sólo podrían hacer retroceder a 3 de ellos.

Celia, Miharu, Christina, Flora, y Charlotte eran todas hechiceras de retaguardia--o invocadores de artes espirituales, en el caso de Miharu. Debían permanecer alejadas de las líneas frontales, pero no había suficientes peleadores de vanguardia para poder mantener tal distancia.

Así es cómo Lucci y Ven estaban viendo la situación--claro, hasta que Hel e Ifrita se unieron.

"Whoah!?"

"Que rápido!"

Hel e Ifrita corrieron libremente alrededor del campo de batalla. Los mercenarios podrían ser capaces de evadir los ataques si sólo hubiera uno de ellos. La fortificación de sus espadas encantadas les permitía reaccionar a tiempo a sus movimientos.

Pero con dos espíritus moviéndose al mismo tiempo, no tenían escapatoria. Si evadieran el ataque de uno, el otro esperaría por el momento adecuado para lanzar su ataque. Ambas bestias se movieron en perfecta sincronía, cazando habilidosamente a los hombres.

Los mercenarios fueron sumergidos en caos enseguida. 3 de ellos ya habían sido golpeados, y se encontraban fuera de combate.

Satsuki y Latifa sabían que sólo estorbarían si decidieran moverse mucho, y cualquier hechizo tenía el riesgo de golpea a Hel e Ifrita, por lo que les dejaron a ellos el combate. En vez de eso, podían concentrarse en proteger a las princesas. Sin embargo, eso no quería decir que se salvarían de enfrentar a Lucci o Ven.

"Tengan cuidado con el hombre que tiene esa espada negra! Esa espada puede liberar una onda de energía oscura lo suficientemente fuerte para tragarse las llamas de Ifrita! También tiene otras habilidades--la hoja de la espada se clavó en la espada de Alma mientras lo estaba enfrentando. Era como si se hubiera transportado!" Celia gritó desde el otro lado de la pared mágica, advirtiendo a Satsuki y Latifa de la espada de Lucci.

La hoja de transporto...? Podrá ser...?

Desconociendo la identidad de los espíritus, Christina había estado muy confundida ante la aparición de Hel e Ifrita. Pero luego de escuchar la explicación de Celia, sintió un deja-vu al ver la espada de Lucci. Era la misma espada con la que Rio tuvo problemas cuando la salvó de Lucius.  

Christina reaccionó. "E-Esa espada negra es la misma que Lucius usaba! Era capaz de hacer cortes desde una larga distancia! La hoja desaparece de su cuerpo y reaparece en donde sea que esté la oscuridad. El usuario de la espada puede transportarse de la misma manera, así que tengan cuidado con la oscuridad a su alrededor!"

Rápidamente compartió toda la información que sabía de ella. Las cosas se pondrían muy malas si Lucci usara esa habilidad aquí.

"Q-Que!?"

"Eso es terrorífico!"

"Hmmm."

Era una habilidad bastante problemática. Quienes reaccionaron con más cautela fueron Latifa, Satsuki, Vanessa, y las Damas de Louise dentro de la barrera. Todas vieron a su alrededor en busca de oscuridad. Los objetivos más claros de la espada de Lucci no eran los dos espíritus de rango medio corriendo por ahí, sino los grupos incapaces de moverse. Pero no encontraron ninguna oscuridad.

"Tch..." Lucci envió una mirada de resentimiento hacia Celia, y luego a Christina. Las habilidades de su espada encantada habían sido reveladas con precisión por ambas.

Una habilidad como esa ya podría haber lastimado a una de nosotras, pero apenas y la ha usado. Por qué...?

Celia considero las razones. Quizá Lucci carecía de la esencia mágica para usar las habilidades de la espada, o quizá...

"Él no se ha transportado durante la batalla! Y sólo transporto la hoja una vez para atravesar a Alma por la espalda... Es posible que aún no pueda usar bien las habilidades de la espada! Tuvo muchas oportunidades, pero no lo ha hecho."

