Seirei Gensouki Vol. 20 - Chapter 1 Parte 1
Chapter 1: Después del Regreso, Antes del Regreso
Inmediatamente después de regresar de la Sagrada República Democrática de Erica, Rio se dirigió a su mansión junto con Liselotte y Aria. Fueron al comedor, en donde el Rey François estaba coincidentemente visitándolos.
En el momento en que se sentaron, François observo a Rio. "Pensaba que podías hacerlo... y realmente lo hiciste. Buen trabajo en traer de vuelta a Liselotte. Gracias por todo lo que hiciste, Haruto."
Rio asintió y bajó la cabeza.
"No fue nada."
"Bienvenida, Liselotte," François dijo, dirigiéndose a ella. "Me alegra verte a salvo."
"Les he causado muchos problemas a la nación y los demás... Acepten mis más sinceras disculpas."
"Que no te moleste. Piensa en ello como un poco de desgracia encontrada. La existencia en sí de la Santa era un desastre..." François dijo, suspirando al recordar su encuentro con Erica. "Le pedí a alguien que llame a Cedric y Julianne, al igual que a la Princesa Christina y a la Princesa Flora, quienes son cercanas a ti. Llegarán en poco tiempo, así que muéstrales que estás bien."
"Gracias por su consideración."
"Por supuesto. La discusión principal empezaran una vez lleguen, pero estoy seguro de que Haruto debe de estar muy confundido en estos momentos. Escuchaste lo que sucedió en la mansión mientras venías aquí?" François preguntó, observando a Gouki y Kayoko.
"No, me dijeron que sería mejor esperar a estar todos presentes."
Eso es lo que Charlotte le había dicho de camino aquí. No lo había dicho tan en serio, pero en realidad era la opción más eficiente.
"Ya veo..." François dudó, pero se decidió rápidamente. "En resumen, invasores atacaron el castillo poco tiempo después de que te fueras."
"Que-!?" Rio y Liselotte abrieron bien los ojos.
François hizo una pausa, pensando en cómo explicar las cosas de manera que no les cause mucha preocupación. Los asaltantes estaba relacionados con el enemigo mortal de Rio, por lo que eligió sus palabras con cuidado.
"Tranquilo. Aunque la escala del ataque fue vasta, el asunto se resolvió con daños relativamente bajos. Fue todo gracias al esfuerzo de los residentes de esta mansión. Estoy hoy de visita para expresar mi gratitud."
"Ya veo..."
Rio y Liselotte parecieron menos ansiosos, pero aún tenían muy poca información para aclarecer su confusión.
"Con permiso. La Princesa Christina, la Princesa Flora, al igual que el Duque Cretia y su esposa han llegado." Una Dama anuncio la llegada de los invitados.
"Gracias por la invitación."
Los primeros en entrar luego de la Dama fueron las princesas extranjeras, Christina y Flora, pero rápidamente se hicieron a un lado luego de dar un corto saludo. De seguro estaban siendo consideradas con los padres de Liselotte, el Duque Cedric Cretia y Julianne Cretia.
"Su Majestad..."
Como sus padres, querían ir hacia su hija inmediatamente, pero como una familia de Duques, no podían hacer tal cosa. Con su posición como un noble en mente, Cedric primero saludo a François. Con eso dicho, su mirada y atención estaban totalmente enfocadas en su hija, que había regresado a salvo.
"No hay necesidad de saludarme. No me interpondré en su reunión," François dijo, descartando la necesidad de la educación noble.
"Gracias por su consideración. Oh, Liselotte." Luego de una rápida reverencia, Cedric corrió hacia su hija. Su esposa Julianne a su lado.
"Gracias al cielo estás bien..." ella suspiro, envolviendo a Liselotte, quién se había levantado para recibirlos, en un amoroso abrazo junto con Cedric.
"Madre, padre..." Liselotte fue incapaz de moverse. Había lágrimas en sus ojos, y su voz estaba temblorosa. Todos los demás en la habitación observaron a la familia en silencio.
Luego de un tiempo, Cedric y Julianne se dirigieron a Rio y bajaron las cabezas.
"Sir Amakawa... No, Haruto. Muchas gracias por regresar con nuestra hija."
"Actué por cuenta propia, no se preocupen," Rio dijo, agitando su cabeza.
"Oh vaya..."
Esas palabras debieron resonar en el corazón de Julianne, ya que vio a su hija con una pizca de admiración. Liselotte trató de fingir calma, pero sus mejillas se sonrojaron levemente.