Esa era la razón más probable. Y en realidad--

Mierda...

Lucci frunció el ceño ante el preciso análisis. Era incapaz de usar la espada encantada tan libremente cómo Lucius lo hacía en vida.

De hecho, se estaba moviendo para evadir los ataques de Hel e Ifrita en estos momentos, cuando podría haberse transportado para ganar distancia. Si su objetivo era el de tomar rehenes, podría haberse transportado dentro de la barrera de Celia, o detrás de Christina y Flora en cualquier momento.

"Parece ser verdad."

"Sí, pero es mejor no bajar la guardia..."

Las expresiones de Satsuki y Latifa se relajaron un poco. Pero justo entonces--

"Wraaaah!"

Justo cuando el lado de Celia ganó confiables refuerzos en la forma de Hel e Ifrita, el lado de Lucci también ganó inesperados refuerzos. Eran los vestigios restantes en los terrenos. Quedaba un par de docenas de ellos. Sin contemplárselo, los vestigios cargaron contra Hel e Ifrita.

"Q-Qué son esas cosas!?"

Satsuki había estado dentro del cuarto seguro, por lo que recién los estaba viendo. Tenían forma humanoide, pero sus apariencias eran claramente inhumanas.

"Son los monstruos que cayeron en el castillo! Sus movimientos son rápidos y no se los puede matar sin golpear su cabeza o corazón, así que tengan cuidado!" Celia dijo, dando más información. El gran trabajo en equipo de Celia, Sara, y Alma había eliminado rápidamente a los vestigios alrededor de la mansión, pero aún quedaban muchos en otras áreas del castillo.

Sobre todo, el grupo de Arein seguía en el aire, bombardeándolos con ataques y extendiendo la batalla dentro de las paredes del castillo.

Los monstruos de Reiss, huh? Honestamente, aún hay mucho que no sabemos de él y sus monstruos, pero... Arein pensó, agradecido por la ayuda en estos momentos. Lucci y los demás quedaron similarmente sorprendidos por los inesperados refuerzos, pero adivinaron que fue Reiss quién los envió y sonrieron.

"Ha, en buen momento! Que los monstruos se acaben entre sí!"

"Usen esta oportunidad para capturar a las rehenes!" Lucci decidió usar esta oportunidad para ignorar a Hel e Ifrita. Ven y sus hombres también respondieron apropiadamente.

"Grah!"

"Grr!"

Hel e Ifrita intentaron acabar con los vestigios que se acercaban con sus alientos de hielo y fuego, pero su dura piel era resistente a los elementos. También era posible que no sintieran dolor. Aunque sus cuerpos fueran congelados o quemados, seguían avanzando sin importarles.

Mientras tanto, la mayoría de los mercenarios que quedaban--incluyendo a Ven--se dirigieron hacia Satsuki y las demás en la mansión. Había un total de 10 de ellos.

"Guh..."

Satsuki blandió su lanza para crear un vendaval y hacerlos retroceder, pero Ven y sus hombres se dispersaron hacia los lados, permitiendo que 6 de sus 10 escapen del ataque.

"Ahora es cuando! Ustedes 5, vayan!" Louise gritó desde dentro de la barrera de Celia.

Apuntaron al exacto momento en que Satsuki activó su Arma Divina. Celia hizo una apertura en la parte trasera de la barrera, permitiendo que 5 de las Damas salgan. Entonces cerró ambos huecos en la barrera para que nadie pudiera entrar.

"Haaah!"

Las Damas cortaron sin piedad los estómagos de los mercenarios que perdieron el balance por el viento de Satsuki. Un golpe en el lugar equivocado sería fatal, pero no fueron a matar con la esperanza de interrogarlos en el futuro.

En cualquier caso, 4 de los mercenarios fueron incapacitados enseguida. Las Damas permanecieron serenas ante la diferencia de habilidades, esperando por una oportunidad para ganar.

Por otro lado, aún quedaba un gran número de vestigios trepados sobre Hel e Ifrita mientras intentaban alejarlos.

"Presionen! Avancen a toda cosa!"

Ven y los mercenarios restantes no se preocuparon por sus compañeros caídos, moviéndose para rodear al grupo de Satsuki. Entonces fueron recibidos por Satsuki, Latifa, y Vanessa. Estaban en la suficiente desventaja numérica para que la situación no se vea nada bien... O eso pensaron.

"No los dejaré!" Sara saltó de la ventana, pasando a un lado de Charlotte para golpear al mercenario que se le estaba cercando. Las otras dos Damas que también estaban dentro de la mansión llegaron momentos después.

"Sara!" Su aparición alegro a Latifa.

"Lamento la tardanza! Ya nos encargamos de los enemigos dentro."

Sin embargo, la situación seguía incierta. Era fácil desarrollar visión de túnel en un campo de batalla con tantas personas juntas, y las emboscadas podrían aparecer en los lugares menos esperados. La emboscada en este caso era Lucci; no se encontraba entre los mercenarios que atacaron el grupo de Satsuki.

"Esperen! A donde fue el hombre con la espada negra!?"

Satsuki fue quién finalmente notó su ausencia, alejando la espada de Ven con su lanza y preguntándole a la gente a su alrededor rápidamente.

"Aquí estoy!" Lucci se anunció. Allí, parados dentro de la barrera mágica, se encontraban Celia, la desmayada Alma, Miharu, Louise, otra Dama--y Lucci. Había usado a sus compañeros mercenarios y a los vestigios como cebo mientras se dirigía hacia la barrera. Celia había sellado todas las entradas del domo para hacer imposible una infiltración, pero, aun así, Lucci estaba a su lado. Esto quería decir...

"Ngh, realmente puede transportarse!"

Louise, quién había estado en guardia dentro de la barrera, fue la primera en atacar a Lucci.

"Con el suficiente tiempo para prepararme, y a través de una corta distancia, claro!" Lucci contestó, lanzando un compacto golpe con su espada.

"Kgh--Aah!"

Louise fue mandada a volar, con todo y espada. Su cuerpo se golpeó dentro de la barrera, y cayó al suelo. La espada encantada de Lucci había incrementado mucho su fuerza física cómo para que ella pudiera hacerle frente.

"Capitán!"

"Hey, tranquila."

Sólo quedaba una Dama. Blandió su espada inmediatamente una vez que Lucci terminó su corte, pero rápidamente la bloqueó.

"Hay que primero hacerse cargo de la basura, verdad!?"

Lucci pensó que la Dama era el único obstáculo que quedaba y se movió para eliminarla primero. Sin embargo...

"Lo lamento!"

Miharu dirigió un torrente de viento hacia él con sus manos. La manera en cómo se disculpó mientras lo hacía era una expresión de su personalidad.

Logró evitar golpear a la Dama, pero eso fue debido a sus presentes límites de ataque en vez de un ajuste intencional.

"Oof..."

El inesperado golpe mandó a Lucci hacia la pared.

"Photon Projectilis. Bien hecho, Miharu!"

Con su instantáneo juicio, Celia canceló la barrera mágica y recitó un hechizo mágico. Trató de golpearlo mientras su cuerpo rodaba en el piso.

"Eso dolió, maldita mocosa!"

"Gah!"

"Urk..."

Lucci también estaba desesperado. Ser golpeado por alguien a quién estaba subestimando lo enfureció mucho, y gritó mientras rodaba para evadir las balas de luz. Al mismo tiempo, lanzó golpes bajos para hacer que Celia y la Dama pierdan el balance.

"Duerme para siempre!"

"Gwah!"

Levantándose, Lucci usó su mano izquierda para golpear el rostro de la Dama, noqueándola.

"Ahora sí me hiciste enojar, sabes!?"