"Gracias, de verdad..." Cedric sonrió gentilmente y agitó la mano de Rio, enfatizando su gratitud desde el fondo de su corazón.
"No hay de qué. Sin embargo, es posible que sea muy pronto para celebrar. También tengo que reportar malas noticias..." Rio dijo, observando a François.
"Me lo imaginaba. También necesito explicarte lo que pasó aquí. Pero empecemos con tu reporte."
Así, Rio y François se explicaron entre sí lo que experimentaron durante su ausencia.
*****
Hace dos días, a las afuera de la Sagrada República Democrática de Erica...
El sol estaba a punto de ponerse detrás de la casa de piedra en el bosque.
"Mm..." Rio, quién había sido herido en su batalla con la Santa Erica, abrió sus ojos.
En donde...
Lo saludo el conocido techo de la casa de piedra. Trató de recordar lo que había pasado.
"Sir Haruto...?"
Una conocida voz lo llamó a un lado de la cama, por lo que se giró a ver.
Liselotte estaba sentada en una silla, habiéndolo cuidado mientras estaba inconsciente. Sus miradas se encontraron.
"Liselotte...?"
"Umm, cómo estás? Si te duele algo..."
Sus manos fueron hacia su cuerpo, preparadas para usar Cura para sanarlo.
"Estoy bien. Nada me duele."
Rio se sentó lentamente, moviendo sus brazos para revisar la condición de su cuerpo. Podía sentir su cuerpo rígido por tanto dormir, pero no sentía dolor.
"Qué bueno...!" Liselotte exhalo en alivio, encogiéndose como si toda fuerza la hubiese abandonado. Sus manos se pusieron sobre el brazo derecho de Rio, apretando su mano firmemente.
"..." El repentino contacto con su mano casi hace que Rio reaccione, pero controlo los reflejos de su cuerpo tragando un poco de aire.
"De verdad... Que alegría..."
Liselotte estaba llorando. Su cabeza estaba colgando, pero su fino cuerpo y adorable voz estaban temblando.
"Lo lamento, debí haberte preocupado," Rio se disculpó en voz baja.
"No, yo debería ser quien se disculpe! Te he causado tantos problemas..."
Liselotte había levantado la cabeza para refutar, pero vio hacia abajo nuevamente a mitad de sus palabras. Rio la observo inseguro de que decirle.
"No fue un problema." Rápidamente dijo con una gentil sonrisa. Entonces, movió su mano izquierda y apretó suavemente la suyas.
"Sir Haruto?" Liselotte preguntó, viendo a Rio en confusión.
"Estoy aquí por voluntad propia. Terminar en cama luego de llegar de manera tan triunfante es patético de mi parte, pero nunca lo pensé como un problema ocasionado por ti." Rio habló lentamente, como si le estuviera explicando las cosas a un niño preocupado.
"No eres para nada patético." La voz de Liselotte se quebró mientras hablaba. Aún parecía culparse.
"Me alivia escuchar eso. Me alegra mucho que no estés herida. Ambos superamos esto al beneficiarnos de algo, así que no estés tan triste," Rio dijo, relajando su rostro.
Con eso, Liselotte fue incapaz de seguir refutando. Su cuerpo tembló un poco por la sorpresa.
"Okay..." ella murmuro asintiendo suavemente.
Ambos se observaron de cerca, sosteniendo sus manos.
La primera en reaccionar fue Liselotte. Sus emociones la hicieron actuar de manera más atrevida que lo normal. Observar los ojos del sexo opuesto mientras se sujetaba las manos era una experiencia completamente nueva para ella. Una vez que se dio cuenta de ello, inmediatamente se sonrojo cada vez más.
"O-Oh! Lo lamento!" Liselotte soltó las manos de Rio rápidamente, retrocediendo para crear distancia.
"No, debería ser yo el que se disculpe... Lo siento," Rio dijo de manera incómoda. Aunque quería animar a Liselotte, apretar sus manos fue atrevido de su parte.
"Oh, no, no te disculpes. Fui yo quien sujeto primero tu mano..."
"Entonces..." Rio vio al techo y pensó por un momento, entonces corrigió sus palabras con una sonrisa. "Muchas gracias."
"P-Por qué me agradeces?"
"Por cuidarme mientras estaba inconsciente. Te quedaste a mi lado todo este tiempo, verdad?"
"Lady Aishia y Aria también se turnaron para cuidarte... Todo lo que hice fue sentarme aquí, por lo que deberías mejor agradecerle a ambas."
"Ya veo. Aun así, aprecio lo preocupada que estabas por mí. Muchas gracias, en serio."
"N-No fue nada... Y yo deberías ser quién diga eso. Gracias por venir a rescatarme."
La vergüenza que casi se había disipado volvió a surgir ante la honesta admisión de los sentimientos de Rio. Liselotte bajó la cabeza sonrojada nuevamente.
"No hay de qué. Entonces, en donde están Aishia y Aria?" Rio también pareció nervioso, por lo que cambió el tema.
"Estoy aquí." Aishia entró a la habitación a través de la puerta abierta. Probablemente había escuchado la conversación desde el pasillo, ya que entró en el momento en que Rio preguntó por ella.
"Buenos días, Aishia," Rio dijo con una sonrisa.
"Sí, buenos días." Como era usual, no había entonación en su voz, pero incluso Aishia parecía alegre este día. Sus labios formaban una sonrisa de felicidad.
"Gracias por regresar después de la batalla. Me salvaste." Rio recordó su batalla con la Santa y le agradeció antes que nada. Justo antes de desmayarse, Aishia llegó para ayudarlo.
"No fue nada."
"Que tanto dormí?"
"Más de un día."
"Tanto...?" Aunque sus heridas habían sanado, su cuerpo había sufrido mucho. El hecho de que pudiera recuperarse con un poco de descanso era en extremo afortunado.
"Liselotte te cuido todo el tiempo, al punto de que no ha dormido nada."
Aishia y Aria también se turnaron para cuidarte--fue lo que había dicho antes, pero Liselotte no se movió de la habitación en ningún momento.
Los ojos de Rio se abrieron. "Espera, en serio? Por favor, ve a dormir," le dijo con preocupación.
"U-Umm... Estoy bien, esto no es nada," Liselotte murmuro. No quería que Rio supiera eso, por lo que agitó su cabeza con un poco de vergüenza.
"Descansar y dormir es importante para el cuerpo. Aprecio tu preocupación, pero también debes cuidarte a ti misma. Por favor."
Había actuado de esa manera al estar preocupada por él--no le podía llamar la atención fuertemente.
"Estaba muy preocupada preguntándose en lo que haría si no despertaba. Sea suave con ella."
Aria entró a través de la puerta mientras defendía a su señora. Llevaba una jarra de agua en una bandeja.
"Aria..."
Su ayudante habló para apoyarla, pero la forma en como fue expuesta su manera de pensar la dejó aún más avergonzada.
"Siempre y cuando descanses después de esto, no tengo objeciones," Rio dijo, observándola con preocupación.
"Sí. Estaba a punto de arrastrarla a su cama si no descansaba pronto. Qué bueno que despertó antes de eso, Sir Amakawa. Por favor, aquí tiene un poco de agua." Aria llenó un jarro de madera con agua y se lo paso a Rio.
Rio bebió un poco y suspiro en alivio. "Gracias... me siento mejor."
"Soy yo quién debería expresar mis gracias. Debido a sus esfuerzos, mi señora fue rescatada a salvo."
En el momento en que Aria coloco la bandeja a una lado de la cama, se arrodillo para expresar su gratitud.
"Eso no es necesario. Como dije, lo hice porque quise." Sorprendido por el cambio de actitud, Rio trató de detener a Aria rápidamente.
"Eso no significa que no pueda expresar mi gratitud," Aria contestó firmemente, su cabeza aún agachada.
"Sí. Muchas gracias." Liselotte concordó con Aria y bajó su cabeza junto a su ayudante. Frente a la gratitud de ambas, señora y sirvienta, Rio finalmente aceptó sus sentimientos.
"Muy bien, muy bien... No hay de qué."
Continuaron con sus cabezas agachadas por unos cuantos segundos más, hasta que Aria la levanto primero para hablar. "Ahora, si me disculpa, creo que es tiempo de que mi señora duerma. Está bien, Sir Amakawa?"
"O-Oye, no soy una niña que necesita ser llevada a la cama..." Liselotte infló sus mejillas adorablemente. Aria había hablado de manera seria, pero sus palabras fueron elegidas con humor.
"Por favor," Rio contesto con una alegre mirada.
"Enseguida. Preparare una comida no tan pesada luego de que mi señora se duerma. Espéreme un momento."
"Gracias. Regresaremos a la capital de Galarc el día después de mañana, así que descansa bien, Liselotte."
"Bien..."
Así, Liselotte dejó que la guíen fuera de la habitación, dejando atrás a Rio y Aishia.
Comentarios
Publicar un comentario
Leave your comments here