"Oww..." Aplasto la espalda de Celia mientras ella trataba de levantarse.

"Celia!"

"No te muevas, mujer! Todos lo demás también estense quietos, o aplastare el cuerpo de esta mocosa."

Debió estar especialmente consciente de Miharu, quién ataco sin recitar un hechizo. Dirigió su espada a su cuello mientras advertía a Satsuki y a las demás en la mansión.

"Guh..." Satsuki y Sara mordieron sus labios en frustración, apretando los dientes.

"Parece que esta batalla terminó," Ven dijo riéndose, distanciándose de Satsuki. Los otros mercenarios también retrocedieron.

"Tch, que desastre." Lucci vio el estado de sus compañeros y chasqueo la lengua.

Enviaron un total de 20 mercenarios a la mansión y sus alrededores, pero sólo 7 terminaron en pie incluyendo a Lucci y Ven. Sara había derrotado a los hombres dentro de la mansión, y la mayoría de los hombres afuera habían sido derrotados por Hel e Ifrita.

"Primero, hagamos que esas Damas se muevan hacia la mansión."

"..."

Por órdenes de Lucci, las 5 Damas que habían dejado la barrera caminaron hacia Satsuki y las demás.

"Y de quién son los monstruos? Que los haga desaparecer enseguida."

Lucci hizo su siguiente demanda, observando a Hel e Ifrita. No sabía a quién servían, por lo que vio todos los rostros alrededor.

Hel e Ifrita se encontraban presentemente presionados por los vestigios, sellando sus movimientos. Ambos hacían lo posible para quitárselos de encima, pero los vestigios los tenían agarrados con sus colmillos y garras, haciendo la acción muy difícil.

Pero al mismo tiempo, eso también quería decir que Hel e Ifrita habían suprimido cualquier otra acción de los vestigios. Si ambos desaparecieran, docenas de vestigios serían liberados al mismo tiempo.

"Que--Si los removemos ahora, esos monstruos serán liberados!" Satsuki gritó.

"No me interesa," Lucci dijo.

"No, espera. Déjalos así," dijo Ven.

"Que? Por qué?"

"Ese monstruo reapareció luego de ser derrotado, sería un fastidio que pase de nuevo. Si los dejamos así, podremos al menos ver su posición."

"Ya veo..." Lucci asintió en compresión, convencido por la razón de Ven.

"Pero no intenten nada raro. Ordénenles se dóciles y que los monstruos hagan lo que quieran con ellos."

"Qué...?"

Con contratista de Hel, Sara tembló de rabia. Los Espíritus sentían dolor en su forma corpórea al igual que cualquier otro ser vivo. Cómo alguien que adoraba a los espíritus, que tuvieran la habilidad de regenerar sus cuerpos en su forma espiritual no significaba que le pareciera bien dejarlos sufrir.

Sin embargo, Miharu y Celia correrían peligro si no aceptara. Alma y Louise también estaba inconscientes a su lado. No tenía más opción que aguantar la situación.

"Bien. Esta mujer de cabello negro y la mocosa hechicera deberían bastar. Retirada!" Lucci llamó a Ven y a los demás.

"E-Espera un minuto! También tenemos a tus compañeros como rehenes!" Satsuki gritó, viendo a los mercenarios en el suelo. Probablemente pensó que podrían negociar un intercambio de rehenes.

"Ha. Haz lo que quieras con ellos. Todo vinimos aquí preparados." Lucci no estaba interesado en la oferta. Todos debieron ponerse de acuerdo con antelación, ya que Ven y los demás no objetaron.

"Por qué..." Satsuki murmuro perpleja. No vinieron aquí para vengarse de Rio por haber matado a su capitán? Si podían sentir tanta rabia por la muerte de su capitán, deberían sentir lo mismo por sus compañeros en el suelo. Era ilógico.

De hecho, no estaban actuando siguiendo la lógica. Uno de ellos fue herido, por lo que regresarían el favor y de peor manera. Si se lastimaban en el proceso, simplemente se asegurarían de añadir también ese dolor luego. Eso era lo que significaba para ellos.

No permitirían que los golpearan unilateralmente, y es por eso que molestarían al otro lado a cambio. No se movían de manera lógica, sino de manera emocional.

"Mantén un ojo en esta." Lucci removió su pie de Celia y la agarro de sus ropas. Entonces la tiró hacia Ven y los demás que se estaban acercando.

"Aah!" Celia rodo en el suelo sin poder hacer nada. Entonces, la mirada de Lucci se dirigió hacia Miharu.

"Que mal para ti, huh? Tu conexión a ese bastardo es lo que llevó a tu secuestro. Tú y esa hechicera arrastrándose allí están a punto de experimentar un mundo de arrepentimientos a causa de esa conexión, pero si vas a odiar a alguien, asegúrate de que sea él, sí?" Lucci se burló.

"Eek..." Miharu tembló, pero apretó sus puños desesperadamente para suprimir su miedo.

"E-Espera! Yo soy la heroína! Si vas a llevarte a alguien, que se a mí!"

"Y-Yo soy su hermana menor!"

Satsuki y Latifa se ofrecieron a sí mismas para proteger a Miharu y Celia. Seguidas de Sara y Flora, quienes fueron motivadas más por las emociones.

"Ha! Quién mantendría a tantas cargas a su lado con el peligro de una represalia sobre su cabeza? Ese bastardo realmente es un tonto. Pero eso sólo prueba que es su culpa que ustedes estén siendo raptadas. No se preocupes, les daremos muchas razones para que lo resientan," Ven, fastidiado por sus actitudes, dijo con burla, escupiendo su malicia hacia las chicas.

"Ngh..." Satsuki hizo una mueca.

Ya veo... Haruto sabía que esto podría pasar. Es por eso que trató de distanciarse de Miharu en el banquete...

Su expresión se volvió amarga. Sintió pánico al pensar que las cosas sucederían como Rio temía, cuando--

"E-Estás equivocado!" Miharu gritó.

"Huh?"

"Haruto intentó distanciarse de mí. Fui yo quien se quiso quedar a su lado a pesar de todo! Es por eso que no es su culpa!"

Miharu confrontó a Lucci y sus hombres sin miedo. En una rara explosión de emociones, trató de defender a Rio.

"Es verdad... Es por eso que somos nosotras las que debemos pelear. No quiero que Haruto me proteja todo el tiempo--No seré una carga!"

Desde su posición en el suelo, Celia usó ambos brazos para alzarse débilmente. Exprimió su voz para transmitir su determinación.




"Tch, que fastidio... Y que!? No importa que tanto luchen, la realidad no cambiará."

"Oye! Ya basta, Lucci!" Ven llamó a Lucci para detener su berrinche.

"Que!?"

"Deja el resto para después. El escuadrón de Arein tiene problemas con lo suyo. Tenemos que irnos."

Lucci vio cómo Arein estaba reteniendo a los caballeros aéreos del castillo incluso ahora.

"Bien... Pero esta me ataco sin recitar un hechizo. Sería un fastidio tenerla despierta mientras nos movemos, así que primero la pondré a dormir. También serán mis gracias por lo de antes."

Lucci asintió sin ganas, pero rápidamente cambió de idea. Removió la punta de su espada del cuello de Miharu y blandió el lado plano de su espada hacia su rostro.

"Eek...!" Miharu cerró los ojos, esperando el impacto. Sin embargo, lo que escuchó luego no fue el sonido de la espada golpeándola...

"Mis sinceras disculpas por la demora."

...Si no el sonido del choque de metales y la gentil voz de un hombre mayor. Miharu abrió sus ojos con temor.

"Yo, Gouki Saga, he llegado para impartir justicia."

Al otro lado de la espada de Lucci se encontraba Gouki, bloqueando la espada con la suya.




 

  


 

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